Rápidos y furiosos

Rápidos y furiosos

Horacio Rodríguez Larreta-Patricia Bullrich siguen con los cruces durísimos que ya no sorprende ni a sus aliados

El lunes volvieron a discutir en un zoom de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio. Ella criticó las restricciones y él le respondió que eran necesarias.

Mientras unos destacan la velocidad de Bullrich, otros destacan a Larreta como un «maratonista». Aseguran que sabe que la carrera es larga y que todavía pueden pasar muchas cosas en la Argentina.

-¿Cómo estuvo la reunión de la mesa?

– Discutieron Larreta y Bullrich, bien al estilo PRO.

Este diálogo es cada vez más habitual. Ya pasó por cuestiones vinculadas a la vacunación o con la fecha de las elecciones. El lunes, en una nueva reunión de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, se volvió a repetir: Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich volvieron a ser los protagonistas de un cruce a la vista del restos de los principales referentes del espacio opositor.

Esta vez, el “debate”, como prefieren bajarle la intensidad desde ambas esquinas, giró en torno a las últimas restricciones. La titular del PRO planteó que no se puede seguir haciendo cierres y que no hacía una lectura positiva de los últimos 9 días de confinamiento estricto que terminó el último domingo. Volvió a insistir en la lógica de la “destrucción de la economía” y que las restricciones son “pour la galerie”.

El jefe de Gobierno porteño, por su parte, respondió que las restricciones eran necesarias para contener la situación sanitaria, que el impacto sobre lo económico estaba siendo en un espacio limitado y destacó que la curva se había amesetado y que en estos días se podía esperar una baja en los casos. Según relataron dos fuentes que participaron del encuentro, en un determinado momento parecía que ni se escuchaban. Larreta aportaba datos, fiel a su estilo, y Bullrich replicaba con argumentos en contra de los cierres, también fiel a su estilo. «Ella no quería escuchar un solo argumento de Horacio, porque no le interesa la respuesta», describió una de las voces presentes en el zoom cambiemita.

Es que los aliados ya están empezando a acostumbrarse a los cruces o “intercambios de ideas” (otro eufemismo para bajarle la intensidad) y ven un escenario donde Bullrich está cada vez más cómoda en su rol de tensión con Larreta. «No puede seguir manejando a 240 km/h y llegar ilesa a destino», advierte uno de los referentes. «No soy una loca, pero tengo decisión y actitud», es la respuesta que suele darles Bullrich cuando le van con ese planteo.

Las restricciones de la semana pasada fueron el motivo de la discordia esta vez entre Larreta y Bullrich.
Macri-Espert y un encuentro con miras a un entendimiento electoral

En el fondo hay dos ejes de discusión detrás de los cruces entre Larreta y Bullrich. Por un lado, el presente: cómo posicionarse frente al Gobierno; con moderación o dureza. En ese punto, en la sede gubernamental de Uspallata detectaron que cuando el alcalde levantó los niveles de confrontación se resintió su imagen pública. Perdió entre los votos blandos, que votaron a Alberto Fernández pero ahora están decepcionados. Bullrich, en cambio, viene consolidando un apoyo cada vez más duro, de mayor lealtad.

El otro eje está planteado hacia el futuro, que tiene que ver con la gobernabilidad de un eventual nuevo gobierno de Juntos por el Cambio. Larreta insiste en que será necesario hacer un acuerdo con un sector del peronismo para avanzar en un paquete de reformas. Bullrich apuesta más a un shock para romper el “status quo”.

“Hay mucha sensibilidad me parece, si no se coincide en un concepto ya se habla de que hubo fuertes cruces y reproches”, minimizan desde Uspallata. También cerca de Bullrich buscan apaciguar: “Lo que está claro es la unidad de Juntos por el Cambio y después veremos”.

*EP/by GZ