15 abril, 2022
La inflación y la suba de los costos de las prestaciones médicas obligaron a muchos afiliados a achicar la cobertura o buscar una compañía más económica.
Las empresas de medicina privada no escapan a la dura realidad que atraviesan otros sectores de la economía. Desde las prepagas aseguraron que la pandemia les significó un cimbronazo fuerte, pero más complejo es mantenerse a flote en la actualidad, cuando además de las “cicatrices” que dejo el covid-19, se desencadenó una guerra que puso en jaque la estabilidad de todo el mundo. “La situación es compleja”, aseguraron desde las firmas que trabajan en la región.
En 2020 en tiempo récord, la medicina privada tuvo que reinventarse. “Hace exactamente dos años, hubo que reconvertirse rápidamente para poder brindar servicios en un momento de máxima incertidumbre, sin poner en riesgo al personal médico y administrativo. Aceleramos los procesos de digitalización y simplificamos el acceso a los servicios”, comentaron directivos de OSDE.
Aseguraron que durante el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio cayeron abruptamente las prestaciones médicas por fuera de lo que era covid, pero con la llegada de las aperturas se percibió un aumento también vertiginoso de las autorizaciones de prestaciones.
“La gente se fue animando y retomó los controles médicos, las cirugías que habían sido postergadas y la atención básica de la salud. Nosotros tuvimos que buscar un equilibrio para poder atender toda esa demanda”, explicó Santiago Dávalos, de Prevención Salud.
“En pandemia hubo una merma en la demanda de atención de todo lo que no fuera covid. Pero esa demanda explotó a la salida de la pandemia. Por debajo de eso, que fue lo disruptivo, subyace una realidad constante desde hace años, que combina factores globales como inflación y lobby farmacéutico y de la tecnología médica, con otros locales como la judicialización de la medicina y el descalce entre ingresos en pesos y costos en dólares”, agregaron desde OSDE.
El afiliado recalcula
Desde la vereda de enfrente se encuentra el afiliado, que debe afrontar costos altísimos para contar con cobertura médica, que si bien es necesaria se comenzó a reevaluar entre las prioridades de los hogares que no llegan a fin de mes con otras coberturas escenciales como alimentación, alquileres, servicios básicos y educación.
El valor mensual de un prepaga va desde los 5.000 pesos por mes, por persona, hasta los 15.000 (si se opta por los planes premium). Los costos se dispararon luego de que en enero comenzó a regir un incremento del 9% de las tarifas de las prepagas, que implica una suba acumulativa del 61,04% desde marzo de 2021 hasta enero de este año.
Pero los valores se incrementan cuando la cobertura es más amplia y sin restricciones. En estos casos pueden rozar los 18.000 pesos mensuales, de acuerdo al plan que se quiera obtener.
Si la contratación de la prepaga es para todo el grupo familiar, por ejemplo dos adultos y dos menores de edad, se necesitará disponer de entre 27.000 pesos y 73.000 pesos aproximadamente, dependiendo de la empresa y el plan que se elija.
Frente a estos aumentos, desde las prepagas confirmaron que en los últimos meses se percibió un movimiento importante de asociados de una empresa a otra y sobre todo la baja de los planes. “Nuestra demanda es muy inelástica. La gente prefiere recortar otras cosas pero, mientras puede, mantiene su cobertura médica. Lo que observamos es caída de planes”, comentaron los directivos de OSDE de Patagonia Norte.
En el mismo sentido se manifestó Dávalos de Prevención Salud. “Hay una tendencia al cambio de prepagas, pero lo último que suspende la gente es la cobertura médica”, remarcó.
Esta variación entre las altas y bajas en las afiliaciones pone a las empresas en un situación de continua evaluación de tácticas.
Todo el tiempo tienen que planificar nuevas estrategias para mantener a sus afiliados e intentar sumar nuevos asociados. Y en ese camino están, pero quienes conducen los destinos de las prepagas ven un futuro incierto.
“El resultado de todos los factores es una enorme preocupación por el futuro inmediato. Y ahora se suma la guerra, que empuja hacia arriba el precio de los alimentos en el mundo. Todo sale del mismo bolsillo, del mismo salario. Allá por 2015, teníamos uno de los salarios más altos en dólares de la región, hoy tenemos uno de los más bajos. ¿Alguien puede pensar seriamente que esto, que impacta en todas las esferas, no afecta la salud?”, concluyeron.
Para este año, el ministerio de Salud autorizó tres aumentos para las prepagas: el 9% que comenzó a regir en enero, un 6% en marzo y otro porcentaje igual que se aplicó este mes. Estos se sumaron a los ajustes que ya se habían autorizado durante el año pasado: tres cuotas del 9% en agosto, septiembre y octubre
Con estos incrementos, en la actualidad, un joven que quiera afiliarse a una empresa de medicina privada debe abonar un mínimo de 5.000 pesos por mes. En tanto que si opta por un plan de los denominados premium el costo rondará los 15.000 pesos en promedio.
Pero los valores se incrementan cuando la cobertura es más amplia y sin restricciones. En estos casos pueden rozar los 18.000 pesos mensuales, de acuerdo al plan que se quiera obtener.
Si la contratación de la prepaga es para todo el grupo familiar, por ejemplo dos adultos y dos menores de edad, se necesitará disponer de entre 27.000 pesos y 73.000 pesos aproximadamente, dependiendo de la empresa y el plan que se elija.
En los últimos años las prepagas resolvieron aplicar planes de financiación accesibles para los afiliados que mantenían impagas las cuotas. De esta manera, evitaban que se solicitara por parte del socio, la baja del servicios.
Desde las empresas de medicina privada aseguraron que la relación entre altas y bajas de servicios, permite mantener el equilibrio de la cantidad de afiliados.
Además, insistieron en que lo que se produjo en los últimos tiempos es un cambio de obras sociales privadas o pases de una a otra. Pero además, “lo que más se produjo fue cambios de los planes. La gente prefiere mantener la cobertura médica pero fue eligiendo reducir la cantidad de prestaciones brindadas para poder pagar las cuotas mensuales y mantenerse al día”, coincidieron los directos de las compañías que operan en la región.
Desde los hospitales de la ciudad de Neuquén no pudieron confirmar, si hubo un incremento de la demanda en guardias y consultorios de pacientes que luego de perder su obra social privada, concurren al sector público.
“No es un dato que se puedan cuantificar claramente. No es un dato que pueda impactar en la demanda pública”, confirmaron.