Predicción de enfermedades
La fibra óptica puede ayudarnos, incluso, a predecir enfermedades. Somos genética. Dentro de nuestro código genético, están implementadas enfermedades que podríamos llegar a sufrir en un futuro. A veces se manifiestan y a veces no.
A través de un biosensor de fibra óptica podemos llegar a saber si tenemos predisposición a una enfermedad o vamos a padecerla en algún momento. Si existe una manifestación química dentro del cuerpo, es posible detectar esa molécula que dice que voy a empezar a tener una cierta patología y, así, poder reaccionar con antelación.
Hay personas que han querido saber qué enfermedades podrían llegar a tener y, en base a eso, sin esperar a los síntomas, actuar antes de tiempo. Saber que en un futuro podríamos desarrollar Alzhéimer, por ejemplo, puede cambiar nuestra vida y la de quienes nos rodean. Quizá comenzaríamos a vivir mejor o haríamos cosas que probablemente no haríamos en una situación normal. Para ello diseñamos los biosensores, para adelantarnos o, si ya hay síntomas, ayudar a ponerle nombre y tratamiento a nuestra dolencia.
Beneficios para el sistema de salud
Detectar una enfermedad antes de que se manifieste y se llenen las UCI evitaría un sobrecoste al sistema sanitario. Identificar a tiempo enfermedades que son crónicas, como el Alzhéimer, la diabetes, la celiaquía, etc. supone atender al paciente en Atención Primaria y evitar el traspaso a las urgencias o al hospital, que es lo que supone este aumento de recursos.
No estamos en los mejores tiempos para gastar recursos sanitarios porque sí, y menos en el futuro, cuando la población esté más envejecida. Si lográramos disponer de estos biosensores en Atención Primaria, podríamos detectar enfermedades crónicas y retrasar, en la medida de lo posible, el ingreso en el hospital.
El objetivo de la ingeniería en la medicina es ayudar a los médicos a curar a las personas. El hecho de que los médicos sepan hablar el lenguaje de la ingeniería y la ingeniería sepa hablar el lenguaje médico es esencial para que se puedan generar proyectos comunes en base a una necesidad médica.
Los médicos hoy en día nos están salvando. Pero hay que tener en cuenta que, si lo están haciendo, es porque tienen a su disposición una tecnología que se desarrolla en grupos de investigación que convierten una base científica en herramientas para ayudar a los pacientes.
Veamos las cosas con naturalidad. El mundo clínico sabe las necesidades y los objetivos que se han de conseguir. La ingeniería sabe buscarse la vida para intentar llegar a los objetivos que se marquen.
Fomentar proyectos de investigación sobre desarrollo tecnológico en salud donde la ingeniería juegue un papel relevante al nivel de la medicina puede mejorar la calidad del sistema de I+D en salud y, por supuesto, las prestaciones de nuestro ya reconocido sistema sanitario.