20 septiembre, 2021
El desparramo que dejaron las PASO ahogó algunos de los lícitos reclamos ciudadanos respecto a las irregularidades que rayan la ilegalidad respecto al manejo de la cúpula política, en este caso específicamente de la Vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner el día de la votación de las Primarias legislativas.
El principal cuestionamiento que circuló por redes y medios de diferentes lugares es que la vicepresidenta, que sigue teniendo domicilio legal en Santa Cruz, arribó a esa provincia al mediodía del pasado 12 de Septiembre de 2021, pero no lo hizo en vuelo de línea sino que llegó a bordo del jet presidencial T-04, cuyo despliegue tiene un costo superior a los 6 mil dólares.
En principio se podía suponer que el uso de la nave oficial se debía a otras gestiones y comisiones que movilizaban a la funcionaria, pero eso se descartó cuando se corroboró que ese domingo aterrizó en el Aeropuerto internacional Piloto Fernández a las 12:00 hs para retomar vuelo una hora y 40 minutos después, despegando a las 13:46 hs con Cristina a bordo, rumbo a CABA donde fuentes cercanas confirmaron que esperaría los resultados electorales del FPV en el Complejo Cultural C. Con esto se confirmó que Cristina sólo concurrió a votar para lo que se desplazó 3 mil kilómetros con un vuelo oficial.
«Teniendo en cuenta que cada viaje del jet implica un gasto promedio de alrededor de 20 mil dólares, todos los argentinos hemos aportado con nuestros impuestos unos 60 mil dólares para que CFK llegue a Río Gallegos, solamente, a votar», destacó el sitio OPI Santa Cruz alertando sobre el innecesario costo extra que acarreó el ‘voto VIP’ nada menos que de la segunda mandataria nacional, pese a las múltiples necesidades económicas que afronta el país y al recurrente discurso de austeridad que promueve la propia dirigente.
El otro gran señalamiento es que Cristina seguiría violando la Ley 17.671 en su artículo 47, no habiendo cambiado domicilio pese a las exigencias electorales.
La citada funcionaria sigue votado en la ciudad de Río Gallegos, en la mesa 623 de la Escuela Primaria N° 19 “Comandante Luis Piedra Buena” en Río Gallegos porque –inexplicablemente- nunca habría hecho cambio de domicilio.
No obstante haber sido Presidenta de la Nación por dos períodos, luego Senadora de la Nación en representación de la Provincia de Buenos Aires, y actualmente Vicepresidenta de la Nación con residencia –pública y notoria- en el Barrio Recoleta de la ciudad de Buenos Aires.
Tal como destacó un prestigioso jurista de Chubut, «El artículo 3 de la Constitución Nacional dispone: ‘Las autoridades que ejercen el Gobierno federal residen en la ciudad que se declare Capital de la República…» por lo tanto debió cambiar su domicilio declarándolo tal como lo prescribe la Ley 17.671 en su artículo 47 el que expresa:
SECCION IV Domicilio y residencia habitual – Cambio de domicilio: Artículo 47. — Se tendrá por domicilio el definido por el Código Civil como domicilio real y por residencia habitual el lugar donde la persona habite la mayor parte del año. La edad y el último domicilio anotado en el documento nacional de identidad son los únicos válidos a los efectos militares y electorales que determinen las leyes respectivas.
‘Todas las personas de existencia visible o sus representantes legales, comprendidas en la presente ley, están obligados a comunicar en las oficinas secciónales, consulares o que se habiliten como tales, el cambio de domicilio, dentro de los treinta días de haberse producido la novedad.'» , señaló el letrado dejando expuesta la gravedad del accionar de la funcionaria.
Como si fuera poco no faltaron las voces que el día de la votación cuestionaron duramente las excepciones que provocó el sufragio de la vicepresidenta. Cristina llegó a votar con un asistente que le sostuvo la cartera y la acompañó en todo momento, pese a la imposibilidad que se disponía de disponer de acompañantes para el resto de la población, aun con problemas de movilidad u otros.
La vicepresidenta permaneció largo rato en el sitio de votación desplegando su trámite y dando espacio a las coberturas fotograficas. Utilizó un DNI ‘libreta’ (de versión anterior al circulante), tocó la urna varias veces cosa que se imposibilita, y hasta pegó su sobre fuera del cuarto oscuro, todas excepciones que quedaron registradas en el momento del sufragio.
Posteriormente se sacó selfies con el personal de mesa, incluso con la fiscal (que debería mantener imparcialidad manifiesta durante el acto eleccionario tal como lo señalaron los periodistas que cubrían el hecho), y finalmente se saludó con varios simpatizantes efusivamente sin cuidar el distanciamiento social que imponía el protocolo nacional, constituido para esta oportunidad. Todos temas que generaron y generan fuerte repudio social por la excepcionalidad que sigue promoviendo la máxima clase dirigente.