‘Maldita tecnología’: ya hay Loros que cantan y «conversan» por videollamada

Investigadores de una universidad de Boston les enseñaron a usar una tablet para comunicarse y combatir la soledad.

‘Maldita tecnología’: Loros que cantan y «conversan» por videollamada

En caso de que alguien se lo esté preguntando, los loros pueden hacer videollamadas. Así lo demostró un equipo de investigadores de la Universidad Northeastern de Boston, Estados Unidos, que buscaron desarrollar un método para mejorar el bienestar de las aves, muy sociables pero con frecuencia sometidas al cautiverio y la soledad.

Los loros, cuartos animales domésticos favoritos de ese país, tienen una inteligencia notable que requiere de estímulos para no aburrirse, recuerda El País. El aislamiento “les causa malestar emocional o incluso trastornos psicológicos, que se manifiestan en comportamientos autolesivos como arrancarse las plumas o deambular en círculos por los laterales de la jaula”.

Con el deseo de ayudar a reparar el daño causado por nuestra especie, los investigadores enseñaron a 18 cacatúas y loros grises a relacionar el sonido de la campana de una tablet con una videollamada. Después los educaron para tocar una pequeña campana. Cuando su cuidador les mostrara el dispositivo, debían elegir con un picotazo a qué otro loro llamar. En las conversaciones, aseguran los responsables del experimento, se saludaban y hasta mostraban las plumas como tema de “charla”.

La felicidad de los loros por poder comunicarse
Las aves disfrutaron del contacto, se acercaban a la pantalla, ofrecían comida a sus compañeras e incluso cantaban coordinadas. Cuando uno de ellos se movía y desaparecía de la pantalla, la otra lo buscaba detrás de la tablet.

Como el objetivo era fomentar su autonomía, también podían rechazar o abandonar las llamadas si se estresaban. Pero el análisis sobre más de 1.000 horas de grabación, que recogieron comunicaciones de cinco minutos en promedio, fue positivo. Entre los principales beneficios de las llamadas, los animales se sintieron menos aislados y mejoraron su estado de ánimo.

También fue un experimento sobre la popularidad: los loros que eran contactados con mayor frecuencia eran los que después hacían más llamadas por sí mismos.

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