ChubutLine.com "Periodismo Independiente" - Noticias, política y un análisis de la realidad diferente - directora@chubutline.com - redaccion@chubutline.com



30 mayo, 2021

Lunes otra vez…: La nueva fase se llama superpoderes

Semana de definiciones. El oficialismo cree tener los votos como para convertir en ley este miércoles la ley de superpoderes. El proyecto agiganta la lapicera de Alberto Fernández para tomar las medidas anti Covid, que son la herramienta decisiva del oficialismo para mejorar su capacidad de competir en las próximas elecciones.

Por Ignacio Zuleta

El envío traduce dos objetivos que contiene el proyecto que viene del Senado: 1) ampliar atribuciones pretorianas para arrinconar al gobierno de la CABA – cabecera de la oposición – con el apoyo de las provincias, la mayoría administradas por el peronismo; 2) atornillar la unidad del Frente de Todos para evitar que, ante el riesgo electoral, reaparezca el virus del cisma. A eso se dirigen otros tratamientos paliativos, como la postergación de la asunción de Máximo Kirchner en la presidencia del PJ de Buenos Aires, o el alineamiento en el orden internacional con consignas simpáticas a sectores de la izquierda criolla, como la distancia social respecto de Israel o las caricias remotas a Maduro. Todo virtual: como en todos los países, el alineamiento respecto de conflictos foráneos tiene como clientela exclusiva al público local. El oficialismo confirmará que el martes habrá sesión del plenario de comisiones para dictaminar el proyecto, que puede ir el miércoles al recinto. Una vuelta a clases después de la adormidera del último DNU y el finde largo.

 

 

El último DNU, otro logro de la oposición

 

 

La nueva ley describe los «superpoderes» que le permitirán a Alberto dejar atrás los DNU – que tiene un trámite formal pero odioso en una comisión bicameral – para tomar medidas en todo el territorio. Es una manera de blindar la lapicera de Alberto ante los reclamos que la oposición ha llevado a la justicia y que han tenido éxito en la Corte Suprema, al menos en cuanto a la capacidad de la Nación de tomar medidas en materias no delegadas, como la educación, la salud y la seguridad. Esta semana sesionó la bicameral de trámite legislativo, y el informante sobre el último DNU que estableció las restricciones que cesan este domingo (aunque repiten el próximo fin de semana) dijo que era el último. El diputado Pablo Yedlin admitió que se agotó ese recurso pretoriano con el 334/2021: «Nos enfrentamos hoy al que quizás sea el último DNU de estas características que tengamos que discutir en la comisión bicameral. Viene la ley a dejarnos claro, ya y como como ha pedido varias veces la oposición, que sean las leyes, discutidas en un Congreso que está trabajando, los que demos la discusión». Lo más importante de esa intervención es cuando admite que enviaron la ley porque la oposición los dejó sin margen, con la colaboración claro, de la justicia. La oposición de Juntos por el Cambio igual rechazará esa iniciativa que viene del Senado.

El oficialismo parece tener los votos, que no tiene para otro proyecto, que le importa seguramente más: el de la reforma del ministerio público. El bloque bisagra del massista José Luis Ramón apoyará los superpoderes. Otro bloque bisagra como el que coordina Graciela Camaño para Roberto Lavagna Producciones tomará posición en estas horas. Camaño tiene dudas, pero no otros integrantes de esa bancada como Eduardo Bucca – jefe del Interbloque Federal que reúne a once legisladores. Una señal de que el oficialismo tiene los votos es que, para el jueves, 24 horas más tarde, está prevista la sesión del Senado para escuchar el demorado informe del jefe de gabinete. Santiago Cafiero quiere presentarse ante los senadores con los superpoderes en el bolsillo y antes de que la justicia se ocupe de su contenido.

 

Nueva pieza de artillería para la campaña

 

 

Los reclamos de la oposición impusieron modificaciones, como la que afirmaba que los gobernadores son delegados del poder central. La versión que tratará diputados respeta el texto constitucional de que son «agentes naturales» en la aplicación de la legalidad federal. También le pone una fecha de cierre en el tiempo de estas facultades. El peronismo tiene un culto por las formalidades verticalistas y es menos puntilloso. Algunos gobernadores han adherido a las normas firmadas por Alberto Fernández, asumiendo sin barbijos que son «delegados» de la Nación para su aplicación.

El tratamiento servirá de escenario para la confrontación del oficialismo con el gobierno de la CABA, que lo tiene al gobierno arrinconado con un recurso ante la Corte sobre las atribuciones de la Nación para quiere regular sobre salud, educación y la seguridad sin tener escuelas, hospitales – salvo unos pocos – ni policía – salvo las fuerzas de seguridad. Antes que la peste, que contagia todos los debates, al gobierno le importa esta confrontación con el único distrito que administra el Pro.

¿Qué mejor artillería que unos superpoderes para librar esa batalla, que tiene objetivos electorales? Los resultados del gobierno – como el de otros en el mundo – en el combate contra el enemigo oculto de la peste no permiten creer otra cosa. Lo que no han conseguido los aislamientos, barbijos y vacunas difícilmente lo logren ahora unos superpoderes. Con ellos o sin ellos la suerte de los gobiernos es más que azarosa.

 

 

Los supercontroles son más peligrosos

 

 

¿Dejarán pasar los diputados algunos deslices constitucionales que pueden trabar la ley en la justicia? Un artículo – el 5° en el texto, que aprobó el Senado – ordena el cumplimiento de normas de conducta privada que deben cumplirse so pena de sanciones privadas. Manda a tener distancias de dos metros, lavarse las manos, ventilar las casas y toser sobre el codo, pero no dice si eso es válido tanto en espacios públicos como en los privados. El artículo 29° amenaza con causas penales a quien incumpla estas consignas. ¿Y si uno las trasgrede en su vida privada, es punible? ¿Se abrirán peleas familiares, tan propicias en estos tiempos de encierros compulsivos, porque papá, mamá o la gorda lo tosieron al señor en la cara? ¿Quién fiscalizará el lavado de manos después de ir al baño; ¿o antes, como aconsejaba el extravagante Torrente – personaje del cine español -, en homenaje al respeto que todo varón le debe a sus partes vergonzosas? Torrente es, en el filme de Santiago Segura, «el brazo tonto de la ley».

El diputado radical por Chubut, Gustavo Menna, ha llegado a hablar de cláusula digna del «terror estalinista». Una vez que el proyecto sea ley, el presidente quedará autorizado a seguir dictando decretos delegados, ya no DNU. El art. 76 de la Constitución «prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo, salvo en materias determinadas de administración o de emergencia pública, con plazo fijado para su ejercicio y dentro de las bases de la delegación que el Congreso establezca». Los DNU, que el gobierno promete no firmar más, los regula el inc., 3 del art. 99°. Dice que son para circunstancias excepcionales [que] hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes». La oposición cuestiona al gobierno porque desde diciembre de 2019, Alberto promovió más decretos de contenido legislativo que leyes. Los DNU son ya 98 – sólo 40 han pasado por la bicameral – y los decretos delegados son 42 – y sólo 7 fueron a la bicameral.

 

 

Unidad con ajuste cuentas en la oposición

 

 

La oposición tiene blindado el rechazo a esta ley, llamada «ley semáforo» por la escala de restricciones que propone. No es fácil, por el debate interno que hay en la coalición Juntos por el Cambio. Carla Carrizo, radical que se referencia en el nosiglismo sugirió en la última sesión, la que prorrogó las elecciones, que “hay algo raro” entre sus colegas de bancada. Cruzó elogios con Wado de Pedro, que esa noche estaba vigilando la votación, porque éste había destacado, no se sabe cuándo, un estudio de académicos sobre las PASO: «Quiero agradecer especialmente al ministro del Interior, Wado de Pedro, porque destacó un proyecto que presentamos en noviembre o diciembre de 2020 con un grupo de diputados, acompañado por el trabajo de muchísimos politólogos de las cuarenta y cuatro carreras de Ciencias Políticas del país, quienes escrutaron las PASO en este ciclo de once años». Y remató con una queja a los caciques de JxC de su propia bancada: «Celebro que hayamos podido sostener ese derecho, pero lamento que los negociadores de mi interbloque no hayan puesto en escena, como sí lo hizo el ministro del Interior, que ese proyecto era una herramienta de negociación.»

¿A quién le está llorando? Cuando se aprobó la baja de ganancias, en abril pasado, Sergio Massa había sorprendido a los legisladores de su bloque al agradecer el aporte al proyecto del oficialismo, con quien había negociado sin el conocimiento del conjunto. Esa señal, entrelíneas que advierten sólo los peritos, motivó esta vez que Mario Negri pidiera la palabra de manera individual, no como autoridad del bloque. Relató con detalle de cronista, cómo se había llegado al acuerdo con Wado y cómo toda la mesa nacional de JxC, incluyendo a Macri, había avalado la letra final que refinó Juan Manuel López – jefe de la bancada de Lilita – en diálogo directo con el ministro. Quienes ven debajo del agua miran a las universidades, para ver si está allí la cadena de entendimientos entre el gobierno (De Pedro) y estos radicales silvestres, que siempre tienen resto para darle una mano al gobierno.

 

 

Massa, también sin arquero

 

 

La trampa está siempre al acecho cuando merodean los lobos del deseo, para quienes no existen los códigos. Massa es uno de ellos. Pocos días antes de las PASO de 2015, en las que competía contra Macri y Scioli, disparó por TV, mirando hacia el techo: “Me encontré a Bonadío en una estación de servicio en Tigre y me dijo que iba a comer a lo de Scioli” (15 de julio de 2015).

En la última sesión, cuando revisaba el número para una votación, escrachó a los legisladores que se habían retirado hacia el coqueto salón del «bajo recinto» a mirar, el partido de River sin arquero.

El bajo recinto es un coqueto spa que inauguró Emilio Monzó en un sótano abandonado en el palacio, para solaz de los legisladores – tiene sillones, barra, pantallas, alfombras, se puede fumar.

Massa: «Lo que ocurre – dijo con su sonrisa más amistosa – es que había muchos diputados en el bajo recinto sufriendo por los últimos diez minutos del partido. La Presidencia informa que se han registrado 216 votos afirmativos, y hay 9 diputados a quienes no se les ha registrado el voto. Les pido que revisen en la aplicación aquellos que figuran como ausentes.”

– El señor diputado Enríquez ingresa al recinto.

Massa: “Diputado Enríquez, ¿de qué cuadro es usted? ¿Se fue a ver los últimos diez minutos del partido y llegó tarde a la votación? Se deslogueó para poner Flow y mirar los últimos diez minutos del partido.” (Risas.)

El paso de comedia lo remató, indignado, Enríquez. Le atizó un tuit a Massa con el justificativo: “Solo me retiré unos 15 minutos para ir al baño y comer algo rápido en el bar debajo del recinto después de muchas horas de sesión, pero permanecí logueado”.

Como para encontrarse con Sergio en un telo. Fuiste…

 

*NotiAr, ZST