21 septiembre, 2022
EL GOBIERNO SIGUE SIN RESOLVER LAS DISTORSIONES QUE IMPACTAN EN EL ASALARIADO
Por la falta de actualización de los topes de Asignaciones Familiares y del piso de Ganancias, los trabajadores están sufriendo una pérdida adicional en sus ingresos a la que ya están teniendo en sus sueldos por la mayor inflación.
En el caso del salario por hijo, el tope que da derecho al cobro de la asignación familiar se mantiene sin cambios en $ 158.366 de salario bruto.
Así, quien gana un sueldo bruto de $ 130.000 menos los descuentos de jubilación y salud, cobrará en septiembre, octubre y noviembre en mano $ 107.900 más $ 20.000 por cada hijo: en total $ 147.900. Pero si tiene un aumento de salarios y pasa a ganar $ 160.000 brutos, menos los descuentos, cobrará en mano $ 132.800 y no tiene derecho al cobro del salario familiar que está topeado en $ 158.366. En definitiva, cobrará en mano $ 15.100 menos.
Esta distorsión se produce porque el Gobierno actualizó en línea con la inflación la asignación por hijo exclusivamente a los trabajadores en relación de dependencia con ingresos brutos familiares inferiores a los $ 131.208 mensuales (rango 1). En esos casos, el salario familiar por hija o hijo pasó de $ 10.126, vigentes desde octubre de 2021 cuando se aprobó un plus extraordinario, a $ 20.000.
Para el resto de los trabajadores, si cada integrante del grupo familiar gana menos de $ 158.366, el monto del salario familiar según la fórmula de la de movilidad, este año – entre septiembre y noviembre- se incrementó en un 49,2% versus una inflación que se estima para este último mes del 90%. Una pérdida de más de 40 puntos.
Por ejemplo, quienes tienen un Ingreso por grupo familiar de entre $ 131.209 y $ 192.432 la asignación por hijo baja a $ 6.830, siempre que ningún integrante del grupo familiar gane más de $ 158.366. Así lo aclara ANSeS: “Si un integrante del grupo familiar percibe un importe bruto superior a pesos ciento cincuenta y ocho mil trescientos sesenta y seis ($ 158.366.-), se excluye del cobro de asignaciones familiares al grupo familiar”.
Este tope, que se actualiza una vez por año, entre los meses de octubre, según el RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables) se mantiene sin cambios cuando desde ese mes a junio 2022 ese índice salarial aumentó un 44.9%. Ese tope debería, como mínimo, rondar los $ 230.000. Y si agregamos julio y agosto debería rondar los $ 260.000.
Entonces quien recibe un aumento salarial o mejora sus ingresos, puede tener una reducción nominal del beneficio y si supera el límite máximo ($ 158.366) directamente deja de cobrar la asignación familiar, pasando a percibir en mano menos que trabajadores con sueldos más bajos. Eso es lo que está pasando.
Por otro lado, los salarios perdieron en el primer semestre frente a la inflación y sigue la tendencia: la suba salarial acumuló en los primeros 6 meses de 2022, 34,3 %, por debajo de la inflación de 36,2 %. Según el INDEC, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente al mes de agosto que anotó un 7%, una cifra superior a la esperada. La inflación interanual fue de 78,5 %. Y el acumulado en lo que va del año suma un 56,4 %. Para defender el poder adquisitivo del salario se necesita una actualización automática mensual según el índice del costo de vida, afirman los entendidos. Si se produce este aumento de sueldo, tal el actual tope, el trabajador termina perdiendo salario familiar.
#DatoINDEC
Los precios al consumidor (#IPC) subieron 7% en agosto de 2022 respecto de julio y 78,5% interanual. Acumularon un alza de 56,4% en los primeros ocho meses del año https://t.co/eIQhRyGD6g pic.twitter.com/o7X3TGc9Xu— INDEC Argentina (@INDECArgentina) September 14, 2022
Con el impuesto a las Ganancias pasa otro tanto. Este año el piso salarial arrancó en $ 225.937, y como se prorrogó esa facultad para 2022, fue elevada a $ 280.792. El aumento equivale a la suba índice salarial RIPTE (Remuneración Imponible para Trabajadores Estables) entre octubre 2021 a marzo 2022.
Pero nuevamente ese piso está desactualizado. Es que durante abril-julio, el RIPTE aumentó el 22,8% por lo que el piso salarial de $ 280.792 debería ser de $ 344.812.
Eso está llevando a que trabajadores que estaban exentos de Ganancias ahora tengan retenciones por el impuesto. Un tema que no están reclamando los gremios con suficiente énfasis y que perjudica enormememente el bolsillo de los trabajadores.
Según Gabriela Russo, titular del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CABA) un trabajador que percibe un sueldo bruto de $ 280.000, menos los descuentos de jubilación y Salud, cobra en mano $ 232.400 y no tiene retención del Impuesto a las Ganancias.
Si es promovido o recibe un aumento y su sueldo se incrementa al importe bruto de $ 324.200, pierde el beneficio de “no retención”. Y queda a partir de ese momento sujeto a la escala general de impuesto, sufriendo una retención mensual de $ 34.314,80. El sueldo de bolsillo pasa a ser de $ 234.771,20 es decir, en términos reales solo recibirá $ 2.371 de diferencia*.
Según el Gobierno, los salarios registrados «habían perdido el 21,6 % de su valor real entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019», según consta en los fundamentos del decreto 578/2022. Mientras que en 2020/2021, con altibajos, acompañó a la inflación, pero no hubo una recuperación con relación a fines de 2019, como había sido una promesa oficial.
En total, los trabajadores en relación de dependencia con aportes a la ANSeS suman unos 7,5 millones, alrededor del 75% de los casi 10 millones de asalariados en relación de dependencia registrados. El resto aporta a las Cajas provinciales u otros regímenes.
Estos 10 millones, a su vez, representan la mitad de todos los puestos de trabajo formales e informales del país (monotributistas, autónomos, asalariados sin descuento jubilatorio y trabajadores por cuenta propia informales).
Como índice salarial, el RIPTE se utiliza cada tres meses (marzo, junio, septiembre, diciembre) para fijar la mitad del porcentaje de movilidad de las jubilaciones, pensiones y demás prestaciones sociales y en el cálculo de las indemnizaciones por accidentes de trabajo.
También se utiliza para actualizar una vez por año el Mínimo No Imponible del impuesto a las Ganancias y para actualizar el “piso” salarial, inicialmente de $ 150.000 y ahora de $ 280.792 para quedar exento del pago de este tributo.
Además se usa para actualizar una vez por año el tope del Ingreso Familiar para cobrar las Asignaciones Familiares. Y todos los meses la cuota que pagan los empleadores al Fondo de Enfermedades por el seguro del COVID. Este cálculo trimestral ya no alcanza para defender los ingresos del asalariado por la dinámica disparada de inflación que no pueden controlar oficialmente.
En respuesta a esta situación, el ministro de Economía Sergio Massa había asegurado en su primera conferencia de prensa, que convocaría a entidades empresarias y de trabajadores a los efectos de garantizar un mecanismo que permita recuperar ingresos en trabajadores del sector privado, que incluye la mejora de las asignaciones familiares.
Pero septiembre lo recibió con mas aumentos de alimentos y productos esenciales de la canasta básica, pese a las expectativas por el nuevo funcionario en acción.
Pese a todo, el ministro de Economía se juega a que la inflación de septiembre no supere el 6% o por lo menos no se dispare a indicadores de Julio, un objetivo muy difícil de lograr si se mantiene la escasez de divisas en el BCRA.
Por ahora, la expectativa de que Miguel Pesce -a quien siguen reconfirmando en su puesto- compre dólares en forma masiva no se está cumpliendo. Y tampoco el Gobierno termina de alcanzar un acuerdo con los agroexportadores para que ello ocurra.
*EC/ by I. Bermúdez
**P/12/ iP