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19 enero, 2021

INCREÍBLEMENTE EL ORGANISMO ARGUMENTA QUE LA INFLACIÓN ESTÁ ORIGINADA POR LA 'PUJA DISTRIBUTIVA' Y NO POR EL TIPO DE CAMBIO

¿Relato vs Realidad?: Un documento del propio Banco Central sobre inflación disparó una lluvia de críticas

* Por Leandro Gabin

Mientras que el Gobierno se debate en cómo contener la suba de precios que este año amenaza con irse al 50% (según las estimaciones del sector privado), el Banco Central publicó un controvertido ‘paper’ donde explica las razones de la inflación en la Argentina. Las conclusiones que arroja el documento oficial generaron muchas críticas y es parte del «relato» histórico del kirchnerismo para explicar un fenómeno tristemente célebre en la Argentina como la inflación.

La conclusión básica a la que llega el polémico documento del Banco Central es que «no hay evidencia» de que el aumento de los agregados monetarios esté relacionado con la inflación y que según su investigación, está más bien relacionado a la «puja distributiva».

A través del blog del BCRA llamado «Central de Ideas», un espacio de divulgación de las investigaciones económicas realizadas por la entidad y de análisis de la coyuntura macro, monetaria y financiera, publicaron el post titulado «Sobre los determinantes de la inflación en Argentina».

En el paper, el Central dice: «Sin pretender dar una respuesta definitiva, parece sugerir que el proceso inflacionario puede ser gatillado por una incompatibilidad en la distribución del ingreso existente, lo que comúnmente se conoce como ‘conflicto distributivo'».

 

Un fenómeno difícil de explicar, para el Central

 

Y continúa: «Por ejemplo, ante un incremento del tipo de cambio, y sus consecuentes efectos sobre el nivel de precios, los trabajadores pueden intentar recomponer su salario real reclamando mejoras nominales, lo cual puede tener un efecto ulterior en los precios, dando inicio a una nueva ronda de reclamos de salarios que retroalimenten el proceso inflacionario».

Para el BCRA, la segunda relación, que da cuenta de la influencia de los agregados monetarios en la inflación, «es menos directa». «Muestra que no puede haber desequilibrios persistentes entre la cantidad real de dinero y aquella que el sector privado está dispuesto a demandar en el largo plazo. Pero por sí misma no permitiría concluir cómo se eliminarán dichas discrepancias; en este sentido, si el canal para eliminar un potencial exceso de liquidez en el sistema fuera el incremento en el nivel general de precios, el mismo podría ser el resultado de un exceso de demanda en el mercado de bienes (aunque ello no parece observarse en Argentina, dado que sorpresas en el producto no tienen una influencia significativa para explicar la inflación», afirma el documento.

Además, el BCRA dice que «también puede ocurrir como consecuencia de un reacomodamiento de la cartera del sector privado, quien, al volcar parte de sus excedentes financieros a la demanda de moneda extranjera, termina presionando el tipo de cambio y por ende los precios».

La controversia, obviamente, llegó a la red social número uno para este tipo de debates. En Twitter, varios economistas salieron a responderle al blog del BCRA y su paper sobre la inflación.

«La discusión sobre las causas de la inflación suele presentar contrapuntos muy marcados’. Qué mal empieza el nuevo paper del Banco Central. No, no hay marcados contrapuntos. El consenso es enorme en este tema y en nuestro Banco Central hay marginales, nada más», disparó el economista Iván Carrino.

«Según nuestro Banco Central, en Argentina, uno de los países más inflacionarios de la historia humana, la inflación no es un fenómeno monetario. Cierto, Milton Friedman era un nabo», arremetió José Luis Espert.

Y Fausto Spotorno, economista del estudio de Orlando Ferreres & Asociados, escribió en su cuenta de Twitter que «la teoría económica más o menos aceptada mundialmente, nos explica que la inflación es un problema del mercado de dinero. Pero en la ‘práctica’ …. ¡también!. Tal es así que los Banco Centrales (controlan la política monetaria) son quienes mantienen a raya la inflación».

«Sin embargo, aquí el Banco Central argentino nos explica que la inflación depende de la inflación y es multicausal… En los países en los que la inflación es monetaria no hay inflación, en los que es multicausal sí…», agregó.

Lo cierto es que la emisión de pesos estuvo creciendo fuertemente el año pasado y la inflación estuvo en torno al 37%. Si bien bajó del pico del 2019 que superó el 50%, se produjo por la mega recesión producto de la pandemia, el dólar encerrado en el cepo, y los precios de la economía controlados por el Gobierno.

El derrotero de la emisión de pesos

 

Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, profundizó sobre la emisión monetaria en 2020. Dijo que el Banco Central emitió casi 2 billones de pesos (7% del PBI) para asistir al Tesoro, que tuvo un déficit récord por la pandemia. Sin embargo, la inflación pasó de 50% en 2019 a 35%. «Entonces, ¿se puede emitir sin límites? ¿fin de la discusión? No, para nada», dice. Y enumera:

En primer lugar, el Banco Central retiró 1,3 billones de pesos vía venta de dólares y operaciones de LELIQs y pases con bancos. Por lo tanto, a pesar de que se transfirieron 2 billones al Tesoro, la base monetaria creció «solo» 0,7 billones (+40% en el año).
Más allá de estos números, la emisión récord para asistir al Tesoro generó un exceso de oferta de pesos, algo que en nuestro país suele traducirse en un exceso de demanda de dólares. En respuesta, las cotizaciones paralelas subieron más de 100% en 2020 y la brecha se disparó.

Esta dinámica generó la «sensación» de que el dólar oficial estaba barato y alimentó las expectativas de devaluación. Aun cuando el tipo de cambio oficial estuviera en línea con el promedio histórico y exportáramos más de lo que importábamos, una brecha tan alta es insostenible.

Las expectativas de devaluación pospusieron exportaciones y adelantaron importaciones, en pos de cubrirse del salto cambiario. Como resultado, el superávit comercial pasó de crecer al 40% en el acumulado enero-agosto a caer al 75% entre sep-nov, agravando el problema de dólares.

Por lo tanto, las presiones en los mercados paralelos se trasladaron al oficial. Para evitar que este exceso de demanda forzara una devaluación que agravara la crisis, el Banco Central vendió 4.200 millones de reservas en 2020 (+30% respecto de 2019, sin cepo).

Resultado de esta dinámica, las reservas netas (reservas brutas – dólares de deuda) cayeron 65% el año pasado, cerrando en 4.800 millones, mínimo desde 2015. Por ende, y acá está «el» problema, el poder de fuego del Banco Central para frenar una corrida quedó muy debilitado.

Vale destacar que en diciembre el Banco Central volvió a comprar reservas por primera vez desde junio. Aunque hay factores estacionales que ayudaron, el monto comprado superó al promedio de otros años (u$s500 millones versus 180 millones). Buen augurio, sí, falta, también.

«En resumen, hay un problema con la emisión: el exceso de oferta de pesos se convierte muy fácilmente en exceso de demanda de dólares, que en una situación de pocas reservas netas como la actual se convierte muy fácilmente en una devaluación… que acelera la inflación», concluye el economista de Ecolatina.

 

*iProfesional