29 enero, 2021
El inmenso universo de las obras de la escritora británica es reactualizada con nuevas ediciones y algunos de los responsables de esas traducciones y publicaciones dan su parecer
Por Emilia Racciatti
La audacia de Virginia Woolf (1882-1941) para hablar de su tiempo histórico y generar una voz disruptiva en el campo cultural, a través de ensayos, novelas o cuentos es reactualizada en el último tiempo con nuevas ediciones de su obra y algunos de los responsables de esas traducciones y publicaciones dialogaron con Télam sobre las huellas del universo de la autora en las formas de producir cultura vigentes.
Una nueva edición de «Tres guineas», el ensayo que escribió como respuesta a la pregunta de un abogado acerca cómo evitar la guerra, y por otro lado, sus cuentos y relatos reunidos en un único libro, bajo el título «Cuentos completos», son el aporte de Ediciones Godot a esta cadena de nuevos trabajos sobre la autora inglesa de la que en marzo se cumplen 80 años de su muerte.
Laura García, la responsable de traducir «Tres guineas», aseguró que «más allá de la labor de investigación -es un libro cargado de datos, estadísticas y referencias muy específicas de la sociedad británica de esos años-, lo más desafiante fue hacer sentir el tono de Virginia Woolf, su voz, que en este trabajo es muy particular».
«A diferencia de ‘Un cuarto propio’ (un libro hermano en muchos sentidos), donde hay tiempo de pensar, imaginar y explorar posibilidades, ‘Tres guineas’ está escrito con mucha urgencia, mucha rabia y con una gran amargura ante la visión del porvenir. Es un libro lleno de emoción y rigurosidad a la vez, donde la verdad no pasa por la impostura de una voz objetiva y serena, sino que atraviesa el cuerpo y estremece todos los cimientos», advirtió.
Carolina Orloff es investigadora y traductora argentina radicada en Edimburgo, fundadora del sello Charco Press que busca difundir la literatura latinoamericana, y en diálogo con Télam indicó que el trabajo de traducción de los «Cuentos Completos» fue «un viaje enriquecedor al máximo y también un reencuentro con el castellano».
Para la editora, en estos cuentos «se destaca no solo la audacia sino también la inteligencia que tenía desde muy joven», ya que en esta colección hay escritos de ella a los 20 años.
Woolf fue escritora magistral de ensayos, novelas y cuentos
«Es alguien que se lanzó a la escritura con convicción desde una edad muy temprana. Desde los 18, 19 estaba escribiendo para su círculo, que era en sí acomodado en términos socioeconómicos, con un acceso al arte y a la cultura muy cercano, muy cotidiano. A esa edad ya era miembro de un movimiento por el derecho de las mujeres. Todo eso se mete en la Virginia que se pone a escribir entre dos guerras mundiales», repasó Orloff.
La tarea de traducción de «Cuentos Completos» también estuvo a cargo de Micaela Ortelli, quien dice haber impreso los papeles y los llevó «durante mucho tiempo de un lado a otro».
«Se me hizo largo porque todo era largo: las oraciones, las ideas, los razonamientos, las descripciones. Hasta los cuentos cortos eran largos», afirmó.
Otra de las publicaciones recientes que permite acercarse al mundo de Virginia Woolf es «Leer y reseñar», un libro que llega a las librerías por trabajo de edición y traducción de Eric Schierloh, responsable del sello Barba de Abejas, que la define como «una escritora de vanguardia que además fue editora artesanal en la Hogarth Press. Este trabajo (concretamente, la edición, la composición tipográfica y la impresión en una minerva a palanca y luego en otra a pedal) le permitió formarse una conciencia especial respecto de las condiciones materiales de la escritura, la lectura y la publicación de libros».
Schierloh adelantó que acaba de traducir y publicará este año «Sobre la artesanía», mientras que el año que viene hará lo mismo «con los fragmentos de sus diarios que giran en torno a la edición y la impresión artesanales».
¿Dónde reside la vigencia de la autora de «La señora Dalloway»? Para el escritor y editor, «tiene que ver con la consciencia respecto de las condiciones materiales (de ahí el cuarto propio), además claro de su evidente interés en lo emancipatorio (el feminismo, la edición respecto del sistema industrial de publicación, la escritura respecto de la literatura o la novelería clásica, etc). La modernidad de su prosa se condice con ciertas búsquedas también ‘modernas’ y recurrentes a lo largo de sus ensayos».
A través de la editorial Rara Avis, se difunde «Victoria Ocampo- Virginia Woolf. Correspondencia», un trabajo editado y prologado por Manuela Barral, traducido por Virginia Higa y Juan Javier Negri, en el que se puede leer el intercambio entre las dos escritoras luego de conocerse en 1934 en Londres en una muestra del fotógrafo Man Ray.
Barral llegó a esta correspondencia porque su investigación doctoral es sobre Victoria Ocampo y señaló que un aspecto que le llamó la atención, «aunque va más allá de su carácter de escritoras, es ver a Victoria y Virginia como agentes culturales, su punto de vista editorial».
Por ejemplo, «en este intercambio es posible rastrear la decisión de publicar ‘Un cuarto propio’ en español: Virginia le sugiere a Victoria que empiece la traducción de sus obras por ahí», resaltó.
Encontrarse con estas cartas revisadas y traducidas por Victoria «mucho tiempo después de que Woolf las hubiera recibido» modificó en Barral su forma de leer a la gestora de Sur.
En el prólogo se explaya sobre ese aspecto y consigna que esas tachaduras y correcciones posteriores la hicieron pensar que «Victoria usa las cartas como un espacio híbrido para desplegar desde la intimidad una figura pública» y al organizar la compilación decidió incorporar los manuscritos, precisamente, «para mostrar la rareza de las cartas duplicadas. También fue por el fetiche del original, claro; pero sobre todo porque permitía cotejar diferencias en los facsímiles y exhibir cómo Victoria se lee a sí misma, se traduce y se edita. Está constantemente construyendo su imagen autoral».
La investigadora sostuvo que Virginia Woolf se transformó en un punto de referencia para Victoria Ocampo y apuntó que «‘Correspondencia’ muestra el desarrollo de esa relación» y cómo la autora de «Orlando: una biografía» le habló «en estas cartas sobre la escasez de autobiografías escritas por mujeres. En algún sentido ese es el puntapié para que Ocampo escriba la suya. Y -subraya- hay más: Victoria también es una apasionada lectora y crítica literaria de Woolf, por eso me parecía importante reeditar su ensayo Virginia Woolf en su diario y mostrar también este punto de vista».
«La propia Ocampo se ocupa de establecer esa idea vincular en sus ‘Testimonios’, en su ‘Autobiografía’ y en Virginia Woolf en su diario, donde busca asociarse a Virginia como amiga y admiradora. La trayectoria intelectual de Victoria está atravesada por Virginia: el primer volumen de sus ‘Testimonios’ de 1935 empieza con la ‘Carta a Virginia Woolf’ y en 1977, en su discurso de aceptación a la Academia Argentina de Letras, una Victoria octogenaria también vuelve a ella. Es un vínculo apasionante que ha recibido -y seguirá recibiendo- lecturas y opiniones», repasó Barral en el intercambio con Télam.
Al momento de resaltar la vigencia de Woolf, no dudó en destacar «la originalidad de ciertas tramas, por ejemplo en ‘Orlando’; en su modernidad narrativa, cuando despliega la técnica del fluir de la conciencia a la par que Joyce; en su afilada capacidad de denuncia y de sutil ironía».
«A la luz de las reediciones actuales es posible dimensionar cuán pionera fue Victoria Ocampo. Es ella la primera que decide traducir al español a Virginia Woolf hacia 1935 a través de su editorial Sur. Para exhibir esto la Correspondencia incluye un listado con las traducciones de Woolf, para contextualizar la importancia del aporte de Ocampo al difundirla», enfatizó.
*AT