16 enero, 2025
El pasado fin de semana, en Playa Unión, tuvo lugar la primera jornada de limpieza de este 2025, organizada por la Fundación Sin Azul No Hay Verde. En tan solo una hora y media, un equipo de 15 voluntarios recolectó 140 kilos de plástico a lo largo de 500 metros, que corresponden al brazo del río Chubut, un sector clave por su cercanía a la desembocadura en el mar.
Juan Coustet, coordinador de la Fundación en Chubut, explicó que esta fue la primera actividad del año y se llevó a cabo en el área conocida como «el Elsa», un punto estratégico para evitar que los plásticos terminen en el océano: «Realizamos una limpieza en el margen del río, enfocándonos únicamente en plásticos, que era el residuo predominante. Encontramos gran cantidad de restos urbanos y también residuos de la actividad pesquera, como baldes, tapas, pedazos de cajones y algunos guantes de látex», detalló.
Todo el material recolectado fue trasladado a Reciclados Patagónicos para su posterior tratamiento, recuperación y reutilización, remarcó Coustet: «En total, llenamos cuatro bolsones con 140 kilos de plástico exclusivamente, recolectados en un tramo de no más de 500 metros. Realmente es mucha cantidad para un recorrido tan corto».
La elección del lugar no fue al azar. Según Coustet, el río Chubut que desemboca en el puerto de Rawson transporta los plásticos hacia el mar con las mareas altas o extraordinarias. Esto convierte a ese sector en un punto crítico para mitigar la contaminación oceánica.
«Retiramos plásticos que estaban muy próximos a los márgenes. Si no los sacábamos, terminarían indefectiblemente en el mar. Es importante entender en este punto que todo está conectado en la naturaleza «, destacó Coustet.
La jornada contó con la participación de personas de todas las edades, desde familias hasta jóvenes de poco más de 20 años. Desde la organización de la limpieza se destacó la diversidad del grupo y el compromiso demostrado en cada actividad.
«Participaron alrededor de 15 personas. Había familias, y un grupo de gente muy joven. Fue una linda mezcla de edades y perfiles. Todos comprometidos en cuidar este hermoso lugar y mantenerlo sano».
Tras la actividad, algunos voluntarios se quedaron compartiendo mates y disfrutando del atardecer en el Elsa, un gesto que cerró la jornada con un sentido de comunidad y conexión con el entorno.
«Al finalizar, nos quedamos un rato contemplando el atardecer. Fue un lindo cierre para una actividad tan significativa. La idea es tomar conciencia y entender la relevancia de este tipo de acciones».
Además de los kilos de plástico retirados, la actividad subraya la importancia de abordar localmente un problema global. Desde Sin Azul No Hay Verde se busca generar conciencia sobre el impacto de los residuos plásticos y la necesidad de evitar que lleguen al océano, donde las consecuencias son irreversibles.
La Fundación planea continuar organizando estas jornadas y sumando voluntarios. Las acciones colectivas como esta, aunque parezcan pequeñas frente a la magnitud del problema, son fundamentales para proteger los ecosistemas y los paisajes que forman parte de la identidad de cada una de las personas.
*SANV