15 noviembre, 2021
El Presidente prometió convocar a las fuerzas opositoras la primera semana de diciembre.
Por Pablo Winokur
Alberto Fernández esperó los resultados de la elección desde Olivos. A su lado estaban Martín Guzmán, Santiago Cafiero y otros dirigentes del Frente de Todos. Grabaron un mensaje que fue cuidadosamente redactado. Un mensaje que tenía al menos tres destinatarios: la oposición, la propia interna y el FMI.
«En la primera semana de diciembre de este año, enviaremos al Congreso de la Nación un proyecto de ley que explicite el ‘Programa económico plurianual para el desarrollo sustentable’”, anunció Alberto.
«Ese programa contemplará los mejores entendimientos que nuestro gobierno haya alcanzado con el staff del FMI en las negociaciones que lidera nuestro ministro de economía, Martín Guzmán, sin renunciar a los principios de crecimiento económico e inclusión social a los que me he referido previamente». Mensaje: Martín Guzmán sigue en su puesto. ¿Opinan lo mismo todos los socios del Frente de Todos? En la Casa Rosada aseguran que sí.
«Ésta es una decisión política que cuenta con el pleno aval del Frente de Todos. Ha sido el fruto del trabajo conjunto con la Vicepresidenta de la Nación, el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y mi gabinete de ministros y ministras», enfatizó Alberto. No es la primera vez que dice tener el aval de cosas que luego no se verifican en la práctica. Ver para creer.
«El plan no va ser el Presupuesto 2022 como muchas veces se dijo. Vamos a ir más allá», explicó una fuente al tanto de las negociaciones. En concreto, será un plan económico de los que reclama el Fondo Monetario Internacional que incluirá las variables clásicas como:
Porque aunque no es un pedido explícito del Fondo, el organismo quiere saber también cómo la Argentina va a generar empleo privado, lo que descomprimiría el gasto en planes sociales y ayudaría a financiar el deficitario sistema previsional.
«Vamos a tener un plan y ese plan va a tener que considerar el FMI. No al revés», explicaron fuentes oficiales. Se ilusionan con que el board del Fondo pueda aprobar un acuerdo después de Reyes, tras un receso por las fiestas que suelen hacer en el organismo.
El proyecto aún no está redactado integralmente pero está en conversaciones internas por temas de letra chica. «Condensa la visión de Martín de todo este acuerdo con el FMI», explicaron desde Economía a un medio nacional. «Sistematiza lo que venía hablando Guzmán. Se empalma con el proyecto del presupuesto, con este plan a 3 años y el acuerdo con el FMI», aclaran.
Alberto dijo que convocaría «a los representantes de la voluntad popular y a las fuerzas políticas a las que representan, para acordar una agenda tan compartida como sea posible». «Necesitamos que las grandes mayoría generen consensos», sostuvo.
Llamó la atención que en ningún párrafo de su discurso mencionó explícitamente a Juntos por el Cambio, la fuerza que había ganado la elección a nivel nacional y en los principales distritos. Tampoco reconoció el triunfo.
En la oposición surgieron al menos tres perspectivas sobre este posible acuerdo. Por un lado, los halcones plantearon que estarían dispuestos a acordar si se pone en debate la boleta única electoral; hay sectores que siempre ponen a la política por encima de los intereses generales, de un lado y del otro.
Pero entre los moderados también hay diferencias. Algunos creen que la oposición -que acaba de ganar- debe dar una discusión interna para poder llevarle un planteo desde una posición de fuerza al Gobierno. Otros, como Martín Lousteau plantean que hay que hacer el máximo esfuerzo para dialogar y que en todo caso sea el Gobierno el que rompa el diálogo. Eso sí: exigen que en la mesa de negociación estén todos los sectores del Frente de Todos.
Por otro lado, no queda clara cuál va a ser la modalidad del Gobierno para convocar a ese diálogo. Se hablaba en las horas previas de que sería en el marco parlamentario. «El oficialismo ya varias veces intentó sentarnos en una misma mesa con partidos provinciales o de izquierda. No podemos tener todos la misma representación», se quejó una fuente parlamentaria de Juntos por el Cambio.
Pero el miedo fundamental de distintos sectores de Juntos por el Cambio es que no conocen la postura de Cristina Kirchner sobre este posible acuerdo. «Empezamos mal. Dice que va a convocar al diálogo para resolver los problemas de deuda que nosotros generamos. Nos convoca atacándonos. ¿Qué pasa si después Cristina dice que no se puede hacer un acuerdo con tal o cual?», plantean.
Por ahora, por lo visto, el acuerdo no le entusiasma a nadie. Habrá que esperar a diciembre para conocer la letra chica.