Según trascendió Alberto había terminado de almorzar en familia y con algunos colaboradores, cuando recibió la llamada anticipatoria de Martín Guzmán, para avisarle que lo tenía decidido y presentaría nada menos que la renuncia como ministro de Economía de la Argentina en llamas, pero a través de las redes sociales. Sí, así como se escucha y como además, sucedió.
Toda esa informalidad, «de un grado de irresponsabilidad inucitada» al decir de un prestigioso economista, y en día de fin de semana, que puso en vilo a gran parte de la ciudadanía argentina, pero a quienes comandan el gobierno les permitió el tiempo suficiente para atenuar parte del impacto en los mercados y otros menesteres seguramente, dejó muchas dudas en el aire.
‘Siete carillas con párrafos incluso con diferentes tipografías’, destacó alguien sobre la Carta del economista que mandó por redes dirigida al Presidente, y que presuntamente tenía casi lista en su notebook desde hacía rato.
Dicen que Guzmán «no se cansó de Cristina, sino de Alberto». y que su misión estaba cumplida tras conseguir el acuerdo con el FMI. Todo premeditado sigilosamente. Para el FdT, alguien tenía que hacer la tarea de acordar pero también irse luego con los insultos que no ‘garpan’ a la hora de las urnas. De hecho, Cristina, la ya firme candidata lanzada por sus íntimos, La Cámpora y los que intentarán el 2023 podrán decir sin sonrojarse que llos fueron los primeros opositores a este gobierno del «Beto». Para el poder económico internacional, lo importante, más allá del ‘gaterío reproductivo’ fue que se selló el acuerdo que vuelve a poner la soga en el cuello gaucho por varios siglos más.
Visto en perspectiva de triller, el ‘transportador’ Martín entregó el paquete en destino y partió. Guzmán siempre fue un 007 de la gestión y se mantuvo herméticamente aislado y fue como un ‘contratado’ de tiempo parcial para algunos desconfiados finos. Hijo dilecto del Premio Nobel (2001) Joseph Stiglitz, es parte actualmente parte de su equipo en la Universidad de Columbia, y todo indica que Martín volvería a su trabajo en Nueva York, a su vida de experto en infiltres, donde además reside su novia rumana a la que visita en cada viaje oficial, según precisó alguna vez la revista Noticias.
El ‘orígen’ del ‘contrato’ dataría de cuando entró al radar del peronismo con una serie de charlas en el instituto Gestar, un think tank por el que pasaban dirigentes justicialistas de peso. Pero no fue hasta la intervención de Sergio Chodos, actual representante argentino ante el FMI, que el nombre del joven economista llegó a oídos del entonces presidente electo. (¿Más claro?, hechar agua). Un encuentro en un bar de Boedo selló la relación para definir el tipo que manejaría nada menos que la guita y el destino económico (y político) de todo el país. Todo un ‘conductor’ profesional para Alberto, pero que este fin de semana lo dejó ‘a pata’.
Una película inspiradora
Un chubutense en la primera línea
En síntesis. De acuerdo a lo publicado por el diario Clarín y otros medios, el Presidente estaba ‘en otra’ cuando se anotició.
Lo llamativo es que lejos de alarmarse, recién dejó el club de campo de ‘los amigos’, ubicado en el camino provincial 38, entre Lima y Zárate, en la provincia de Buenos Aires, a última hora de la tarde.
Desde allí se dirigió a Olivos a encontrarse con buena parte de sus colaboradores más cercanos para analizar el reemplazo y los pasos a seguir, ante la crisis política y económica que se le venía, por lo menos para los que miran de afuera. Para otros, ni la ‘Señora’ ni el nucleo duro serían tan espontáneos como para romper todo sin asegurarse un plan B.
Si bien no se viralizó, la tertulia del Presidente no sorprendió, ya que Fernández y De Sousa, dueño del canal C5N y de Radio 10, entre otros medios, mantienen desde hace tiempo un buen vínculo, a pesar de que últimamente se habrían registrado ciertos chispazos por el rumbo de la gestión. Una gestión donde casi todos opinan y meten prioridades según sus propios intereses, según cercanos apreciadores de Palacio.
Pero además hay un dato más fino sobre quienes lo acompañaban el día más convulcionado del fin de semana, y se trataría de un referente que busca definir candidaturas en Chubut: su vicejefe de Asesores, el influyente comodorense Julián Leunda.
El joven funcionario suele hacer de nexo entre el jefe de Estado y Cristobal López, ya que trabajó varios años con De Sousa y López. Ambos tienen una larga relación con el Presidente, vínculo que no se rompió ni siquiera cuando Fernández se distanció de Cristina, o cuando ambos empresarios ‘cayeron en desgracia’ de la Afip y la Justicia, estando detenidos.
El dato sirvió para desmentir a quienes especulaban con que Alberto se dedicaba los fines de semana, solamente a hacerle el biberón a Francisco. Por el contrario, también frecuenta amigos y mantiene rudeda de ‘roscas’ con el círculo rojo del FdT.
Alberto estaba en la casa de Fabián de Souza junto a Julián Leúnda, el influyente chubutense que oficia de nexo entre el poder de Cristobal López y su entorno, y la Rosada
Territorio de poder
El lugar trajo aparejadas otras reflexiones. De hecho, el club de campo Puerto Panal se hizo célebre durante el kirchnerismo por Julio de Vido, tal como recordó iProfesional. Es que el ex ministro de Planificación Federal había adquirido una chacra en ese country en la que criaba palomas. Una tardía afición a la colombofilia (cría y adiestramiento de palomas para convertirlas en mensajeras, capaces de volver a su palomar).
Una afición que alguna vez De Vido habría sintetizado con un axioma que decía: «nunca culpes a la paloma si no llega el domingo… fíjate lo que hiciste mal en los cinco días previos». Más que oportuno para este fin de semana, no?
En fin, rarezas k como tirar bolsos al aire, palomas al aire, o dibujar la gloria.
La chacra para el día de renunciamientos tiene su historia. En su momento se la edosaban a Máximo Kirchner quien se había interesado por el lugar a través de algunos allegados. Por lo que se infiere que evidentemente se trataría de un campo y territorio de verdadero interés para la política.
Cristóbal López y Fabián de Souza marcan mediáticamente el paso de la política argentina a través de sus medios (Ámbito Financiero, C5N y Radio 10, etc)
En su momento, la revista Noticias publicó incluso que la chacra de De Souza estuvo a nombre de Osvaldo Sanfelice, socio de Máximos Kirchner en Santa Cruz. Una dato por supuesto nunca del todo profundizado ni desmentido, más que por alguna nota periodística.
Bueno, por esos pagos camperos y con historia, andaba Alberto en el momento del portazo de Guzmán.
Donde estaba Massa
Antes del inicio del fin de semana, ya había ruido de fondo sobre Guzmán y el rumbo económicos. Dos días antes lo había largado sin anestesia Jorge Lanata por su programa de TV, y posteriormente lo empujó Clarín, pero como dicen que ‘miente’, de primicia terminó convirtiéndose en presagio y nadie (del llano) sospecho lo que se vendría, dólar a $280 inclusive.
Mientras el secreto a voces se iba desparramando, había gobernadores que tenían mas datos que otros, y ministros que oportunamente se mantuvieron a distancia, a propósito de suceder en fin de semana.
Algo de eso también le pasó al líder del Frente Renovador, el incansable caminante de la ‘Avenida del Medio’, Sergio Massa, quien se habría enterado de la renuncia del titular de Economía en la cancha del club Tigre. Talleres le completó el sábado
Y como además ese sábado era el cumpleaños de su hermana ‘Lili’ y había reunión familiar, el tigrense tomó la prudente distancia que se observó. De eso se trataba la ‘cuestión familiar’ por la cual recién el domingo se reunió con Alberto, dejando de paso que el Presidente rumiara en soledad las primeras horas de la compleja situación antes de acercar su posición.
«Está siguiendo la situación por teléfono», lo excusaron sus colaboradores como al pasar ante la consulta de la prensa ansiosa.
Massa desde la tribuna.
En fin. La renuncia de Guzmán surtió efecto casi de sismo en la alianza gobernante, y tuvo de hecho sucesivas ‘réplicas’ de tembladeral. ¿Estaba pautada? Es probable. La fecha de Julio, venía de arrastre y no sólo en memes.
Y a dónde los agarró a cada uno, es de hecho un marco de referencia de donde estaban paradas las principales cabezas de la gestión en términos circunstanciales, pero a su vez con fuertes simbólogías.
Mientras Cristina disertaba sobre Perón y apuntaba misiles contra Guzmán y el programa económico, el ministro sacó la bandera blanca y se guardó para otra guerra. Alberto desenterrando opciones en un club de campo del establishment, y Massa miraba otro partido desde la tribuna. Y como decían que no dijo don Vito, «Qué parezca un accidente». Toda una foto.