24 septiembre, 2023
El vapuleado rugby australiano recibió un nuevo mazazo que lo hunde hasta el pozo más profundo de su historia, luego de que la derrota con Gales lo dejó, virtualmente, afuera de los cuartos de final de un Mundial por primera vez en su historia.
A 10 minutos del final, el buen número de hinchas australianos que hizo miles de kilómetros para darle un gran marco al moderno OL Stadium, que casi colmó sus 58.000 butacas, se retiró ofuscado.
La contundente victoria de Gales por 40-6, además de rubricar una muy sólida y dominante actuación, deja al Dragón Rojo como potencial rival de los Pumas en los cuartos de final, en caso de que los argentinos superen las dos pruebas que le quedan ante Chile y Japón.
Australia tiene una chance efímera, prácticamente imposible por cómo está configurado el rugby actual: vencer a Portugal en la última fecha y que Fiji no sume más de cuatro puntos en los dos encuentros que le quedan, ante Georgia y los portugueses. De facto, ya se despidió. Es la peor derrota aussie en la historia de los mundiales, incluso por encima del 40-16 que Inglaterra le aplicó en los cuartos de final en Japón 2019.
Ahora, toda la carga caerá sobre el entrenador Eddie Jones. Subcampeón del mundo en 2003, regresó para desplazar a Dave Rennie a fines de 2022 en una apuesta arriesgada de la Unión Australiana, que lo firmó por cinco años con la gira de Lions en 2025 y el Mundial en casa en 2027 en la mira.
Pero Jones redobló la apuesta y convocó a un plantel muy joven, el de menor promedio de edad. Dejó afuera a líderes como Michael Hooper y Quade Cooper, además de otros menos renombrados pero que habían sido importantes en el proceso de Rennie, como Tom Wright y Noah Lolesio. Para peor, sufrió bajas por lesión importantes como las del capitán Will Skelton, Alan Alaalaroa y Taniela Tupou.
La caída ante Gales fue la séptima en ocho partidos que lleva a cargo, habiendo vencido sólo a Georgia en el debut mundialista.
Para peor, durante la semana el propio Jones dijo que su puesto estaba en peligro si perdía y, para agregar más leña al fuego, el Sydney Morning Herald reportó que Jones había estado en conversaciones con la Unión Japonesa para reemplazar a Wayne Smith después del Mundial.
Gales construyó su victoria en base al orden, la disciplina y el sometimiento de sus forwards. Para Australia, en cambio, fue como deslizarse por un tobogán. Pese a que perdió al veterano Dan Biggar al inicio, su reemplazante Gareth Anacombe, siguió ejecutando el plan de juego a la perfección. Sin estridencias, sin riesgos, sin lucimiento, pero con eficiencia.
Australia sufrió el golpe más duro en su historia. Y los Pumas empiezan a mirar de reojo a Gales.