19 enero, 2022
Los Camioneros confirmaron su participación en la protesta del 1 de febrero y buscan presionar a la central obrera. Los efectos en el Gobierno.
Por Nicolás Poggi
Los Moyano encendieron la mecha. Una vez que quedó claro que la marcha del 1° de febrero contra la Corte Suprema crecía en dimensiones y sumaba cada vez más adeptos, el Sindicato de Camioneros se plegó a la protesta y advirtió que la CGT “debería hacer lo mismo”. Un mensaje que abrió una interna en el sindicalismo.
Alberto Fernández aún no definió al reemplazante de la renunciante jueza de la Corte, Elena Hingtohon de Nolasco y prepara reforma judicial para enviar en marzo al Congreso. Foto: Archivo
Tanto Hugo como Pablo Moyano avisaron que se sumarán a la movilización en los tribunales porteños en reclamo de la “renuncia” de los cuatro miembros actuales del máximo tribunal. “Son tantas las denuncias que se han hecho contra la situación de la Corte que necesitamos que se corrija la situación”, justificó el jefe de Camioneros.
La grieta fue abierta por Moyano cuando consideró que la CGT también “debería participar”. “Algunos no han tenido inconveniente porque siempre han sido sumisos a los poderes mandantes”, dijo el sindicalista -en declaraciones a El Destape Radio- sobre los “Gordos”, tal como se conoce a los gremios de servicios y con quienes Camioneros comparte la conducción de la organización.
Hoy en el triunvirato cegetista conviven Héctor Daer y Carlos Acuña, del sector dialoguista y cercanos a Alberto Fernández, junto Pablo Moyano, que se sienta a esa mesa en representación de los “duros”. Es justamente este último sector el que no dudó en confirmar su participación en la marcha organizada por Luis D’Elía, el juez Juan María Ramos Padilla y otros sectores periféricos del kirchnerismo.
Para que no quedaran dudas, Pablo Moyano se reunió este martes con el propio ex piquetero para definir detalles de la jornada de protesta, que se hará desde las 18 del 1° de febrero en la Plaza Lavalle, frente a tribunales. También se sumarán los movimientos sociales aliados al Gobierno, aunque aún están definiendo el modo de participación.
“Yo quiero que haya Justicia, como ciudadano voy a marchar. Se me inventaron causas, se armaron causas y están las pruebas. Después es el Gobierno el que tiene que decidir cómo se seleccionan los jueces de la Corte”, dijo Pablo Moyano también a radio El Destape.
El número 2 del Sindicato de Camioneros anticipó que “se van a sumar muchos gremios” a la marcha, aunque aclaró que “nadie quiere quemar la Corte” sino que “se pongan a hacer justicia verdadera”.
Con la causa de la «Gestapo» macrista como telón de fondo, el dirigente dice tener claro el origen de la avanzada del macrismo contra los gremios. “En 2018 empezamos a marchar en oposición a la reforma laboral. Ahí empieza este ataque judicial con Macri y Vidal como cabezas políticas y con (Julio) Conte Grand como brazo judicial. Después de 4 años empieza a salir a la luz. Ojalá la Justicia haga justicia”, manifestó.
Otro (ex) moyanista que apoya que se revise el funcionamiento del Poder Judicial es Juan Carlos Schmid, titular de Dragado y Balizamiento. “Nuestra federación portuaria y marítima fue allanada por gendarmería en el 2017”, dijo el sindicalista y agregó que durante esos años “hubo dos episodios muy relevantes: la intervención en el gremio de Canillitas y la oscura intervención del Sindicato de Marítimos Unidos” que conducía Omar “Caballo” Suárez.
Para el sindicalista, que supo ser delegado de Hugo Moyano en la mesa chica de una de las tantas versiones colegiadas de la CGT, “la Justicia funciona mal en todas las líneas”. Proveer de conformidad.
La central obrera hace silencio por ahora. Desde el entorno de Daer evitan pronunciarse sobre la manifestación K y el reclamo de los Moyano. Acuña, compañero de ambos en el triunvirato, se limitó en los últimos días a decir que la organización no había participado de ninguna reunión en la que se planteara la posibilidad de sumarse a la marcha.
“Estas tensiones van a hacer que, de un momento a otro, se vuelva a romper la unidad sindical”, advirtió ante A24.com un conocedor de las internas gremiales. El sector refractario a los Moyano atribuye la confluencia de los Camioneros y el kirchnerismo duro a la supuesta necesidad de ambos de contar con una “Justicia adicta”. Y la misma observación hacen sobre el tándem Alberto-Cristina Kirchner.
Pero los “Gordos”, confían desde el seno cegetista, son “viejos zorros” y “no están dispuestos a subirse a ese tren». “Los Moyano y los kirchneristas están desesperados, pero estos no”, observan con autosuficiencia. La razón: su buena relación con el macrismo durante el gobierno de Cambiemos. Palabras más o menos, es lo mismo que les reprochó Hugo Moyano.
La Casa Rosada, mientras tanto, mantiene la cautela. Hasta el momento, los únicos funcionarios que respaldaron abiertamente la protesta fueron el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, y el viceministro de Justicia Juan Martín Mena, que reporta directamente a Cristina.
El Presidente no alude públicamente al tema y su entorno tampoco da pistas. Pero mientras el albertismo esquiva las definiciones, la convocatoria crece (la CTA y ATE ya están anotados) y empezó a sumar a sectores civiles disconformes con el servicio de justicia. Por el lado de los movimientos sociales, el diputado oficialista y coordinador nacional de Somos Barrios de Pie, Daniel Menéndez, le confirmó a este portal que el sector va a «acompañar» la protesta.
Desde la fracción más combativa del sindicalismo anticiparon a A24.com que además es “muy probable” que se sume otra organización aliada al Frente de Todos como La Bancaria, que conduce el también diputado Sergio Palazzo (otro dirigente del círculo cristinista).
El cuadro de esta interna sindical no es ni más ni menos que un efecto de las divisiones aún mayores que rasgan a la coalición en torno a este tema. Mal que le pese al Gobierno, a esta altura nadie puede asegurar cuál va a ser la dimensión (y las consecuencias) de una protesta inédita en la galería política de los últimos años.
*A24