29 enero, 2022
La empresa Arbumasa anunció que volverá a radicarse en Puerto Madryn, años después de haberse retirado de Chubut e instalarse en Santa Cruz. Al respecto, el intendente Gustavo Sastre remarcó el alcance que tendrá esta iniciativa, fortaleciendo la industria pesquera local y generando puestos de trabajo.
Sin embargo, se podría decir que no regresa ‘la misma’ Arbumasa que se fue de Madryn. La empresa pertencía en aquel entonces al grupo español Amasua, pero luego de trasladarse a Santa Cruz, en el año 2017 finalmente pasó a manos chinas tras el cierre de un acuerdo de compra por parte de Dalian Huafeng Aquatic Products, grupo al cuál pertenece actualmente.
A la fecha la compañía cuenta con 10 embarcaciones y una planta de empleados de 450 profesionales y con capacidad de producción de 5.000 tons/anuales de producto procesado, según expone institucionalmente. Cuenta con 10 buques pesqueros propios, ocho tangoneros y dos poteros.
El Intendente remarcó el alcance que tiene que una nueva firma comience a trabajar en la ciudad, creando puestos laborales. La compañía pesquera se había retirado de Chubut y ahora se instalará en la localidad
Al respecto, el Intendente manifestó: «Celebramos la radicación de esta empresa en Puerto Madryn, una firma más que se instala en nuestra ciudad. Esto tendrá un impacto directo, ya que generará puestos de trabajo».
En este mismo sentido, el Jefe Comunal remarcó: «Siempre nos pone contentos que se den estas situaciones, que grandes compañías elijan a Puerto Madryn para radicarse es algo sumamente importante. Sabemos que esta noticia va a repercutir positivamente en nuestra ciudad, ampliando la oferta de empleo», afirmó
Por lo que expuso el escenario los últimos años, Puerto Deseado perdió más de un centenar de empleos en la actividad pesquera y fue como resultado directo del accionar de diferentes vertientes sindicales vinculadas a la pesca y la actividad portuaria.
En 2020 la empresa Vieira Argentina dio por concluidas sus operaciones sobre el procesamiento en tierra del langostino, cuya planta era abastecida por barcos de Arbumasa, y la medida fue justificada ante los reiterados episodios de conflictos que provocaron pérdida de materia prima y complicaciones en la operatoria industrial.
Sostuvo que al impedirse el normal flujo de abastecimiento y no tener garantizada la libre circulación de la mercadería se hace inviable el desarrollo de proyectos de inversión, ante un escenario recurrente de conflictividad ajena al propio emprendimiento.
El accionar sindical que protagonizó numerosos piquetes, por planteos múltiples y de los más variados, lejos de hacer sustentable la actividad, generó un marco en Santa Cruz donde no dejó de existir previsibilidad laboral, atentando directamente con el desarrollo o proyección de inversiones.
Los múltiples conflictos desde el sindicato de la marinería, de la alimentación, y de la estiba fueron agotando la perspectivas de varias empresas que comenzaron a evaluar otros puertos.
