3 febrero, 2022
Sólo premiaría a la riojana Vega que ayudó a sancionar la ley de bienes personales. Le darían una presidencia, pero no habría ninguna para la UCR y el PRO.
Por Juan Carlos Casas
El fallido intento de Juntos por el Cambio por frustrar la última sesión del Senado le jugaría una mala pasada en el reparto de comisiones: en represalia, los referentes del Frente de Todos tendrían decidido no darle ninguna presidencia.
Y sí le garantizarían una a la riojana Clara Vega, que fue aliada de la oposición hasta que ese día le aportó al oficialismo el voto que le faltaba para alcanzar el quórum, por el Covid positivo del catamarqueño Guillermo Andrada.
El reglamento obliga a que las comisiones tengan una representación proporcional al reparto de fuerzas en el recinto, pero nada dice de las presidencias, que se eligen por mayoría simple de sus integrantes. El oficialismo y sus aliados la conseguirían en todas y así despojarían de poder a Juntos por el Cambio.
Si bien una minoría podría quedarse sin ninguna presidencia, es habitual que se le conceda al menos alguna que no sea prioritaria para el oficialismo de turno. En 2020, aun con la pandemia iniciada, Cristina Kirchner le cedió la de Salud al radical Mario Fiad, quien así puedo acceder en tiempo real a los contratos de vacunas con los laboratorios.
Molestos porque Juntos intentó dejar la última sesión sin quórum, los senadores oficialistas no le darían presidencias de comisiones. A la riojana Vega le darían Economías Regionales.
Los dirigidos por José Mayans no están dispuestos a repetir esa generosidad y así se lo hicieron saber a Cristina, molestos porque Juntos no cumplió con el compromiso de sostener el quórum asumido en las últimas dos reuniones de labor parlamentaria.
Si bien el Frente de Todos puede conseguirlo por su cuenta, con el aporte de los aliados Alberto Weretinleck y Magdalena Solari Quintana, cualquier contratiempo los obliga a aplazar la sesión.
El Covid positivo de Andrada fue un caso, porque casi provoca que se posponga una semana la votación. El quórum fue posible con la ayuda de la riojana Vega, quien venía siendo aliada de Juntos por el Cambio, pero prefirió cruzarse de vereda.
Vega es una peronista disidente de La Rioja del partido «Hay futuro», referenciado en el diputado Felipe Álvarez. En la última elección legislativa no se integraron a Juntos por el Cambio de su provincia, por resistencia de la UCR, que por entonces era presidida por el mendocino Alfredo Cornejo, actual presidente del interbloque de senadores.
Vega es una peronista disidente de La Rioja. En la última elección no se integró a Juntos por el Cambio por resistencia de la UCR que presidía Cornejo. El actual presidente del interbloque de senadores de Juntos intentó convencerla de no dar quórum en diciembre, pero fracasó.
Cornejo intentó convencerla de no dar quórum en diciembre, pero no pudo. Como premio, Vega podría ser bendecida con la presidencia de la Comisión de Economías Regionales. Las negociaciones están en marcha.
Si bien Vega es opositora en La Rioja, el gobernador Ricardo Quintela la recibió en su despacho para gestionar ayuda por inundaciones en su distrito.
También podría tener algún lugar privilegiado en alguna comisión Alejandra Vigo, esposa del gobernador Juan Schiaretti, que en aquella sesión de fin de año permaneció en el recinto cuando ya había quórum. Los cordobeses harían de policía malo en Diputados, donde sus votos son claves para el quórum que el gobierno no tiene. No se los darían casi nunca.
Mayans sostendría a los oficialistas que ya tienen presidencia de comisiones, como Anabel Fernández Sagasti en Acuerdos y Adolfo Rodríguez Saá en Relaciones Exteriores. El aliado Weretilneck mantendría Agricultura.
Y continuaría empoderando a los senadores que terminaron molestos por la derrota electoral de noviembre y amagaron con armar un bloque aparte.
En diciembre, le concedió al riojano Ricardo Guerra la comisión de Presupuesto. El jujeño Guillermo Snopek podría tener Asuntos Constitucionales, el entrerriano Edgardo Kueider comunicaciones y el salteño Sergio Leavy en Defensa. Carlos Espínola podría tener vocalías en las más importantes.
Cristina Fernández pediría a Juliana Di Tullio en la bicameral mixta revisora de cuentas, que seguirá estudiando los últimos gastos auditados de Mauricio Macri y empezará con los primeros de Alberto Fernández. En Salud, el tucumano Pablo Yedlin reemplazaría al radical Fiad. Viene de ocupar el cargo en Diputados.
De todos modos, tampoco hay apuro para definir la integración de las comisiones, porque no creen posible poder sesionar hasta marzo, porque los casos de Covid impiden al oficialismo garantizar el quórum. Y Juntos tiene minoría.
*LPO/NA