12 mayo, 2021
Diferentes equipos de futbol, jugadores de Tenis, e-sports y deportistas olímpicos solicitan no sólo apoyo psicológico, sino aplicar las premisas que aportan el estudio actual del cerebro al deporte
Por Ignacio Brusco
Muchos son los beneficios que el deporte genera en el cuerpo humano, incluyendo al cerebro. Está demostrado que las personas que realizan ejercicio incrementan hasta tres años su expectativa de vida, mejorando también la calidad de la misma. Una relación, todavía no muy estudiada, entre la actividad deportiva y el sistema nervioso es la aplicación de la neurociencia a la actividad deportiva, sobre todo en el aspecto competitivo. Es así como en muchos deportes no se ha instalado aún este concepto, aunque ya en algunos de corte individual (como los atléticos o el tenis) se está comenzando a difundir.
Diferentes equipos de futbol, jugadores de Tenis, e-sports y deportistas olímpicos solicitan no sólo apoyo psicológico, sino aplicar las premisas que aportan el estudio actual del cerebro al deporte. Funciones cognitivas, sensoriales, motoras y emocionales son pasibles de estudio y desarrollo.
El practicar un deporte implica activar sistemas inconscientes motores que trabajan en la subcorteza cerebral. Estos son regulados por otros sectores corticales inconscientes (corteza premotora) y conscientes en un permanente ida y vuelta. Lo importante para aumentar el rendimiento es generar foco en la tarea deportiva que se realiza y tener la menor interferencia posible. Es decir, lograr una convergencia atencional. En esto se trabaja con la técnica de conciencia focalizada y en la conciencia plena (mindfulness). La concentración atencional se produce trabajando con un solo punto y en el ahora. Los ejercicios sobre esta capacidad son claves para mejorar eficiencia motora y práctica deportiva.
Que la conciencia no esté presente en los momentos en los que el actor motor necesita de la velocidad y la precisión permite que zonas motoras inconscientes actúen por talento, experiencia y práctica, y no por la razón. Cuanta menos interferencia, mejor será la acción deportiva realizada. Esta intersección puede ser desde una dispersión de la atención por factores externos como el público o el jurado o por factores internos como problemas personales o enojos excesivos.
Existen varios sectores del cerebro que intervienen jerárquicamente sobre la actividad motora, desde la motivación para realizar una actividad hasta el pensamiento del acto motor que utiliza nuestra corteza cerebral. Este último es independiente del acto pues sólo pensando el movimiento (sin moverse) parte de la corteza (motora suplementaria) se activa. Luego se va ajustando entonces el proceso motriz en zonas que llegan hasta la médula espinal, perfeccionando de esta forma el acto. Es importante también considerar al sistema sensorial en cada movimiento. Varios estudios muestran que el cerebro se acostumbra a un instrumento y comienza a procesarlo como parte del cuerpo. Así, elementos como una raqueta se transforman en una extensión corporal.
Otra impronta que puede pensarse actualmente con gran avance de la tecnología es el uso de la misma para mejorar el rendimiento y además se constituyen deportes en sí mismo como los e-sports. Científicos de la Universidad Rochester y en la de Wisconsin-Madison, observaron que los videojuegos pueden ser utilizados para generar estimulación intelectual. También mejoran la performance de deportes en general, siendo además de utilidad en la rehabilitación cognitiva o motora de pacientes. Llamativamente los que más activan y mejoran las funciones cognitivas son los de acción y combate.
Además jugar es divertido, es decir genera aprendizaje a través de la recompensa, lo cual es una condición importante para el aprender fisiológico. Se produce así mejoría del foco de la atención, de la velocidad de funcionamiento y de la flexibilidad cognitiva (suspender una actividad y comenzar otra).
La tecnología informática y computacional impacta de lleno en el cerebro, pudiendo mejorar el rendimiento. Sin embargo se piensa que este factor puede ser causante (principalmente en los adolescentes, pero no únicamente) de un nuevo tipo de adicción: a los adelantos tecnológicos, fundamentalmente a internet y a los smartphones
Un estudio de la Universidad de Milano-Bicocca publicado en Trends in Cognitive Science observaron que neuronas del lóbulo temporal se activan tanto cuando se mueve la mano que toca un instrumento como cuando se mueve sólo un utensilio recién utilizado. Se producen así movimientos articulados con esa herramienta y se procesa al mismo como parte se sí. Esta capacidad se asocia otra función que es la posibilidad de anticipación.
Por ejemplo, los tenistas anticipan dónde va destinarse una pelota al recibir un saque en forma inconsciente. En esto no sólo participa el sistema visual, pues en un comienzo la visión sola no sería capaz de responder a una pelota que se aproxima a 180km/h.
Es decir, existe una capacidad anticipatoria en la respuesta ejecutada. Son importantes aquí el sistema de movimientos oculares rápidos y la capacidad multitareas (multitasking) para salir airoso de actividades tan abruptas y rápidas. Diversos trabajos muestran que esa conjunción hombre-objeto también puede ser hombre-hombre. En los deportes en equipo y cuando se realiza una actividad coordinada se llega a organizar una interacción cerebral al unísono. Se demuestra con electroencefalogramas que se sincronizan sólo cuando se actúa en equipo.
Existen múltiples posibilidades cerebrales en el trabajo deportivo que dependen del talento de base. Conocerlas y saber estimularlas conducirá a aumentar significativamente la eficacia del atleta. Se crea así una subdisciplina: la neurociencia del deporte.
*BAEN