13 agosto, 2023
La pérdida de confianza en la política, el dato más relevante de unas primarias de resultado incierto. El esquema de dos coaliciones, en riesgo. Qué hay que mirar a la hora de los resultados.
Por Walter Curia*
En una época de división, en algo sin duda hay consenso: la gente ya no confía en la política como instrumento para lograr el bien común. Es el dato más importante a tener en cuenta este domingo de elecciones de resultado incierto.
En su libro Contrademocracia, Pierre Ronsanvallon nos recuerda que el sistema electoral representativo se organiza en torno a la confianza. Cuando los gobernantes pierden la confianza de los electores, actúa lo que conocemos como “voto castigo” y es la sanción, y no la elección, la que ocupa el centro de gravedad del sistema.
Rosanvallon asegura que la alternancia en el poder actúa como una “válvula de seguridad” de las tensiones que genera esta situación, aunque no las resuelve. Quienes son elegidos terminan simplemente beneficiándose de la desconfianza que despiertan sus antecesores. Podría decirse así que todos están bajo estado de sospecha. Perón anticipó de algún modo esto cuando reconoció: “No nos votan porque seamos buenos, sino porque los demás son peores”.
La Argentina va a las urnas este domingo 13 de agosto después de una experiencia de alternancia de las dos principales coaliciones políticas (2015-2019/ 2019-2023). Si bien es una elección primaria, hay mucho puesto en juego.
En primer lugar, la robustez del sistema bicoalicional. Se afirma con razón que la paridad hegemónica entre las dos grandes coaliciones (peronismo- no peronismo), aún con el resultado de estancamiento económico de la última década, ha dado al sistema estabilidad y evitado una tendencia a la fragmentación política u otros desvíos que hemos visto y vemos, no solo en la región.
¿Explica esto la vigencia de una democracia que no ha dado respuesta a las principales demandas de la sociedad en la Argentina? El historiador y economista Pablo Gerchunoff menciona una razón más profunda e intangible: “La resistencia de esta democracia que ha dado tan poco a la sociedad se debe a su fundamento inicial ético extraordinario”, dice Gerchunoff por el sustrato original con el que se recuperó la democracia 40 años atrás, la decisión política de investigar y castigar los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura.
Nunca antes ha sido tan grande la brecha entre representantes y representados. Si ambas coaliciones han decepcionado a la hora de gobernar, ¿el escenario favorece la emergencia de la tercera opción que representa Javier Milei?
Las PASO despiertan más interés que una elección general, porque es mucho lo que se define. Es acaso la elección de mayor expectativa en los últimos 20 años.
1) La competencia entre de las dos coaliciones
Es el dato que puede indicar si habrá alternancia. Juntos por el Cambio ganó las elecciones de 2021 con el 42,7% en todo el país. Subió algo más de dos puntos respecto de las presidenciales de 2019, cuando obtuvo 40% en la general (32% en las PASO). El peronismo unido retrocedió en 2021 a 34,5% del 48% con el que ganó las presidenciales de 2019. Los antecedentes en las elecciones a gobernador de este año muestran a la oposición fortalecida: el peronismo resignó votos y perdió San Juan, San Luis y Chubut, más las Paso en Santa Fe y Chaco. Se estima que podría quedar con el control de entre 6 y 8 provincias (si perdiera la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos).
2) El candidato más votado
Sergio Massa ató su futuro a la condición de candidato más votado. Fue el objetivo central de la “candidatura de unidad” del FDT, para desde allí consolidar una candidatura competitiva en las generales de octubre. Sin embargo, no hay que descartar que pueda resignar una porción estimable de votos a manos de Juan Grabois. Massa no tuvo el acompañamiento de Cristina Kirchner en la campaña y hay sectores del oficialismo que no se sienten representados por su candidatura. Además, el escenario económico se complicó en las últimas semanas con una disparada de los dólares alternativos y una aceleración de la inflación, producto de la desconfianza y la escasez de reservas.
3) La interna de Juntos por el Cambio
Patricia Bullrich vs Horacio Rodríguez Larreta. Es el duelo más importante de las PASO y en el que más se pone en juego. Un triunfo de Bullrich podría preservar un liderazgo menguante de Maurici Macri en el PRO y dejaría a Larreta fuera de carrera. Un triunfo de Larreta, en cambio, podría reconfigurar los equilibrios en ese espacio, con un nuevo liderazgo.
4) La performance de Milei
El factor disruptivo que mencionamos al comienzo. Javier Milei es la gran incógnita de la elección. Meses atrás su candidatura aparecía a la par de las dos coaliciones, configurando un escenario de tres tercios. Las últimas mediciones lo muestran más abajo. como una tercera opción en un escenario semejante al de las elecciones de 2015. ¿Concentrará el voto castigo? Será clave si muestra que está en condiciones de acceder a una segunda vuelta.
5) La elección en la Provincia de Buenos Aires
Es el principal bastión del peronismo cristinista. Kicillof despierta más expectativas que Massa entre el votante duro kirchnerista pero hay dudas sobre si su candidatura generará un efecto arrastre de la boleta presidencial de Massa o de Grabois. Conservar ese territorio es clave para la supervivencia del kirchnerismo. Las internas del peronismo en Hurlingham, Tigre y La Matanza serán decisivas.
6) La PASO de Juntos por el Cambio en la Ciudad de Buenos Aires
Mauricio Macri juega su liderazgo en el PRO a la suerte de su primo Jorge Macri. Una victoria de Martín Lousteau en la primaria termina con la hegemonía de 16 años del PRO en la Ciudad, deja al ex presidente relegado al pasado y reconfigura el liderazgo de la alianza. El voto concurrente, un capítulo aparte: se elegirá por vía electrónica al jefe de Gobierno y con la boleta tradicional los cargos nacionales.
7) La asistencia
Se estima que más de cinco millones de personas no fueron a votar en las provincias que anticiparon elecciones. Podría canalizar el desánimo y la decepción con la política, igual que un alto porcentaje de voto en blanco. La ausencia de los desencantados podría favorecer a opciones de voto más militantes, como las de Bullrich y Milei.
8) La elección para el Congreso
Será el escenario clave para las opciones reformistas. Todo indica que el próximo gobierno necesitará hacer alianzas con sectores de la oposición si pretende llevarlas adelante. El acuerdo político y la ampliación de la base de sustentación del gobierno está en el corazón de la propuesta de Rodríguez Larreta. Y es aquello a lo que se resiste Bullrich
9) El impacto en la economía
Los analistas estiman que la economía determina dos tercios de las razones del votante en cualquier elección. Si fuera así, los números no favorecen al oficialismo. La inflación se aceleró en las últimas semanas con la suba de los dólares financieros y el blue y el tarifazo en los servicios se hará sentir en los índices de julio y agosto. La pobreza supera el 41% según las estimaciones del INDEC para el primer semestre del año. El balance podría no ser solo responsabilidad del oficialismo: se van a cumplir diez años de estancamiento económico, con alternancia de las coaliciones en el poder. Una derrota del oficialismo podría acelerar el ritmo de la devaluación y (del ajuste), reduciendo su competitividad en octubre. Beneficiaría a bonos y acciones argentinas.
10) El impacto del crimen de Morena
Un hecho inesperado en el tramo final de la campaña, que vuelve a poner a la inseguridad en el centro de la discusión pública. ¿Favorecerá a las opciones extremas por sobre las más moderadas en el abordaje del tema? Su impacto en estas horas finales, es impredecible.
*EP/CP