20 mayo, 2021
El nuevo esquema escalonado implica un aumento de la presión tributaria exclusivamente en el segmento de empresas con mayores ganancias declaradas; en tanto que habrá una baja de la carga impositiva para 9 de cada 10 empresas.
En una sesión maratónica, la Cámara de Diputados aprobó esta madruga en sesión especial el proyecto que busca modificar el impuesto a las ganancias a las empresas y que establece nuevas alícuotas marginales escalonadas con tres segmentos en función del nivel de ganancia neta imponible acumulada.
La iniciativa fue aprobada pasadas las 2.30 por 124 votos a favor y 104 en contra, y se registraron 28 ausencias. Fue girada al Senado.
Acompañaron al Frente de Todos en la sanción del proyecto el interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, el Movimiento Popular Neuquino y la bancada de Córdoba Federal (PJ cordobés); mientras que se expresaron en contra Juntos por el Cambio y Consenso Federal, además de otros espacios minoritarios.
El tratamiento del proyecto demoró más de tres horas y se inició cuando ya habían transcurrido más de ocho del inicio de la sesión en las que se aprobaron los expedientes sobre postergación de las elecciones legislativas y caducidad de partidos políticos.
Al tomar la palabra como miembro informante por el oficialismo, el diputado del Frente de Todos, Carlos Heller, defendió la iniciativa y anunció una serie de modificaciones, respecto al dictamen de mayoría firmado el 28 de abril pasado: se elevó de $20 a $50 millones el límite de ganancias netas acumuladas para la segunda y tercer escala.
Así, se establece un primer escalón de 25% para ganancias netas acumuladas de hasta $5 millones, una alícuota que no sólo abarcará a las pymes sino también a la mayoría de las medianas empresas.
El segundo escalón -de 30%- es para ganancias netas acumuladas de más de $5 millones y hasta $50 millones, y un último segmento de 35% para ganancias netas acumuladas superiores a $50 millones. Los dividendos distribuidos pagarán en todos los casos la alícuota de 7%, a través del impuesto cedular vigente.
Este esquema significa que habrá un aumento de la presión tributaria exclusivamente en el segmento de empresas con mayores ganancias declaradas en tanto que habrá una baja de la carga impositiva para 9 de cada 10 empresas.
Estas modificaciones representarán un ingreso adicional para el Tesoro de unos $133.164 millones, según un análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso, que midió cuánto dinero más se podrá recaudar por las modificaciones en comparación con la actual situación del gravamen.
En el debate, el oficialista Ariel Rauschenberger, señaló: «Ante un contexto pandémico que nos demanda cada vez mayores esfuerzos, debemos dar un paso hacia la sustentabilidad fiscal y aliviar a las empresas de menores ganancias».
En un encendido discurso, el diputado Hugo Yaski completó la defensa del proyecto: «Nuestro país está sufriendo las consecuencias de un proceso en el que de manera absolutamente contradictoria en un contexto de pandemia, los que eran ricos antes de la pandemia son más ricos y los que eran pobres hoy son más pobres».
Por Juntos por el Cambio, Luciano Laspina cuestionó la iniciativa: «Hoy estamos votando un aumento impositivo a casi todos los tramos de las empresas y no de los empresarios, un aumento de la presión tributaria en un país que tiene presión tributaria récord».
El radical Luis Pastori, amplió la voz de JxC: «El objetivo de este proyecto es claramente recaudatorio; y lo hacen en este contexto donde se mezcla la pésima gestión de la pandemia, más la profunda crisis económica, que da como resultado un escenario de pérdidas económicas generalizadas, para cuyas empresas el mercado central es el mercado interno. Pretenden compensar la reducción de la carga tributaria de Impuesto a las Ganancias de las rentas de cuarta categoría».
Desde Consenso Federal, Jorge Sarghini, fijó la postura negativa de su bloque: «Lo más importante por lo que nosotros no acompañamos este proyecto, es que aún en lo más profundo de las crisis, cada política pública que se decide tiene que arbitrar entre el corto y el largo plazo».
Por el Movimiento Popular Neuquino, Alma Sapag, explicó su voto a favor: «Voy a acompañar el proyecto, considerando que es un avance en alinear la carga tributaria con la estructura de las empresas, mejorando la progresividad del impuesto».