3 octubre, 2021
El ministro de Seguridad, Federico Massoni salió al cuadrilátero nuevamente a sumar puntos, una vez reconfirmado esta semana por el gobernador Mariano Arcioni, tras las conversaciones en Buenos Aires y después de los rumores sobre los pedido de bajar sus candidatos.
El candidato a senador por ChuSoTo que arrimó tercero en las PASO no tiene más remedio que salir a la campaña ‘a las piñas’ para tratar de sumar votos con tres frentes claros para colectar: los indecisos, los que no votaron y los peronistas desencantados. Mientras que tiene claro que será muy difícil apuntar a restarle votos a Juntos, más allá del sesgo derechoso que agita Massoni.
En ese marco, está claro que sobre los indecisos y ausentes difícilmente pueda forzar frontoneo alguno, pero si con el exintendente Carlos Linares, el contrincante ideal al que parte del peronismo le reprocha incluso un exceso de dedo en el manejo del partido y las candidaturas que ahora está padeciendo. Por eso el ejercicio de desgaste no se hizo esperar y comenzó la semana pasada en el lugar que más le dolería: su bajo apego a la agenda de gestión laboral.
Massoni lo trató de ‘vago’ y se autoreferenció describiendo su agitadísima rutina diaria, más propia de un miembro de seguridad de fuerzas de elite, que de un funcionario político.
Linares no tuvo peor idea que salir a defenderse explicando que también estaba de pie a las 4,30 de la mañana.
Fue otro cruce de guantes con roces virulentamente comparativos y que entraron de lleno en el pómulo del imaginario colectivo, respecto a varios políticos vitalicios que la gente asocia ‘exceso de rosca y poco laburo’.
El discurso de Massoni logró sacar a Linares a la cancha, no así a Nacho Torres, a quien también apuntó, y orientó el discurso a atemperar su mayor debilidad que es precisamente la gestión, invitando a una comparativa no de resultados ni calidades, sino de horas de trabajo.
Por ahora el round fue neto para Massoni, y habrá que ver como viene la devolución del comodorense los próximos días, cuando precisamente se sume nada menos que Alberto a caminar territorio chubutano, y haya que garantizarle la seguridad.
Para los miradores finos, parece muy complejo que quienes ya votaron a Massoni o a los candidatos de Juntos por el Cambio, lo hagan por Carlos Linares y el Frente de Todos. “Salvo algunos radicales tradicionalistas que votaron a Mario Cimadevilla en la interna y que quedaron heridos con los propios” se esperanzan en el PJ.
El gran dato en todo caso en este pugilato es que Massoni no tiene nada que perder, y en el peor de los escenarios se mantendrá como funcionario de Arcioni dos años más, tratando de reposicionarse con vista a la intendencia de Trelew.
Mientras que Linares ya ingresando al Senado con esta baja perfomance, debería despedirse de sus aspiraciones a la Gobernación en 2023. Esa es la cuenta que hacen los propios compañeros que no se esmeraron mucho en sumarle votos en el Valle y Madryn y Comodoro, dicen los que saben.