25 diciembre, 2021
«Sentimos una gran emoción cada vez que tenemos la posibilidad de reencontrarnos con ballenas que conocemos hace tiempo y, sobre todo, verla con una nueva cría» celebró el biólogo Nicolás Lewin, integrante del equipo del Programa de investigación Ballena Franca Austral.
«Tehuelche» fue filmada y fotografiada en pleno trabajo de parto en proximidades de Puerto Pirámides, y recientemente, 12 años después, fue nuevamente divisada por un drone de observación en el espacio costero de «El Doradillo», unos 35 kilómetros al Este de aquel registro, dentro del Golfo Nuevo, la cara más austral de Península Valdés.
La novedad fue informada por el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB). El informe recuerda que «el 6 de julio de 2012, en cercanías a Puerto Pirámides, la embarcación Zeus se acercó a lo que parecía ser un grupo de cópula de ballenas francas donde había una hembra acompañada de otras tres ballenas adultas».
«Fue en esas circunstancias que la hembra dio un giro y se puso panza arriba, en el momento justo que estaba pariendo una cría morfo gris, es decir, de color casi blanco», relata el ICB.
Este evento fue registrado por el fotógrafo de la embarcación, Luis Pettite.
La historia del parto, sin embargo, no tuvo el final deseado: durante la observación y registro del nacimiento pudieron ver casi un tercio del cuerpo de la cría fuera de la madre, pero luego volvió a entrar, quedando solo su cola visible.
Dos semanas después del evento, «Tehuelche» fue observada en dos ocasiones sin su cría, una vez sola y otra en un grupo de cópula, lo que confirma que la criatura no sobrevivió porque las ballenas francas recién nacidas pasan todo el tiempo junto a su madre.
Los investigadores que monitorean la población de «Eubalaena australis», tal la clasificación científica de la especie, admiten que como en cualquier orden de la existencia hay seres especiales, y allí ubican a «Tehuelche».
«Conocemos a Tehuelche desde 2004. El registro de su parto en 2012 la convirtió en una ballena especial para la comunidad de Puerto Pirámides y para la ciencia también. El reencuentro en 2021 extiende su historia conocida de 8 a 17 años. Ver nuevamente a esta hembra trayendo otro ballenato a la población, es un símbolo de resiliencia y también de esperanza para las ballenas francas de la Patagonia», expresó Mariano Sironi, director Científico del ICB.
Tehuelche es la ballena número 1871 del catálogo de fotogrametría, una técnica que consiste en medir las proporciones del cuerpo de las ballenas fotografiadas desde el aire para determinar cuán gordas o flacas se encuentran y así estudiar el estado general de la población.
Si bien la «fama» de Tehuelche tuvo que ver con el registro fotográfico de cuando «daba a luz», había sido registrada mucho antes, más concretamente el 2 de septiembre de 2004 y volvió a ser divisada el 26 de septiembre de 2006.
En ambas ocasiones estaba en el Golfo Nuevo con cría, señal de que tuvo un intervalo de sólo dos años entre ambos partos, cuando el período normal para las ballenas francas es de tres.
Luego se produjo el registro de su parto en 2012 y recientemente se volvió a identificar con su cría morfo gris en aguas costeras de la zona de El Doradillo, cerca de Puerto Madryn.
Una mirada «no entrenada» de cualquiera que observe una manada puede equivocadamente concluir que las ballenas «son todas iguales».
Eso fundamenta el trabajo de fotoidenficación que se lleva adelante en el «Programa de investigación Ballena Franca Austral» que cuenta en su padrón con más de 4.000 ballenas catalogadas.
Los ejemplares son identificados por el patrón de callosidades, manchas distintivas o peculiaridades físicas.
«Este es el caso de nuestra amiga, que a lo largo de su espalda posee manchas grises y le falta una pequeña parte de su aleta caudal, pero además -y eso condujo a su nombre «Tehuelche»- tiene una de las callosidades de su cabeza alargada con forma de punta de flecha» indica el informe difundido por el instituto.