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23 agosto, 2021

Que no pare la joda…

Mientras siguen las detenciones en fiestas ‘clandestinas’ por tratarse de encuentros populares o de jovenes, la política no deja de soprender. Mientras el propio presidente de la Nación aún parece no registrar la gravedad de su falta, por tratarse del violador del DNU que el mismo estampó, la oposición, que hizo ‘dulce’ con el hecho, recae en el mismo pecado de inmpunidad nada menos que con la fiesta de cumpleaños de la ‘reserva moral de la patria’: la emblemática Lilita Carrió.

Un hecho que terminó siendo un buscapié para Cambiemos en plena campaña y sobre todo un salvavidas para el OlivosGate que terminó atemperado por sus propios denunciantes, topos a full mediante.

Ahora el denunciante de la fiesta de Carrió pedirá los PCR de los 70 invitados y los mariachis como para seguir la cantinela.

El nuevo escandalete fue en diciembre del año pasado, cuando se realizó la fiesta de cumpleaños, no estaban autorizadas las reuniones sociales de más de 20 personas. Participaron varias figuras de Juntos por el Cambio.

El abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten, quien denunció a Elisa Carrió ante la Justicia por albergar en su residencia de Exaltación de la Cruz una fiesta con 70 invitados en diciembre pasado pedirá mañana los PCR negativos que informaron los invitados y los mariachis contratados para homenajear a la líder de la Coalición Cívica.

Carrió dijo que los invitados a su fiesta se habían hecho el testeo antes de acudir a su domicilio en Exaltación de la Cruz.

Entre los invitados a la fiesta estuvieron varias figuras de la oposición, como el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; el precandidato a diputado nacional Diego Santilli; y el jefe del interbloque Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados, Mario Negri; y el ex ministro de Economía Alfonso Prat Gay.

Según confesó la cumpleañera, durante la fiesta hubo bailes y hasta un show de mariachis.

En las fotografías que se difundieron, los participantes aparecen sin tapaboca, tanto en espacios abiertos como cerados, y sin cumplir la distancia mínima obligatoria.

«Mi cumpleaños fue al aire libre, había gente de ochenta años. No fue un cumpleaños de políticos, lo hice consultando con el intendente de Capilla del Señor. Todos vinieron testeados», justificó Carrió el sábado, además de reconocer que le dieron ganas de irse del país a raíz de la denuncia.

Pese a las explicaciones, el permiso era para una reunión al aire de un máximo de diez personas y no para más de 70 invitados, por lo que el festejo se desarrolló de forma clandestina.

El jefe de gabinete, Santiago Cafiero, dijo este domingo que «hay una doble vara» para juzgar a Alberto Fernández por la fiesta de cumpleaños de Fabiola Yáñez en la Quinta de Olivos, y recordó que en diciembre de 2020, cuando tuvo lugar el festejo de Carrió, las reuniones de más de 20 personas no estaban autorizadas.

«¿Van a pedir disculpas ellos o no?», dijo en declaraciones radiales.

A la par hay quienes le retrucaron que Carrió no es en todo caso la autora del DNU y la Jefa de Gobierno Argentino (afortunadamente), por lo que la gravedad del hecho por supuesto que es diferente.

Para gran parte de la sociedad el descreimiento en la política parece haber llegado a una de sus máximas expresiones, aunque siempre hay margen para un poco más.