22 noviembre, 2024
Condicionan a “algunos” cambios el apoyo al presupuesto 2025. Nueva amenaza de voltear el DNU Caputo. El puzzle del Congreso: de Ficha Limpia a la eliminación de las PASO, reelección de Martín Menem y el exilio de Villarruel.
Por Pablo Ibáñez*
Nicolás Massot y Germán Martínez, diputados que habitan atmósferas muy diferentes, interpretaron del mismo modo el tablero del Congreso: la única manera de forzar a Javier Milei a debatir un presupuesto para el año 2025 es voltear el DNU 846 que le otorga al ministro de Economía Luis “Toto” Caputo superpoderes para reestructurar la deuda pública sin límites ni requisitos.
Sin ese DNU, el Gobierno no puede renegociar deuda –tiene compromisos por U$S 27 mil millones en 2025–, un recurso esencial para la macroeconomía del año electoral. Ante la posible deriva del decreto, Caputo pensó una cláusula gatillo e incorporó en el proyecto de presupuesto el artículo 54 que le otorga las mismas facultades que le da el DNU. El nivel de precaución muestra el interés por tener esa herramienta.
Miguel Pichetto, jefe del bloque Encuentro Federal (EF) que integra Massot, compartió al anochecer del miércoles un zoom con gobernadores de Juntos por el Cambio (JxC) y los presidentes de los bloques del PRO y la UCR filo M, y se discutió la tesis Massot-Martínez: en la medida que el DNU caputista sigue en pie, el Gobierno no tendrá ningún interés por aprobar el proyecto de Presupuesto 2025.
Casi en simultáneo, diputados de UxP, EF, la UCR democrática y algunos provinciales pidieron una sesión para el martes a las 15 para discutir el DNU de deuda. Es un movimiento preventivo que confirma un temor que Cenital contó en agosto pasado y, por entonces, sonaba a tesis alocada: que Milei prefería prorrogar otra vez el Presupuesto del 2023 para tener discrecionalidad sobre dos terceras partes de los recursos que el Estado manejará en 2025.
A principios de semana, el neolibertario José Luis Espert suspendió la reunión de la Comisión que debía dictaminar sobre el presupuesto y reforzó la variable extrema de LLA que apunta a cerrar el debate, bajar la persiana del Congreso hasta el 1 de marzo y encarar el año con presupuesto prorrogado. Por eso, un sector de la oposición propone rechazar el DNU Caputo el martes en Diputados para que, 48 horas después, haga lo mismo el Senado. Y, de ese modo, obligar al gobierno a extender el período de sesiones ordinarias hasta el 31 de diciembre o, en todo caso, convocar a extraordinarias para debatir y aprobar el presupuesto 2025.
Una pausa ahí: la vice Victoria Villarruel anticipó su plan de “cerrar” el Senado para que el DNU no se discuta y no repetir el fuego amigo de principios de año, cuando accedió, sin demasiado margen, a que los senadores debatan y rechacen el decreto 70. Tras los dichos de Javier Milei que confirman su exilio político de LLA, ¿la vice seguirá en la postura de impedir que sesione la Cámara alta?
La jugada del DNU fracasó la semana pasada. La intentaron Unión por la Patria (UXP) –que tuvo 9 bajas sobre 99–, la izquierda, la UCR bis de Facundo Manes y parte de Encuentro Federal. Pero LLA, el PRO, la UCR de Rodrigo De Loredo y, sobre todo, los diputados que reportan a gobernadores no dieron quórum. El argumento: el oficialismo, vía Martin Menem, advirtió que si bajaban ese decreto, no se discutiría presupuesto.
Al final, aunque los gobernadores intervinieron para evitar la caída del DNU, la Casa Rosada no accedió a discutir retoques al Presupuesto que son, a simple vista, periféricos. Se trata de cinco puntos, ninguno estridente como podría haber sido un aumento a jubilados, o fondos para universidades u obras públicas para las provincias. El PRO, a su vez, pide dar marcha atrás con la imposición de IVA a medios de comunicación.
El fracaso de la sesión por el DNU, una semana atrás, tensó el clima entre los bloques opositores. “Al final, fuimos funcionales a los gobernadores de JxC que nos usaron para presionar y al final le regalamos una victoria a Milei. A los gobernadores no les sirvió pero nosotros no podemos seguir siendo los forros de ellos”, apuntaron desde el peronismo. El mensaje se debe leer sobre el mapa de la semana próxima: quién va a correr con el riesgo de convocar a una sesión que puede, otra vez, naufragar.
En JxC, de hecho, no todos validan la convocatoria. Prefieren la vía dialoguista. “Al menos algunos de esos puntos deben estar en el presupuesto, si no no apoyamos”, se explicó a Cenital desde una provincia amigable. Algunos. Se acordó, en el Zoom, pedir una mesa de negociación con Guillermo Francos y el ministro Caputo sobre el presupuesto, además de convocar a sesiones extraordinarias o, al menos, extender el periodo de ordinarias hasta fin de diciembre para debatir y aprobar ese proyecto.
“Lo que está en juego es quién manda”, traduce un libertario. De fondo, más allá de lo fiscal, la pulseada por el presupuesto y el DNU de deuda pone en escena quién ordena la política, la Casa Rosada o el Congreso. Aparece, en diagonal, otro paquete de asuntos que suman confusión y tensión: el fracaso de la sesión de Ficha Limpia, que secretamente festejaron casi todos los bloques, y la decisión del gobierno de apurar la reforma electoral.
Habrá, finalmente, dos proyectos paralelos: uno para eliminar las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y modificar el esquema de aportes de campaña (sacar topes a aportes privados), y otro que reforma la ley de Partidos Políticos. El primero es el prioritario y puede sumar apoyos transversales, al punto que pueden votar juntos LLA y Unión por la Patria (UxP). Cristina Kirchner habría dado, el fin de semana, el OK definitivo para avanzar con esa reforma que, en paralelo, tendrá su efecto expansivo en la provincia de Buenos Aires, donde, atado a la eliminación nacional, se discutirá la eliminación de las PASO bonaerense.
Desde UxP le hicieron llegar el mensaje a LLA de que, para apoyar el fin de las PASO, el gobierno debe colaborar para que no se trate Ficha Limpia. Hasta ahora, los libertarios apoyaron a media máquina, pusieron a parte de su bloque pero dejaron toda la responsabilidad en juntar los votos del PRO, promotor de la ley. Es una maniobra china, porque pone a los libertarios a negociar con el peronismo para una reforma que el PRO no quiere.
Aparece, además, otro asunto: el 3 de diciembre se deben elegir las autoridades de Diputados para el 2025 y los modos de Martín Menem no lo ayudaron a ganar amigos. El peronismo está preparado, hoy por hoy, para abstenerse y dejar eventualmente que Menem sea reelecto como presidente del cuerpo con el voto de 110 diputados. Aunque no sería una novedad -en 2022, Cecilia Moreau fue electa al frente de la Cámara con la abstención de varios bloques opositores-, sí sería un mensaje político.
* CC/ by Pablo Ibáñez