Cuestionan la reinstalación de “Valores Preventivos de Exportaciones”
“Otro grave e ilegal avance de la AFIP mediante su Dirección General de Aduanas”, calificó el tributarista José Bellorini a la medida. En principio alcanza a las exportaciones de calamar, pero estiman que también afectará la comercialización al exterior de langostino.
En el Boletín Oficial de la República Argentina fue publicado este jueves la Resolución General 5014/2021 de la AFIP que fija, nuevamente, “valores referenciales de carácter preventivo” para las exportaciones de calamares.
El experto en tributación y profesor de la Universidad Austral, José Ignacio Bellorini, cuestionó los alcances de la medida que castiga al sector exportador generador de divisas para el país.
“La RG 5014/2021 si bien comienza en particular con el calamar, la AFIP ha vuelto a instaurar sus valores de referencia de exportaciones lo que importará en la práctica ajustes aduaneros. Un gran retroceso fiscal que otra vez desalienta el gran motor de la economía como es el sector exportador y generador genuino de divisas para el Banco Central”, lamentó.
Sostuvo que seguramente avanzarán con el langostino como sucedió hace algunos años “donde terminamos discutiendo las impugnaciones en la Ciudad de Rosario (previo a ir al Tribunal Fiscal). Me tocó ir muchas veces y en varias ocasiones me crucé con altos funcionarios quienes entre risa y risa me confesaban que lo más cercano que estuvieron de un langostino, había sido en un supermercado. Patético”, sintetizó.
“Criterios arbitrarios”
Bellorini afirmó a REVISTA PUERTO que “la Aduana pivotea sobre tres ejes para sostener una impugnación de un valor aduanero de exportación sin poder muchas veces la empresa probar otros criterios comerciales que afectan, ciertamente, el precio del producto: la talla del marisco; forma de congelamiento; y el país destino”, detalló sobre la reciente resolución de la AFIP.
Calificó que “esos criterios arbitrarios y selectivos son incorporados a un sistema informático aduanero que ‘opina’ cuál debiera ser el precio de referencia de exportación. Y allí empieza el calvario. La AFIP soslaya que si bien la talla, el tipo de congelamiento y el destino suponen reglas de interpretación respecto de la materia prima exportada, otros parámetros e indicios afectan directamente al precio del langostino que deben ponderarse como las piezas por kilo por estuche: mientras mayor sea la cantidad de piezas y en consecuencia más se acerque a los valores del calibre inmediato inferior, menor será su valor comercial; acomodado del marisco en el estuche: el marisco debe estar bien acomodado y ordenado (a “lo largo”, o a “lo ancho”, según el calibre protegiendo las cabezas hacia el “centro” del estuche (en el caso del langostino) ya que de no ser así el valor comercial disminuye; además la zona de pesca puede afectar la calidad final del pescado”, puntualizó.
Variables
Siguiendo en el langostino, por ejemplo, “las zonas de pesca de jurisdicción de la Provincia de Santa Cruz la biomasa es menor, por lo que el tiempo de arrastre de las redes en el agua es mayor (largo) y la calidad de la materia prima obtenida es inferior a la de otras zonas (cuello flojo, color más fuerte por el tiempo transcurrido, cascara más fina y frágil). Así el marisco en general es de tamaño chico (mayor porcentaje de L3 y L4), por lo que el tiempo de procesado es mayor, demorando el congelado del mismo y afectando así la calidad y presentación final del marisco (especialmente en color y aspecto general)”, describió.
Añadió Bellorini que en zonas de pesca de jurisdicción de la Provincia Chubut “el langostino se encuentra en época de “desove” por lo que las “huevas” toman coloración oscura dentro de la cabeza dándole un aspecto comercial “malo” al marisco toda vez que genera “desconfianza” respecto a la frescura en el consumidor final. Finalmente, en zonas de pesca de jurisdicción de nacional los índices de captura y producción suelen ser mayores, lo que también genera un “cuello de botella” en la etapa de congelado”, comparó sobre las dos principales áreas de esa pesquería.
Variables comerciales vs. valores aduaneros
Con todo, Bellorini considera que “el problema en rigor radica en que el tiempo de congelado no es el óptimo, ya que se acorta el mismo para poder meter a congelar (túnel o placas) el marisco que ya está procesado y en espera; y segundo problema es que el marisco que estaba esperando para ser congelado se va deshidratando y ‘escurriendo’ líquidos que ensucian el fondo del estuche lo que afecta directamente su presentación al importador con el lógico y obvio impacto de precio y valor comercial. Otro parámetro e indicio es que el langostino es sometido a un baño de inmersión con metabisulfito (antioxidante) para evitar que las enzimas presentes en la cabeza del mismo comiencen a deteriorar el marisco y lleve a una rápida descomposición del mismo. Este baño con sulfito además evita la rápida aparición de “manchas” de color negro (melanosis) en la cáscara, que afectan en forma irreversible el aspecto y la presentación del langostino. Su dosis -e incluso omisión- impacta directamente en el valor comercial de venta”, citó como otra de las cuestiones que determinan un precio.
“En fin, resultan infinitas las variables comerciales versus los valores aduaneros que fijen el precio de exportación para que luego venga la AFIP y proceda a impugnar los derechos pagados reclamando la diferencia y yendo por la vía penal tributaria. Otro delirio al que es sometido el empresariado argentino”, reprochó sobre la política fiscal.
“Es hora y de una vez que se promuevan las exportaciones de nuestros productos de mar al mundo y que no sea un slogan político (cualquiera sea de turno) porque entre los reintegros de IVA ‘pisados’ y ahora los ‘valores de exportación preventivos’ el sector que mantiene vivo el motor de divisas y sostiene las fuentes laborales tiene otra clara razón para dejar de hacerlo”, reflexionó.
*RPuert0 /by Nelson Saldivia