27 abril, 2022
Los reclamos sectoriales en el sector suelen coincidir con los procesos electorales o los pedidos gremiales de ajustes de derrame. Pero en este caso habría versiones cruzadas de agitación de trabajadores bajo argumento de los inconvenientes de la estacionalidad y el impacto en los eventuales
La mecánica del escrache y la vandalización de edificios donde funcionan oficinas de las empresas se han reiterado en los últimos días. Desde las pesqueras advierten que esos sectores sindicales cuentan con ‘guiños políticos locales’ que a la postre podrían poner en peligro la paz social.
Un clima de tensión se percibe en las últimas semanas en la industria pesquera de Puerto Madryn a raíz de la presión que viene ejerciendo la dirigencia del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación para que, en forma compulsiva, todas las empresas se aboquen al procesamiento de merluza en invierno.
Independientemente de la legitimidad de los reclamos o el derecho constitucional de manifestarse, se configura un escenario de creciente conflictividad con prácticas de vandalización en los portones de ingreso a las plantas o pintadas en los edificios donde funcionan las administraciones de algunas de las compañías.
Esta situación genera inquietud de parte de las empresas, ante los hechos reiterados, y advierten que no encuentran representación de la dirigencia política local para contener esos signos de conflictividad, sino que por el contrario consideran que desde esos sectores de la política se termina alentando la protesta sindical.
Justamente en la actividad pesquera hay sobrados ejemplos en la historia reciente de situaciones coyunturales que han terminado con la paz social resquebrajada. Sabido es que la escalada de conflictividad y violencia que no es acotada, sino además es fogoneada, puede tener derivaciones insospechadas.
La industria pesquera en Puerto Madryn, en su gran mayoría, focaliza el negocio en el recurso langostino y en términos operativos sería dificultoso que de la noche a la mañana se reconfigure el esquema productivo de una planta para transformarla en mesas de fileteo de merluza hubbsi; más allá de la estructura de costos, que según refieren desde las empresas, genera hoy una ecuación negativa.
Asimismo, no contribuye que se alimente la falsa expectativa al sostener que si de un día para otro, las empresas se vuelcan a la merluza van a generar trabajo para las dotaciones estables de personas y además van a incorporar los 3.000 trabajadores eventuales de langostino. Menos aun cuando la pesquería de merluza en el Golfo San Jorge le quedan 15 días, siendo optimistas.
El último viernes, el vicegobernador de Chubut, Ricardo Sastre, y el intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, se reunieron con los afiliados y la conducción del sindicato en la sede del gremio en la ciudad portuaria.
“Estuvimos en STIA junto a los trabajadores, por las discusiones que se están dando en estos días y que impactan el sector. Dejé clara mi postura y compromiso de defender los puestos de trabajo de mis vecinos. Es mi prioridad, y para eso estamos en este Municipio”, explicó el jefe comunal.
Por su parte, el Vicegobernador sostuvo: “Acompañando a la pesca y sus trabajadores, como lo hicimos siempre. Trabajaremos para que cada ciudad de la Provincia tenga lo que le corresponde. En ese marco avanzaremos, apostando al diálogo y la paz social, pero siempre priorizando la defensa de cada puesto de trabajo”, reflexionó.
Apenas horas más tarde, los afiliados y dirigentes del STIA marcharon a protestar hasta la sede administrativa de San Isidro. Tras la manifestación, el gerente de la empresa Damián Santos condenó la mecánica del escrache y vandalismo. “Sería muy ingrato sino agradezco a todos los que me han llamado y solidarizado hoy por las amenazas y agravios sufridos por parte del STIA, reconforta saber que somos muchos los que apostamos a un país distinto y pocos los que quieren que nos acostumbremos a esta barbarie”, puntualizó.
*RP/by N. S