15 noviembre, 2020
En los últimos meses, más de 10 plantas han dejado de producir definitivamente. Se estima que entre este año y el año que viene, los cierres definitivos de capacidad de refinamiento lleguen a 1,7 millones de barriles diarios.
En su informe mensual del mercado de petróleo, la Agencia Internacional de Energía advirtió que los cierres definitivos de capacidad de refinamiento esperados para 2020-2021 subieron a cerca de 1,7 millones de barriles por día (bpd) ,en momentos en que la pandemia de coronavirus golpea la demanda de combustibles.
Solo en los últimos meses, las refinerías han anunciado más de diez cierres permanentes de plantas, con la capacidad más alta prevista para el cierre, 1 millón de bpd, en los Estados Unidos, según la AIE.
En 2019, la capacidad mundial de refinamiento de crudo se situó en 102 millones de bpd, para atender una demanda de productos refinados de 84 millones de bpd. Esto se redujo a 76 millones de bpd en 2020, con un leve incremento a 80 millones de bpd en 2021, dijo la AIE.
Esta semana, Royal Dutch Shell dijo que reducirá a la mitad la capacidad de procesamiento de crudo y eliminará empleos en su refinería de petróleo de 500.000 bpd Pulau Bukom en Singapur.
En Europa, Petroineos planea suspender casi la mitad del procesamiento de su refinería de 200.000 bpd en Grangemouth, Escocia, y Gunvor cerrará su refinería de petróleo de 110.000 bpd en Amberes en Bélgica.
El estancamiento de la demanda de combustible, el endurecimiento de las normas ambientales y la competencia en el extranjero han llevado a varias refinerías europeas y estadounidenses a optar por convertir sus plantas para que produzcan biocombustibles.
La situación nacional también es compleja no sólo por las dificultades de coyuntura económica sino por el parate que implicó la extensísima cuarentena nacional. Las principales refinerías actualmente en operaciones son Raízen ( Ex Shell) ubicada en Dock Sud. YPF, con sus plantas de La Plata, Plaza Huincul y Luján de Cuyo. Completa el cuadro la destilería de la empresa Axion en la localidad de Campana, en tanto que la planta de San Lorenzo que pertenecía a Oil Combustibles actualmente no opera.
«Tomar la decisión de parar las refinerías debería ser solo un último recurso. Los mecanismos y procesos que intervienen en cada etapa de la destilación son extremadamente complejos, no se trata de bajar una palanca o dar vuelta una llave. Por otra parte todo el plan de seguridad industrial y ambiental de una refinería está pensado para la planta en operación y no es lo mismo hacer una parada técnica por cuestiones de mantenimiento dentro de un plan estándar que sacar de servicio un complejo industrial de grandes dimensiones por tiempo indefinido. Hay algunas cosas que podemos hacer antes, pero lo cierto es que ya comenzamos a hacerlas y al parecer no alcanzan», señaló a uno de los encargados de la refinería más grande del país al inicio de la pandemia.
Según lo que afirman los expertos consultados lo que en la práctica se fue haciendo en las diferentes empresas petroleras fue reducir el ritmo de producción. “Esto es un paliativo, pero debemos considerar que no es posible bajar la producción más allá de un 60% y esto no tiene que ver con temas laborales relativos a reducción de personal o cierre de turnos. La destilería trabaja las 24 horas del día y si bien en la actualidad se ha reducido en parte el personal presente en cada turno, la dinámica de la producción no permite ir más abajo del nivel actual de destilación”, explicaron.
Ahora en pleno desconfinamiento se apuesta a recuperar el ritmo, sin embargo la caída del consumo sigue impactando en el sector.
*EJ, NP