25 junio, 2020
BUSCA RECORTAR UN 30% LOS COSTOS DE LOS SERVICIOS. ¿EL ´JAQUE´ TIENE OLOR A MINERÍA?
Por Trivia Demir
La decisión de concentrar la estructura administrativa patagónica de YPF en dos regiones: Neuquén y Santa Cruz, desmontando su base en Chubut, fue un golpe duro para la dirigencia provincial, donde la gran mayoría apeló a la historia del petróleo nacional y el origen de la propia compañía. Sin embargo es probable que las reacciones políticas sean tardías, y hasta velen probablemente el verdadero proceso de desande que comenzó a realizar la compañía ´de bandera´.
La clase política, al fin y al cabo, no debería mostrarse tan asombrada, ya que hubo no sólo indicios, sino hasta reuniones por videoconferencia hace menos de quince días que lo anticiparon. O tienen mala memoria o no profundizan en los acontecimientos que suceden bajo sus narices.
La preocupación masiva es entendible, porque precisamente se trata de una decisión que pone en crisis no sólo la vida de la gente y cientos de puestos de trabajo, sino además la fe en el oficialismo, que por un lado propone una nacionalización resonante como la de Vicentin en pos de la defensa del empleo y la producción, y por otro hace prácticamente todo lo contrario con la principal empresa ya estatizada, que es YPF.
Pero ¿cuál es el escenario en el que se toman las definiciones en la petrolera? La realidad dicta que YPF enfrenta meses definitorios al igual que las grandes petroleras del planeta y se debatió entre hacer lo correcto o hacer lo posible.
Para capear los efectos destructivos del Covid-19, la petrolera controlada por el Estado, pretende recortar un 30% los costos de los servicios petroleros. Así de cortito.
La negociación grande con sus cientos de contratistas comenzará en julio, pero ya fue adelantada por el CEO de la empresa, Sergio Affronti (foto), en distintas reuniones que mantuvo por teleconferencia con referentes políticos de todas las provincias petroleras y representantes de proveedores de servicios.
Con el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni de hecho mantuvo videoconferencia el 26 de mayo pasado donde la provincia planteó la preocupación por las pymes vinculadas.
Allí, en esa pantalla, estuvieron en línea además de Arcioni, miembros del Directorio de YPF, Sergio Affronti y Horacio Forchiassin, junto al subsecretario de Hidrocarburos de la Nación, Juan José Carbajales, y representantes de la Cámara de Servicios Petroleros y gremios, para evaluar la situación de las empresas Pymes proveedoras de la petrolera nacional y cómo seguir sosteniendo las fuentes laborales en el sector. (Ver https://www.elchubut.com.ar/nota/2020-5-26-18-49-0-arcioni-evaluo-con-el-directorio-de-ypf-medidas-para-las-pymes-proveedoras-de-la-petrolera )
O sea que la noticia de la retirada de la petrolera de su sede administrativa de Comodoro Rivadavia, era más menos un achique esperado y anunciado, mal que pese.
Desde que se desató la pandemia, YPF implementó una agresiva política con sus contratistas. Se resguardó en la crisis sanitaria y apeló a la cláusula de fuerza mayor —que está prevista en los contratos— para desconocer legalmente sus obligaciones con las empresas de servicio.
Fue la primera petrolera que lo hizo. Luego se sumaron otras como Tecpetrol. La mayoría de las operadoras no recurrió aún a esa vía y mantiene una relación menos conflictiva con sus proveedores.
Según los entendidos del sector, YPF se vio obligada a tensar la cuerda porque su caja se deterioró por la caída de la venta de combustibles. Hoy es inferior a los US$ 700 millones.
Los ingresos de la compañía —el mayor jugador del mercado, con una participación del 60%— cayeron en abril casi un 50% con relación a febrero, el último que se completó sin impacto del Covid-19.
En ese escenario restrictivo, YPF sólo certificó servicios en abril por US$ 90 millones. A su vez, compró materiales por US$ 20 millones, un cuarto de los US$ 82 millones mensuales que promedio entre enero y marzo de 2020.
En total, la empresa sólo gastó en abril US$ 110 millones (sumando certificación de servicios y adquisición de insumos) contra los US$ 450 millones por mes que venía gastando. Son datos que la compañía difundió a funcionarios provinciales, aunque de manera desperdigada, pero que sintetiza la previa a los desenlaces que se van dando.
Ese mar de fondo explica la tensión con los contratistas que se vivió en las últimas semanas. El epicentro de ese conflicto está en Neuquén, donde la federación que nuclea a las PyMEs de la provincia directamente advirtió que a raíz de la estrategia de YPF no podrá completar el pago de los salarios de junio » (Ver https://econojournal.com.ar/2020/05/las-pymes-neuquinas-advierten-que-no-podran-pagar-los-sueldos-completos-de-mayo/ )
Pero con menos estridencia, la situación se repite en todas las provincias petroleras y también los complejos de refinación. Por caso, son varias las empresas contratistas de la refinería de La Plata que atraviesan serias dificultades.
Para cobrar por los trabajos realizados, las empresas contratistas de YPF deben primero certificar esas tareas (con alguno de los cientos de supervisores encargados de validar las operaciones), conseguir el documento interno que aprueba el proceso y recién ahí se emite la orden de compra para que los proveedores facturen y cobren sus trabajos.
Cuando se desató la pandemia, YPF cerró por unos días el sistema para certificar tareas. Lo reabrió cuando se dio a conocer el acuerdo con los sindicatos petroleros, que definió que los operarios que no están prestando de servicios debían cobrar en mayo y junio un ingreso no remunerativo equivalente al 60% del salario de bolsillo percibido en febrero.
Ahí surge la primera dificultad: ¿cómo se calcula la remuneración que deben percibir las empresas contratistas que no prestaron servicios en abril por estar en cuarentena?
YPF definió diferentes criterios de pago en función de cada rubro de servicios. Pero para cumplimentar con el acuerdo con los gremios, se comprometió a reconocer —al igual que el resto de las petroleras— el costo de la mano de obra. Pero eso no se concretó.
Afirman los sitos especializados que a la gran mayoría de los contratistas de YPF, el dinero abonado por la petrolera no les alcanzó para cubrir los salarios de su personal. De ahí el malestar de los proveedores, en especial de las PyMEs. En Chubut, con lo reconocido, quedaron sin cobrar entre 500 y 600 trabajadores.
La conducta con los contratistas fue evidenciando la nueva etapa de ´salvataje´ en la que entra la compañía. Primero una salvedad: como apeló a la cláusula de fuerza mayor, la empresa giró el dinero a sus contratistas en concepto de préstamo. Es decir, no les pagó a los proveedores por los trabajos prestados, sino que lo transfirió como un ‘crédito’.
Seguramente dentro de algunos meses, cuando se renegocien los contratos y se discuta la deuda con cada contratista, la compañía introducirá el tema en la discusión.
Y dos cuestiones que señalan desde el sector: A las empresas que no están prestando servicios, no les reconoció el dinero suficiente para pagar el salario no remunerativa equivalente al 60% del sueldo de febrero, tal como se desprendía del acuerdo. Lo curioso es que tampoco certificó el pago a las empresas contratistas que sí prestaron servicios por estar afectadas a las guardias mínimas de los yacimientos. Son servicios ligados a la producción que no se interrumpieron.
Esas empresas, que prestaron un servicio esencial, tampoco cobraron lo establecido en los contratos. La empresa volvió a apelar a la fuerza mayor (la pandemia) para pagar en los mismos términos que a los proveedores que no trabajaron.
Pero no sólo se trató de incumplir con las prestadoras de servicios probablemente en el peor momento para pensar en una reconversión o captación de nuevos clientes, sino que además YPF rescindió contratos.
El secretario de Petroleros Chubut, Jorge “Loma” Ávila lo dijo el 4 de junio pasado, tal vez no con toda la vehemencia necesaria para que el arco dirigente entendiera, pero lo dijo. Manifestó que además del incumplimiento con las Pymes, se sumó un nuevo problema porque ese día San Antonio Internacional comunicó que YPF le rescindió contratos por 6 equipos, de los cuales dos operaban en Chubut (de perforación y terminación) y otros 4 equipos operaban en la provincia de Santa Cruz. Con esa situación cincuenta personas aproximadamente ya estaban ´boyando´ y sin empleo.
¿Y porqué no aplicó el discurso de la suspensión de despidos en cuarentena? Según Ávila, no hay garantías en ese sentido: “La suspensión de despidos exige el pago de indemnización doble, entonces a muchas empresas no les sale tan caro despedir gente, porque hay trabajadores que tienen de 1 a 5 años de antigüedad”, advirtió reconociendo el proceso de flexibilización laboral que se estaba produciendo.
Por otro lado, en cuanto al decreto del barril criollo, que también prohíbe los despidos hasta fin de año, esto rige siempre y cuando las empresas negocien sobre el valor fijado en esa normativa. Ávila afirmó que “En la práctica ninguna empresa está aplicando ese decreto, porque ninguna está comprando petróleo a 45 dólares –afirmó-. Sólo va a servir para que la provincia cobre un poco más de regalías, pero hoy este decreto no está generando más actividad”, explicó el referente gremial con conocimiento de causa.
Así las cosas y más allá de las sensiblerías políticas, la realidad dicta que YPF está en reconversión y retirada, y la estrategia es agresiva. Eso sí, todos afirman que surge de un diagnóstico preciso. Affronti entendió muy rápido que tenía que operar sobre los costos porque la finanzas de la empresa son delicadas. Hubiese sido más sencillo patear para adelante la decisión, explican desde adentro.
De hecho, en marzo, ya con la expansión del Covid-19 al tope de agenda, la gestión que en ese momento encabezaba el ex CEO Daniel González aprobó el pago de los bonos anuales a sus directivos. Muchos —incluso varios vicepresidentes que cobraron cifras millonarias—; ya no forman parte del staff. ´Probablemente, si Affronti hubiese estado en funciones, ese pago excepcional no se habría concretado´, sostienen algunos.
Lo cierto es que Affronti se involucró directamente en la negociación con las empresas de servicios que cuentan con el paraguas político de los gobernadores petroleros. Algunos mandatarios incluso participaron de las videoconferencias con los ejecutivos de YPF. Y durante los últimos encuentros virtuales entre las partes, hasta se produjeron fuertes contrapuntos afirman quienes no creen que todo esto los pueda haber tomado de sorpresa a los mandatarios.
Los representantes privados sostienen que si YPF no libera los pagos, decenas de PyMEs están al borde de la quiebra. Y es así, y es la realidad de firmas de Chubut, pero también de Neuquén, Santa Cruz y Mendoza.
Affronti está al tanto del escenario pero responde, con aplomo, que la petrolera tampoco tiene margen porque sus números no cierran.
Los privados reconocen que el nuevo CEO, Sergio Affronti se apersona él mismo en las reuniones. Está acompañado por Carlos Alfonsi, un histórico que en la última reestructuración (a principios de mayo) asumió como vicepresidente de Servicios, y de Fernando Giliberti, director de Supply Chain, que es quien cranea la estrategia.
Afronti sabe que más allá del planeamiento teórico de Giliberti, que se siente cómodo en el campo de la estrategia pero no tanto en el de la ejecución, deberá aceitar las redes políticas y territoriales para llevar adelante el plan completo de readecuación del costo de los servicios petroleros-, sin que la sangre llegue a Balcarce 50 como pasó con Vicentín y el campo.
A esta altura se podría decir que el ´laboratorio´ del virus y el confinamiento humano da para todo en el mapa criollo de la avanzada política, que es casi karmática, con un giro del Samsara que repite cada cuatro años y da y quita; (o quita y da), depende.
En este caso, a la extenuante situación en que podrían quedar las provincias petroleras con un achique del 30% de costos de YPF, podría contraponerse la avanzada de la compañía en el negocio de la minería, uno que siempre el kirchnerismo pensó avalar, pero con pata del Estado adentro.
No es casual que el Presidente dijera que “La minería puede ofrecer grandes oportunidades para aumentar las exportaciones argentinas”, precisamente en su primera apertura de sesiones en el Congreso frente a cientos de legisladores, empresarios y hombres de negocios.
Dicen que desde entonces, desde la Secretaría de Minería de la Nación, que conduce Alberto Hensel, abrieron los canales de diálogo con la empresa estatal YPF, para que la compañía petrolera desembarque fuertemente en la actividad minera.
La idea de Nación es clara y concreta: Si YPF se inserta en la minería, lo hará como un jugador de peso y no como un actor más de la cadena.
El desembarco en la actividad minera, según publicó iProfesional, sería a través de Cimsa, subsidiaria de YPF con antecedentes en Chubut: fue la firma que adquirió campos algunos kilómetros al norte de Dolavon y 28 de Julio para explotar una cantera de arenas silíceas con la que abastecen al mega yacimiento de Vaca Muerta.
Cimsa sería la primera empresa que llevaría a YPF a la “liga minera”, ya que actualmente es la firma que provee arenas silíceas para el fracking en los pozos ubicados en la cuenca no convencional de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén.
“Se conversa la idea y puede ser una opción”, dijo Hensel a iProfesional sobre la llegada de YPF a la minería de la mano de Cimsa. El funcionario nacional fue más lejos y dejó entrever que la petrolera estatal podría crear una división específica para el desarrollo de proyectos mineros a gran escala.
El abanico de alianzas de YPF también alcanza al sector privado con el aporte de colaboración técnica, equipos e inversión.
“Además, al ser nuestra empresa de bandera, y teniendo en cuenta el prestigio que tiene, también es una buena opción para asociarse con empresas extranjeras que operan en el país”, se entusiasmaron en la cartera.
Voceros de la secretaría reconocieron que Hensel ya conversó este tema con Alberto Fernández, principalmente por la capacidad técnica que tiene la estatal a través de profesionales que conocen la actividad minera.
O sea, este abandono administrativo petrolero de Chubut tal vez se trata de generar ´convencimiento´ y clamor de retorno, con minería incluída. Habrá que ver…