5 julio, 2020
SON SUELDOS MUY SUPERIORES A LOS $270 MIL DE BOLSILLO
El déficit fiscal de Chubut es inmanejable y desde todos los frentes hay reclamos para que se consolide un plan de estabilización financiera como salida inmediata a la crisis. Pero eso es lisa y llanamente una utopía, sino se revisa las posibilidades de ingresos y de gastos y se adecúa la estructura pública a las necesidades y tiempos que corren. Donde una modernización de áreas, sistematización de trámites y agilización de procesos burocráticos quedó absolutamente expuesta como primera necesidad tras la pandemia. Lo segundo es la revalorización de roles de acuerdo a los requerimientos de la actual gestión que gobierna, y por último la reducción de asimetrías salariales. Todo esto se evalúa como un proceso simultáneo que no puede esperar.
De acuerdo a datos oficiales, actualmente hay más de dos mil agentes que cobran por encima del sueldo del gobernador que alcanza los $276.000.
La regla número uno del Estado es que ningún empleado público debe cobrar más que el primer mandatario, no sólo por cuestiones de rangos sino y sobre todo de responsabilidades. Este dato abre un nuevo debate sobre el desorden y la sangría de fondos que existiría en la administración pública, tan difícil de ordenar como de acotar.
En la conferencia de prensa con la que el gobernador Mariano Arcioni cerró la tumultuosa semana pasada, aseguró que proyecta aplicar un tope salarial para empleados estatales de Chubut tomando como referencia «el sueldo de 200 mil pesos del gobernador».
En ese marco, el mandatario aseguró que buscará equiparar los sueldos de la administración pública porque «hay algunos que ganan 300 o 400 mil pesos» y otros que “ganan $30.000 realizando tareas esenciales”. Habló de los policías que cobran 36.000 pesos de bolsillo y los comparó con los que tienen la suerte de cobrar cinco veces más y, sin embargo –según él -, no ponen lo que hay que poner.
Según informes recientes de datos nacionales, Chubut ya era la provincia argentina que más inversión en empleados públicos poseería con 61%, seguida por Río Negro y Tucumán, ambas con un 57,5%. Esta estructura hiperajustada viene de arrastre y complica cualquier tipo de administración, sea del sello que sea.
Arcioni afirmó que prefiere el camino del tope al del despido de gente. “No tengo problema en que me insulten, que digan lo que carajo quieran de mí, pero prefiero pagar tarde los sueldos a dejar a un trabajador en la calle”, dijo para salir al cruce de los que le proponen eliminar 7.000 sueldos públicos para equilibrar el déficit fiscal.
Y en ese sentido, pidió «un compromiso del Poder Legislativo y del Poder Judicial”, y afirmó que “Hay una buena predisposición en estas primeras conversaciones para lograr un ‘acuerdo temporario’ como establece la Constitución que permite reducir algunos sueldos en momentos de crisis. Tiene que estar ratificado por los diputados. Esperamos poder concretarlo cuanto antes y poder cumplir en tiempo y forma con los que menos cobran. Son gestos que tenemos que dar. Vamos a tratar de darle cumplimiento a una vieja Ley que señalaba que ‘nadie puede ganar más que el Gobernador’ porque el ejemplo lo tenemos que dar nosotros», dijo.
Optimizar recursos para no achicar planta
Por otro lado, se refirió a los que critican la gestión de gobierno y aseguró: «Muchos de los que critican desde la oposición fueron los responsables de dejar a la provincia en esta situación. Ojalá tuviera un barril a USS 130 o tuviera la posibilidad de endeudar en 400, 600, 800 millones de dólares que podrían servirnos para dar vuelta la provincia. Estamos trabajando para equilibrar las cuentas. Achicar el Estado no es echar gente sino que es optimizar los recursos. Vamos a necesitar de otros poderes para equilibrar los sueldos. No me gusta publicar cuánto ganan otros pero hay sueldos que son exorbitantes», insistió.
Los márgenes financieros de la provincia indefectiblemente gobierne quien gobierne son escasos y requerirá de una reforma a debatir. De hecho, a partir de julio y por la falta de renegociación de la deuda, Chubut ya entra en «regalías cero». Como si fuera poco está pagando cerca de 30 millones de dólares por bimestre de responsabilidades contraídas por exgobiernos, y en octubre se acerca un vencimiento pesado de 40 millones de dólares. O se reestructura esta deuda, o la cesación de pagos interna y externa está a las puertas.