24 julio, 2022
Opinión: La causa que provoca más parálisis y temor en el Gobierno nacional
Por Alejandro Cancelare
A diferencia de la creencia general de que «es la Economía, estúpido», la que fija las reglas generales del humor social, el desborde puede llegar por la mano de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner si comprueban que es culpable por desvío de fondos en la causa Vialidad.
La expresidenta no puede verse con una sentencia que la declare culpable de un delito en el que se pagaron cerca de 2.000 millones de dólares de manera irregular, y volvió a mostrar su único interés personal y político en una nueva semana de furia, donde tomó distancia del Gobierno nacional que ella misma integra y dejó trascender su pesimismo extremo por el futuro del Frente de Todos.
“No hay dudas que hubo un ilícito y una asociación ilícita montada desde el Estado para tal fin. Son miles de millones de dólares que se han desviado a través de un mecanismo pensado para eso. Es imposible zafar” dijo el intendente de Capitán Sarmiento y denunciante por la causa Vialidad, Javier Iguacel, sobre la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Su creencia de que “a mí la historia ya me juzgó” parece que no cuenta, y se nota mucho. También lo observan quienes tienen que recibir sus mensajes telefónicos o la van a ver. Está furiosa, molesta, porque no se desactivó el “sistema judicial montado por Macri” en la que a él “lo liberan de todo y a mí me mandan presa”.
Juan Francisco Navarro, el hijo de Fernando “el Chino” Navarro, dio en la médula del problema. Es que la vicepresidenta “analiza todo a través del lawfare… Si analizamos todo desde el punto de vista de lawfare no podemos ver otro horizonte”.
Discutir con los antivacunas y los terraplanistas es imposible. Estas situaciones se ven a diario. Entonces, si todo nace de la mirada de la teoría del montaje de una causa, las defensas, como quedó demostrado, solo compartieron el relato que su clienta dispuso, no las causas por las que se la está investigando.
“Esta vez no zafa. Sus abogados no la defendieron, solo hicieron lo que ella, como abogada exitosa, le pidió que hicieran”, dijo una legisladora que nunca quiso involucrarse en seguir de cerca las causas por las que investigan a Cristina Fernández de Kirchner, pero ahora recibió información directa. “Por eso está nerviosa”, le había adelantado a MDZ hace más de un mes.
A pesar de que no era el tema del momento, a nadie le llamó la atención que, en medio de un desborde económico y un Gobierno sin tomar una sola medida determinante, su vocación política estuviera fijada en criticar el funcionamiento de la Justicia Nacional y en particular, sobre la Suprema Corte a la que acusó de ser parte de la “mesa judicial” que habría montado el expresidente Mauricio Macri “que cuenta con la mitad de los integrantes” del tribunal.
Todo el gobierno gira en torno de sus deseos reivindicatorios. No hay posibilidad que ninguno pueda trabajar tranquilo cuando surge el enojo y el fastidio por la posibilidad de que termine en prisión. Ella, por edad y fueros, podría seguir en libertad.
El exministro de Energía de la Nación, Javier Iguacel, sostiene que los motivos por los cuales la expresidenta está tan irritable con el tema judicial dijo, sencillamente, “porque las pruebas y los testimonios son contundentes”.
“Hubo un ilícito y una asociación ilícita montada desde el Estado para beneficiarse con lo que se generaba de las contrataciones que pactaban con las empresas de Lázaro Báez. Entre lo que se pagó y no se hizo y en sobre precios, hay un defalco de 2.000 millones de dólares”, explicó Iguacel.
Actual intendente de Capitán Sarmiento también milita activamente junto con Patricia Bullrich, quien a su vez lo impulsó como candidato a gobernador. Sin embargo, sobre este tema particular, él sostiene que no hay misterios. “Gastaron 3.000 millones de dólares, de los cuales pudieron justificar 1.000 millones. El resto se fue en sobrecostos y en obras no realizadas”.
Desde siempre se suponía que la exmujer de Néstor Kirchner sólo dejó seguir el mecanismo que había montado su esposo cuando era presidente, el verdadero amigo de Lázaro Báez. “Bueno, el mecanismo, efectivamente, lo montó Kirchner, pero luego ella siguió cobrando los alquileres de los hoteles que le pagaba Báez y siguió con el ministro Julio De Vido y José López como los organizadores de todo”, agregó Iguacel.
Por su parte, la Fiscalía entendió, en su extenso documento, que “se montó una organización criminal orientada a la sustracción de fondos públicos por medio de la asignación discrecional de prácticamente el 80% de las obras viales adjudicadas en la provincia de Santa Cruz en favor de las empresas de Lázaro Antonio Báez, lo que representó la contratación del Estado por más de 46 mil millones de pesos”, según publicó, hace ya tiempo, la periodista Lourdes Marchesse.
Para el lunes 17 de octubre, fecha emblemática para el peronismo, la vicepresidente tiene organizado un acto al edificio de Tribunales para expresar todas sus ideas en contra del funcionamiento del Poder Judicial y tratará de dar un mensaje directo sobre lo que podría provocar una sentencia en su contra.
“Es terrible lo que hace. Usa al peronismo sólo para lo que le conviene. Qué tiene que ver ella con Perón, por Dios… Al jefe lo fue a pedir el Pueblo cuando lo llevaron preso a Martín García defendiendo a los trabajadores… Ella utiliza esa fecha para su propio relato” dijo un histórico del peronismo nacional que prefiere, en estos momentos, no hacerse mala sangre.
Julio Bárbaro, un finísimo observador del pasado y de la actualidad, expresó que “se dieron que con Cámpora no alcanza y ahora van a buscar al peronismo… Usan al peronismo en las malas, pero en las buenas solo son kirchneristas”.
*MDZOL/NA