21 julio, 2025
Con el arribo del buque OSV Fugro Resilience a Punta Colorada, se activa una fase técnica decisiva del proyecto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), la infraestructura que conectará el yacimiento con el Atlántico. El estudio geotécnico determinará cómo y dónde se instalarán las monoboyas que permitirán exportar crudo de forma directa hacia los grandes mercados internacionales.
Río Negro comienza a escribir un nuevo capítulo en la historia energética del país. A 32 millas náuticas de la costa, frente a Punta Colorada, ya opera el OSV Fugro Resilience, un buque especializado que marca el inicio formal de los estudios marinos del megaproyecto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), la obra que busca cambiar para siempre la logística de exportación del petróleo argentino.
Este buque de bandera de Bahamas, con 83,4 metros de eslora y equipado con laboratorio a bordo, tiene la misión de llevar adelante un relevamiento geotécnico exhaustivo del lecho marino en un área de entre 5 y 9 kilómetros mar adentro, donde se proyecta instalar las dos monoboyas de carga que serán el punto final del nuevo oleoducto.
Estas estructuras permitirán que buques petroleros de gran calado carguen crudo directamente desde la costa rionegrina, sin pasar por terminales intermedias ni depender de puertos del norte.
El trabajo del Fugro Resilience, que comenzó el viernes 11 de julio, se extenderá por al menos cuatro semanas, durante las cuales tomará muestras del subsuelo marino para analizar su composición y resistencia.
Las monoboyas serán los puntos terminales de carga de petróleo hacia barcos de gran calado. Cada decisión depende del relevamiento que ejecuta ahora el buque, bajo estrictos protocolos ambientales y de seguridad.
El VMOS contempla la construcción de un oleoducto de 437 kilómetros desde Allen, en el Alto Valle rionegrino, hasta Punta Colorada. A lo largo del trazado se avanza en paralelo con frentes de obra terrestres, costeros y marítimos.
Se trata de una infraestructura de escala inédita en la Patagonia, que apunta a transformar a la región en un nuevo hub exportador de hidrocarburos.
El trabajo del Fugro Resilience, que comenzó el viernes 11 de julio, se extenderá por al menos cuatro semanas, durante las cuales tomará muestras del subsuelo marino para analizar su composición y resistencia.
Estas muestras se procesan primero en el laboratorio del propio barco y luego serán enviadas a centros especializados en Estados Unidos para su caracterización definitiva. De los resultados dependerá la ubicación final y el diseño estructural de las monoboyas, así como sus sistemas de anclaje.
Este estudio técnico es esencial para definir el diseño final de la terminal exportadora, que será una de las mayores de Sudamérica y estará preparada para despachar hasta 700.000 barriles diarios en su máxima capacidad.
Desde el Consorcio VMOS —integrado por YPF, Pan American Energy, Vista, Pampa Energía, Chevron, Pluspetrol, Shell, Tecpetrol y la empresa estatal Gas y Petróleo del Neuquén (GyP)— aseguraron que los estudios se están llevando adelante “bajo los más estrictos estándares internacionales de seguridad y cuidado ambiental”.
La magnitud del proyecto queda clara al observar su estructura financiera: el mes pasado se concretó un crédito internacional por 2.000 millones de dólares, que cubre gran parte de los más de 3.000 millones de inversión total proyectada. Con este respaldo, se estima que en septiembre de 2026 podrían comenzar las primeras exportaciones, con un volumen inicial de 180.000 barriles por día.
En los años siguientes, se proyecta escalar esa cifra a 50.000 barriles diarios, y llegar a su capacidad máxima de 700.00 barriles diarios, lo que implicaría exportaciones por más de 15.000 millones de dólares anuales, equivalentes a toda la producción actual del país.
La terminal offshore de Punta Colorada será, una vez operativa, una de las más grandes de Sudamérica y la primera en su tipo en la Patagonia argentina. Su localización fue estratégicamente elegida: aguas profundas, baja densidad poblacional, y una ubicación intermedia entre los principales yacimientos de la Cuenca Neuquina y los corredores marítimos del Atlántico Sur.
El buque hoy trabaja a 32 millas de Punta Colorada, frente a la costa atlántica, donde toma muestras geotécnicas para determinar el anclaje de las monoboyas.
Con el relevamiento geotécnico en marcha, se ingresa en una etapa técnica crítica que definirá el diseño final de toda la terminal de exportación: las monoboyas, los sistemas de anclaje, los ductos marinos, los tanques costeros de almacenamiento y los sistemas de carga offshore.