6 diciembre, 2021
Un nuevo informe del World Gold Council o Consejo Mundial del Oro, destaca el papel de la industria de la extracción de oro en la «contribución al desarrollo socioeconómico en países de todo el mundo, incluidas cifras que demuestran el impacto de la industria en Argentina».
El oro es noticia en estos días por los altos niveles de su cotización, aunque también suele serlo eventualmente por cómo reluce alguna joya en el atuendo de ricos y famosos o por las denuncias de los grupos ecologistas acerca del impacto que tienen en el medio ambiente algunas de las técnicas con las que se lo extrae.
En ese contexto, las empresas que integran el Consejo Mundial del Oro (World Gold Council), la organización de desarrollo de mercado para la industria del oro, buscan mostrar, a través de la publicación de informes anuales, la «contribución social y económica de la minería de oro», en particular la «innumerable cantidad de beneficios colaterales para la economía».
En su última edición, el World Gold Council Report tuvo un capítulo dedicado a la Argentina, en donde resaltó que las empresas que operan el país produjeron casi un millón de onzas de oro el año pasado, un período en el que pagaron impuestos por u$s 479 millones y realizaron pagos a proveedores por u$s 662 millones.
El informe se basa en datos de 2020 de 122 operaciones y 81 sitios no operativos de empresas miembro del WGC en 38 países, donde 31 de los 33 miembros del WGC presentaron datos para este informe.
Según el reporte, las empresas miembro del WGC que operan en Argentina emplean directamente a alrededor de 5.500 trabajadores con un salario anual promedio de más de u$s 38.813, alrededor de seis veces el promedio nacional. El informe también estima que las operaciones de la industria minera de oro apoyan indirectamente el empleo de tres veces esa cantidad de trabajadores como parte de la cadena de suministro más amplia.
«La contribución total de valor agregado de las empresas miembro del WGC a la economía argentina es igual al 0,3% del PIB, y se estima que las contribuciones fiscales de las empresas representan el 1,6% de los ingresos fiscales nacionales, cifras que podrían crecer en los próximos años», señala el documento.
Terry Heymann, director financiero del World Gold Council, dijo: «La industria de la extracción de oro en Argentina está prosperando y creciendo, con contribuciones positivas muy tangibles a la economía en general en términos de creación de empleos bien remunerados para la población local, ingresos fiscales y crecimiento empresarial a lo largo de la cadena de suministro. Cuando se lleva a cabo de manera responsable, la extracción de oro puede contribuir significativamente al desarrollo social y económico de países y comunidades, y los datos muestran cómo se está desarrollando en Argentina en este momento».
La minería de oro en Argentina emplea directamente a alrededor de 5.500 trabajadores con un salario anual promedio de más de u$s 38.813, alrededor de seis veces el promedio nacional.
Y agregó: «Este informe brinda transparencia a las contribuciones realizadas por un sector responsable de la minería de oro. Esa transparencia es clave ya que nuestros miembros buscan desempeñar roles positivos y proactivos en las economías en las que operan, así como avanzar en el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU».
A nivel mundial, la contribución social y económica de la minería de oro reveló que las empresas miembros del WGC contribuyeron colectivamente con 37.900 millones de dólares al PIB de las naciones anfitrionas en forma de impuestos, salarios y pagos a proveedores en 2020. Esto representó el 63% de los ingresos totales que recibieron de las ventas de oro y equivale a alrededor de US $ 1100 en valor agregado localmente por cada onza de oro producido.
Las empresas miembros de WGC emplearon a 200.000 personas directamente en todo el mundo y apoyaron 1,2 millones de puestos de trabajo adicionales a través de proveedores locales. Es de destacar que los salarios entre las empresas miembros del WGC son en promedio seis veces más altos que los respectivos promedios nacionales. Además, por cada dólar gastado en importaciones, cerca de cinco dólares se gastaron en abastecimiento dentro de los países anfitriones.
