1 octubre, 2023
El candidato de Unión por la Patria viajó en auto y llegó a la medianoche a Santiago del Estero para participar del debate. Hará hincapié en las medidas tomadas para la recuperación de los ingresos de trabajadores y jubilados, marcando que serán las políticas que caracterizarán su mandato. Como noticia bomba, Massa anunciaría que Roberto Lavagna será su ministro de Economía en caso de llegar a la Casa Rosada.
Sergio Massa encarará el debate presidencial poniendo el eje en las medidas de recomposición de los ingresos que anunció en los últimos días, explicando que marcan el inicio de las políticas que caracterizarán su mandato, en caso de resultar electo. Massa eligió ir en auto hasta Santiago del Estero -todo un tirón- para ir debatiendo temas con su equipo y hacer llamadas. El candidato de Unión por la Patria se guarda un as en la manga: anunciaría que Roberto Lavagna será el ministro de Economía de su futuro gobierno, una apuesta fuerte que espera sirva para transmitir previsibilidad en momentos de turbulencias en los mercados y asegurarse un espacio importante en las repercusiones del debate.
La posibilidad de que Massa anuncie a Lavagna como su futuro ministro fue revelada esta semana por Roberto Navarro en El Destape Radio. Ayer, la noticia se daba como un hecho entre gente cercana al candidato de Unión por la Patria. Lavagna, de 81 años, sería algo así como un jefe coordinador del equipo económico del que formará parte su hijo Marco, actual titular del Indec, y el jefe de gabinete de Massa, Leonardo Madcur, quien ocuparía la presidencia del Banco Central. Madcur ya fue subsecretario y secretario cuando Lavagna ocupó el ministerio de Economía durante los gobiernos de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. .
Massa habría terminado de cerrar la incorporación esta semana, durante un encuentro con Lavagna en su casa del barrio de Saavedra. Ambos tienen una larga amistad y Lavagna funcionó algo así como hombre de consulta durante su gestión como ministro. El anuncio será también un guiño para el gobierno de unidad nacional que propone Massa porque Lavagna fue candidato del radicalismo en 2007 compartiendo fórmula con el actual presidente de la UCR y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales.
También para el peronismo «federal» que hoy postula al gobernador cordobés Juan Schiaretti. Ese espacio estuvo representado por Lavagna en las elecciones de 2019, cuando obtuvo el 6,1% de los votos. Desde entonces, el ex ministro se mantuvo alejado de la esfera pública, pero se mantuvo activo dando su opinión sobre la complicada marcha de la economía a quien se lo requiriera. El presidente Alberto Fernández y Massa, los principales.
Una señal importante del acercamiento de Lavagna a la candidatura de Massa se pudo ver en los movimientos del diputado Alejandro «Topo» Rodríguez, histórico ladero del ex ministro. Rodríguez acompañó a Massa en su último viaje a Brasil y luego votó los proyectos que envió al Congreso, lo mismo que sus compañeras del interbloque federal Natalia De la Sota y Graciela Caamaño. Con el anuncio, explicaban, Massa esperaba dar un fuerte gesto para tranquilizar los mercados en momentos de nuevas escalada del dólar blue, poniendo al frente a uno de los economistas más experimentados en eso de hacer frente a las turbulencias.
Massa dio la nota ayer viajando en auto hasta Santiago del Estero junto a su esposa Malena Galmarini, el ministro del Interior Eduardo «Wado» de Pedro y el vicejefe de Gabinete Juan Manuel Olmos. Sus adversarios se trasladaron en avión y se fueron a sus hoteles para preparar el debate. «Quería estudiar con su equipo y hacer llamadas», explicaron en el entorno del candidato los motivos de la elección. Malena fue subiendo videos a Instagram para ir contando las peripecias de la larga marcha hasta la provincia, de unas 12 horas de ruta. En una de las paradas, bajaron a comprar algunas cosas a una YPF y se sacaron fotos con las empleadas.
En el debate, el ministro buscará poner en valor las medidas tomadas luego de las PASO para recomponer el poder adquisitivo de trabajadores y jubilados erosionado por el nuevo pico inflacionario. En primer término, la eliminación del impuesto a las Ganancias convertida esta semana en ley por el Congreso y la devolución del IVA a los salarios más bajos, que ya se comenzó a debatir en Diputados. Justo antes de ingresar en la veda de anuncios, Massa lanzó una ayuda para trabajadores informales de 94 mil pesos en dos cuotas, algo así como un IFE pero para un universo más acotado.
En cada bloque temático sobre los que deberán exponer en el flamante auditorio Forum de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (hablarán de Economía, Educación, Seguridad y Derechos Humanos, entre otros ítems), buscará instalar la idea sobre lo inconveniente de volver para atrás con ideas como las que proponen Javier Milei y Patricia Bullrich. El objetivo no es atacar personalmente a Milei -entienden que eso podría beneficiar al libertario- pero sí mostrar lo inconveniente de sus ideas. Insistirá con su apelación a las mujeres -que en UP consideran claves para torcer la elección dado el rechazo mayoritario que muestran a Milei y el miedo a sus iniciativas- sobre la peligrosidad de propuestas como la venta libre de armas o de órganos.
A diferencia de sus adversarios, Massa tiene experiencia en debates presidenciales. Participó en 2015, cuando todavía no era obligatorio. Justamente. quien lo acompañó en aquella ocasión fue Roberto Lavagna, a quien presentó como el jefe de su futuro equipo económico, lo mismo que haría este domingo. «Creo que podemos dar un salto. Tenemos un país, rico, enorme e importante. Hay que poner lo mejor de nosotros y por eso quiero invitar a los argentinos a dejar las diferencias de lado y juntos crear el país que queremos», terminó su participación aquella vez. La idea de un gobierno de unidad nacional, ya presente entonces, probablemente también sea el concepto con el que elija cerrar este domingo.
En el entorno de Massa se muestran confiados en cuanto a que podrá mostrar una solidez en conocimiento de las cuestiones de Estado muy superior a la de Milei y la de Bullrich. Pero que también es necesario ofrecer una idea de futuro y de cómo mejorará el país en un hipotético mandato para decir que salió ganando de la discusión. «A veces, un traspié involuntario, un gesto que capta la cámara, puede resultar clave», advertían. Por lo general, se supone que un debate no cambia gran cosa de cara a la elección. Pero en esta ocasión, con un escenario de tercios en el que uno o dos puntos pueden decidir ir a un ballotage o ganar en primera vuelta, existía la convicción de que este domingo a la noche se pondrá mucho en juego.
*ED/ by Fernando Cibeira