28 agosto, 2023
Federico «Morenita» Marín, el narcotraficante más buscado que estaba prófugo desde febrero de este año, fue abatido tras un enfrentamiento entre la Gendarmería Nacional y la Policía Federal en Corrientes. Al momento de los hechos, el hombre estaba con su esposa y una de sus hijas, quien increpó a los gritos a uno de los dos policías heridos acusándolo de haberla dejado «sin papá».
«¿A él lo van a ayudar? Que se pudra, a mi papá que no está respirando no le hacen nada. ¿Qué están haciendo? ¿A él lo llevan? Pero mi papá se está muriendo ahí hace 10 minutos. Mataste a mi papá, me dejaste sin mi papá», se escucha gritar a la joven en un video que se hizo viral, en el que se ve cuando uno de los dos policías heridos en el tiroteo era subido a una ambulancia mientras que el cuerpo del narco se hallaba en el su suelo.
El episodio ocurrió durante la noche del domingo en la localidad correntina de Itatí, siendo que el delincuente había viajado a esa provincia para visitar a su familia. Fuentes policiales informaron a Noticias Argentinas que cerca de las 22, «personal policial, que estaba apostado en las inmediaciones de las calles Los benedictinos y Fray Juan de Gamarra, observó la presencia del auto particular Fiat Uno blanco, con dominio IBU 065 donde se encontraba el buscado/prófugo ‘Morenita’ Marín junto a su familia».
«Allí personal se aproxima cuando este desciende del rodado descrito y, al darle a conocer la condición de policías, el sujeto, sin mediar palabra alguna, esgrimió una pistola calibre 9mm Bersa y comenzó a efectuar disparos hacia la integridad física del personal interventor, logrando herir a cuatro de ellos», describieron los voceros. La Policía repelió la agresión y consiguió abatir al delincuente, sin herir o afectar la integridad de terceras personas.
Durante los hechos, también se encontraban en el lugar la pareja y la hija del narcotraficante. Tras confirmarse la muerte de Marín, comenzaron agredir al personal policial y sustrajeron las vainas de los proyectiles «intentando hacer lo propio con el arma que el abatido tenía en su poder, lo que fue impedido por los interventores».
En diálogo con Télam, el abogado Jorge Barboza, defensor de varios de los imputados por narcotráfico en la denominada causa «Sapucay», afirmó que se presumía que Marín «andaba por la zona, iba y venía para visitar a su familia».
«Su esposa y sus hijos fueron su talón de Aquiles, ya en 2018, cuando se encontraba prófugo fue capturado en su casa cuando había llegado a visitarlos», recordó el letrado, quien agregó que «hay versiones de que llevaba tiempo por la zona, se cree que en costas paraguayas o en las islas y siempre armado».
El caso quedó en manos del Juzgado Federal Nro. 01 de Corrientes a cargo de Juan Carlos Vallejos y la Secretaría Penal Única a cargo de Erica Knaesel, quienes dispusieron el labrado de actuaciones y diligencias judiciales en el sitio por parte de la Gendarmería Nacional.
El exjefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra vinculó la muerte de «Morenita» con la condena del exjuez federal de Corrientes Vicente Soto Dávila. «Anoche las fuerzas de seguridad acribillaron a ‘Morenita’ Marín, uno de los mayores narcos de la Argentina que se encontraba prófugo desde febrero del 2023», recordó Ibarra en un hilo en la red social X, anteriormente Twitter.
«‘Morenita’ Marín, luego de ser detenido, había acordado con el fiscal Diego Iglesias, titular de la PROCUNAR, un mentiroso arrepentimiento en 2018 para involucrar en supuestas coimas a un juez federal correntino con competencia electoral y a sus secretarios. Contar con esas vacantes le interesaba al anterior gobierno», insistió Ibarra.
Aníbal Ibarra indicó que el arrepentimiento de «Morenita» había sido falso.
En ese contexto, subrayó que «el falso abogado D’Alessio, hoy acusado de extorsión, participó en las supuestas investigaciones contra el juez federal de Corrientes. Marín no precisó fugarse de la cárcel. Como retribución por su ‘colaboración’ el fiscal Iglesias consiguió en octubre de 2022, la prisión domiciliaria que la propia PROCUNAR había pedido insistentemente desde 2019».
Ibarra consideró que «esa prisión domiciliaria es inexplicable jurídicamente» debido a que «Marín había sido condenado a 20 años de prisión (12+8), era reincidente, era jefe de una banda de narcotraficantes que utilizaba armamento pesado, había estado prófugo varios años -antes del 2018- y tenía causas abiertas en medio país».
«Los fiscales le consintieron la prisión domiciliaria a un jefe narco con el argumento de que tenía hijos menores -que estaban con la madre- y porque tenía hemorroides. Ahora explicarán cómo fue acribillado. Lo que no pueden explicar -y nadie pregunta- es por qué le dieron la prisión domiciliaria a un jefe narco reincidente y condenado a 20 años de prisión que sólo tuvo que abrir la puerta de su casa para fugarse», embistió el exalcalde porteño.
Ibarra es el abogado defensor del exjuez Soto Dávila, condenado en junio pasado por un tribunal oral a seis años de prisión acusado por tres casos de cohecho a imputados por narcotráfico para beneficiarlos con resoluciones emitidas por su juzgado. Según Ibarra, a Marín «lo usaron y después quedó como materia de descarte». «Su muerte tranquiliza a muchos porque la posibilidad de que cuente cómo se ‘arrepintió’ y cómo negoció su arrepentimiento se termina», precisó.
«Morenita» había comenzado a ser investigado en 2015 en el marco de la denominada «Operación «Sapucay», en la que se puso el foco en una organización criminal que, con permanencia en el tiempo, ingresaba al país marihuana desde Paraguay a través de Itatí para luego distribuirla en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Chaco, Santiago del Estero y Catamarca. Según se estableció en la causa, se llegaron a transportar hasta 700 kilos de marihuana en viajes que duraban menos de cuatro minutos.
Marín fue apresado en 2018 en Itatí y en octubre de 2021 fue condenado a ocho años de prisión en un juicio abreviado donde declaró como arrepentido, por lo que la Justicia le redujo la pena. Sin embargo, en febrero de este año fue beneficiado con prisión domiciliaria por su condición de arrepentido y se instaló en una casa ubicada en el conurbano bonaerense.
Todo se salió de control durante una salida a un hospital para tratarse de una supuesta hemorroide. En esa oportunidad, Marín se dio a la fuga y era intensamente buscado hasta el domingo cuando, tras un enfrentamiento policial, murió.
*EP/AT