4 julio, 2024
El primer huracán de la cuenca Atlántica de esta temporada ha intensificado su actividad y podría causar peligrosos estragos en varias zonas del Mar Caribe. Esta es su situación.
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Por Berta Erill Soto*
Tan solo unas semanas atrás, el Servicio Meteorológico Nacional de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) advertía que, según indicaban sus sistemas de predicción, la temporada de huracanes de este 2024, que suele extenderse entre el 1 de junio y el 30 de noviembre, sería especialmente intensa.
Pues bien, el principal objeto de esta predicción no ha tardado en demostrar la eficacia mejorada de las herramientas del NOAA: antes de terminar el mes de junio, Beryl ya se ha convertido en un huracán de categoría 4 que podría causar graves peligros a su paso.
Estas predicciones tienen su origen en las condiciones meteorológicas necesarias para la formación de este tipo de evento adverso, muchas de las cuales se están reuniendo de cara a esta temporada.
Vídeo: Cómo influye el cambio climático en los huracanes
Entre ellas destaca, sobre todo, la oscilación de la temperatura del océano, que provoca cambios en el clima a nivel global. Particularmente, el cambio climático y la aparición del fenómeno de La Niña han aumentado las temperaturas en el Atlántico, alimentando el desarrollo de tormentas en este océano, que serán especialmente peligrosas en la zona del Mar Caribe.
Las predicciones de la NOAA indican que, con toda probabilidad, durante este verano de 2024 la cuenca del Atlántico recibirá entre 17 y 25 tormentas, de las cuales un rango de entre 8 y 13 tienen el potencial de convertirse en huracanes, y de 4 a 7 de ellos en huracanes de categorías superiores a 3.
Se trata del primer ciclón tropical originado en la cuenca del Atlántico este 2024, pero además también es el primer huracán jamás registrado durante el mes de junio que alcanza por lo menos la categoría 4 de intensidad.
Esta es una aparición inusualmente temprana, ya que los huracanes de mayor intensidad suelen darse más cerca del mes de agosto. Además, la tormenta se está intensificando muy rápidamente, concretamente a partir del domingo 30 de junio. La tarde del 1 de julio, Beryl se fortaleció hasta convertirse en un huracán de categoría 5, potencialmente catastrófico.
La temporada de huracanes de 2024 está al caer, y será más activa de lo esperado
Ahora, sus ráfagas de viento podrían llegar a superar los 195 kilómetros por hora, además de fuertes lluvias y marejadas ciclónicas que también harían aumentar el nivel del mar con inundaciones y otras consecuencias catastróficas en algunas zonas costeras.
Actualmente el huracán Beryl se desplaza hacia el centro y el este del Caribe, a medida que intensifica su actividad. Las islas de Barlovento, y en especial las Barbados, Santa Lucía, San Vicente y las Islas Granadinas, Granada y Tobago cuentan con avisos de amenaza vigentes.
Hace más de 20 años que esta zona no recibe una tormenta de esta intensidad, que podría provocar grandes estragos en tierra, y las autoridades locales recomiendan a sus habitantes tomar una serie de medidas de precaución que incluyen la identificación de refugios, preparación de kits de emergencia y suministros, y cubrir puertas y ventanas en las viviendas.
Mientras tanto, República Dominicana y Haití permanecen bajo vigilancia de Tormenta Tropical debida a los efectos del huracán Beryl; Jamaica o las Islas Caimán, y otras zonas del noroeste del Caribe, podrían recibir avisos similares a medida que avanza la semana.
No obstante, los últimos datos sobre su situación ofrecidos por la NOAA indican que el huracán empezaba hoy a mostrar señales de un giro en dirección oeste-noreste, con probabilidades de que Beryl se debilite al menos ligeramente una vez alcance zonas del Caribe occidental.
