27 enero, 2021
Preocupados por la suba de precios en el verano, gremios clave del sector privado aceleraron las gestiones en las últimas horas para cerrar subas salariales hasta marzo. Se trata de arreglos transitorios orientados a recuperar el terreno perdido el año pasado e iniciar el nuevo período con un incremento de sueldos previo al cierre de las paritarias del 2021.
Las negociaciones son impulsadas por el sindicato de Comercio y la Asociación Bancaria, dos organizaciones de peso en el sector privado y que por carriles separados negocian con sus respectivas cámaras de la actividad después de cerrar en 2020 subas del 12 y el 34%, respectivamente, por debajo de una inflación del 36% y del aumento de la canasta básica del 45%.
Las demandas salariales tienen lugar en medio de los incrementos en combustibles y alimentos registrados en las últimas semanas, rubros que encendieron el alerta en el Gobierno. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, dieron cuenta de ello este lunes al postergar para el 12 de marzo el aumento de impuestos a las naftas previsto para el 1 de dicho mes.
La medida destinada a «estabilizar» los precios será así un poco más espaciada respecto de la tanda de subas desde diciembre en rubros sensibles de la canasta básica (carnes, lácteos, pan y frutas) y los ajustes en los surtidores. La aceleración de la dinámica inflacionaria llevó a las autoridades a cerrar un acuerdo con los frigoríficos este lunes para retrotraer aumentos en el valor de la carne.
A pedido de Cristina Kirchner, Guzmán apunta a reflotar los acuerdos de precios y salarios. Se trata de negociaciones con los empresarios y los sindicatos para evitar saltos bruscos en la inflación, una política que genera reticencias en ambos sectores. De esa manera, se intenta llevar la proyección del 2021 al 30%, algo difícil si se tiene en cuenta que en marzo está previsto revisar las tarifas de los servicios.
En ese marco, el líder del gremio de comercio, Armando Cavalieri, tenía prevista una reunión este lunes con representantes de las cámaras empresarias para avanzar en la reapertura de su paritaria. La idea es integrar al salario básico la suma fija de $5.000 acordada desde octubre pasado hasta marzo de este año ynegociar un aumento del 25% en tres tramos por enero, febrero y marzo.
«La suma fija de $5.000 que vence en marzo queremos que se integre al salario y a partir de ahí el porcentaje que consigamos», aseguraron a iProfesional en el entorno de Cavalieri. Con 1,2 millones de afiliados, desde el sindicato reconocen «dificultades», sin embargo, para sellar un aumento después de un año en que los sueldos de los empleados mercantiles quedaron 24 puntos detrás de la inflación.
La resolución de la discusión salarial depende del gobierno ya que los empresarios mantienen conversaciones con funcionarios para explorar la posibilidad de evitar el pago de aportes a las jubilaciones por el monto que eventualmente se convenga en la negociación, un esquema que conspira con el objetivo de mantener los ingresos fiscales. «Estamos negociando, no hay nada cerrado», confirmaron desde una cámara de la actividad.
En el rubro financiero, el líder de la Bancaria, Sergio Palazzo, pospuso para el miércoles el encuentro agendado con los bancos para negociar este lunes un acuerdo por enero y febrero. Vencida la paritaria anterior el 31 de diciembre, el sindicalista cercano a Cristina Kirchner busca empatar una inflación mensual del 4% promedio, según la estimación de la consultora privada LCG.
La intención de Palazzo es recuperar además la diferencia de dos puntos registrada en 2020. En julio pasado, acordó un incremento del 26% en cuatro tramos y a fines de noviembre adicionó una suba del 8%, obteniendo un ajuste acumulado del 34%. De ese modo, aunque los bancarios estuvieron entre los sectores con mayores aumentos, quedaron igualmente rezagados respecto de los precios.
En el sector público, en tanto, el Gobierno busca definir una pauta salarial para todo el año. El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, se prepara para citar en febrero al Consejo Federal de Educación y convocar la paritaria que debe fijar el piso salarial de un millón de docentes en todo el país antes del 1 de marzo, cuando comienza el ciclo lectivo. Las provincias aguardan esa señal para iniciar sus negociaciones.
Sin fecha precisa, la discusión nacional será un termómetro de la estrategia oficial en materia salarial en un año electoral y con fuertes limitaciones financieras. Todavía se aguarda el resultado de las negociaciones de Guzmán con el FMI para el pago de la deuda. El ministro anticipó en el Presupuesto una reducción del déficit primario al 4,5% en 2021, pero el Fondo exige un recorte superior del gasto público.
Los maestros cerraron el año pasado con un aumento salarial del 33,46%, del cual aseguran que un 6% correspondía al 2019. Siguiendo ese cálculo, la Unión de Docentes Argentinos (UDA) afiliada a la CGT estima que deben recuperar al menos 10 puntos por el período previo e incluir en la negociación un item por conectividad por los costos que afrontaron los educadores al sostener clases a distancia.
En la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito del país, el gobierno encabezado por Axel Kicillof ya anunció su intención de llegar en febrero a un acuerdo más largo que el del año pasado. Por la postergación de las paritarias, los educadores pactaron un aumento semestral en septiembre de 2020 y los estatales acordaron en diciembre una suba hasta el mes próximo.
«Estamos en contexto de paritaria eterna, esperamos tener plazos más prolongados, que den certidumbre. Ahora en febrero con todos los regímenes está la idea de un nuevo proceso, una negociación un poco más larga, ojalá que pueda ser ya no de igualar inflación sino de recompononer lo perdido un poco en años anteriores», dijo la ministra de Trabajo bonaerense, Mara Ruiz Malec, a radio La Cielo en declaraciones recientes.
El otro punto de tensión con los sindicatos es el plan oficial para iniciar clases con «presencialidad». Trotta se reunió este lunes con el ministro de Transporte, Mario Meoni, para coordinar el transporte público con la reapertura de establecimientos educativos. La idea es que las 24 jurisdicciones demoren el horario de ingreso de los alumnos para descomprimir el transporte en hora pico, según confirmaron fuentes oficiales.
El Gobierno porteño anunció, por otra parte, que aplicará descuentos salariales a los docentes que se nieguen a asistir a clases el próximo 17 de febrero. Los maestros plantean que no hay condiciones sanitarias ni de infraestructura escolar para el retorno a la presencialidad en la Ciudad. La conducción de UTE (CTERA) anticipó que, si la gestión de Horacio Larreta insiste en iniciar el ciclo lectivo, los docentes realizarán un cese de tareas.
*iP, EE