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3 septiembre, 2025

Lucrecia Martel llevó a Venecia la voz de indígenas argentinos en «Nuestra Tierra»

Partiendo del juicio a los sospechosos del asesinato de Javier Chocobar, ocurrido en Tucumán en 2009, Lucrecia Martel hace un retrato de la comunidad Chuschagasta. Fue visible la presencia mínima del cine argentino, golpeado de lleno por los recortes del presidente Javier Milei.

La directora argentina Lucrecia Martel presentó este domingo en el festival de cine de Venecia su último documental, Nuestra Tierra, sobre el asesinato del líder de la comunidad indígena de Chuschagasta, en el norte de Argentina.

Nuestra tierra, fuera de competición, es una de la decena de propuestas latinoamericanas programadas en la 82ª edición de la Mostra, la mayoría en las secciones de Horizontes y Spotlight, dedicadas a las nuevas tendencias.

Partiendo del juicio a los sospechosos del asesinato de Javier Chocobar, ocurrido en Tucumán en 2009, Lucrecia Martel hace un retrato de la comunidad Chuschagasta, contando una historia mucho más amplia que aborda temas como la memoria, la identidad y la justicia social.

Martel, que denunció «el racismo» como «un problema muy profundo y un gran escollo en la cultura argentina», explicó el domingo 31 de agosto en rueda de prensa que decidió investigar para «tratar de entender cuál es el origen, qué es lo que permite a un ser humano sentirse legitimado para sacar un revólver y disparar a unas personas».

Recurriendo a multitud de imágenes de archivo, Martel cuenta la historia de esos hombres y mujeres que un día se marcharon a Buenos Aires para buscarse la vida, y también la de los que se quedaron, la de los que defienden la tierra donde nacieron, la de sus ancestros.

Martel alentó a los creadores a «asumir riesgos»

«Es indispensable que (…) no dejemos de correr el riesgo histórico que es acercarse a tratar de entender a los otros y a través de los otros a nuestros países y a nosotros mismos», sostuvo la directora, admitiendo que pudo «haber cometido errores» al hacer su película.

«La tranquilidad que tengo es que, si todo falla, tenemos un archivo del pasado y de lo que tenía en su posesión esa comunidad de fotografías, que quizás vaya a durar un poco más de lo que probablemente [dure] el de otras comunidades», apuntó la directora.

De los de los 12 filmes con producción latinoamericana presentados este año, entre largometrajes y cortometrajes, la mitad estuvieron dirigidos por mujeres, como la venezolana Mariana Rondón y la peruana Marité Ugás (Aún es de noche en Caracas), o ecuatoriana Ana Cristina Barragán (Hiedra).

Con cinco producciones en Venecia, el cine argentino sigue golpeado por los recortes de Milei
Tras varios festivales internacionales con una presencia mínima del cine argentino, golpeado de lleno por los recortes del presidente Javier Milei, la 82ª edición de la Mostra de Venecia incluye cuatro producciones argentinas, además documental de Lucrecia Martel.

Desde que Javier Milei llegó al poder en diciembre de 2023, su política de recortes impactó de lleno en la industria, y sobre todo en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el órgano público de fomento y apoyo a la producción cinematográfica.

Antes, la producción se apoyaba con una serie de subsidios, a veces en forma de anticipo, pero «ahora tenés que llegar con un financiamiento propio, privado, y cuando llegás al final y cumplís [con todos los requisitos], te corresponde el subsidio», explicó a AFP Vanesa Pagani, presidenta de la Asociación de Productores Independientes de Medios Audiovisuales (APIMA).

Según ella, «desde que asumió la nueva gestión» del INCAA, «ninguna película obtuvo financiamiento para ser realizada».

«Nadie sabe hacia dónde están yendo los fondos que tiene el Instituto de Cine porque los fondos los tiene, porque recauda un porcentaje de las entradas de las salas de cine, y también algunos otros cánones que cobra, pero ese dinero no se vuelca en producción nacional», denunció Javier Campo, investigador especializado en cine documental.

En el Festival de Cannes, donde Argentina había tenido tradicionalmente una presencia destacada, este año solo estuvo representada por el cortometraje «Tres», de Juan Ignacio Ceballos, y Drunken Noodles, un largometraje de Lucio Castro.

En cambio, a Venecia, además de Nuestra tierra, de Lucrecia Martel (fuera de competición), desde Argentina llegaron Un cabo suelto, de Daniel Hendler, coproducida con Uruguay y España; Pin de fartie, de Alejo Moguillanski; The Souffleur, de Gastón Solinicki, coproducida con Austria y también El origen del mundo, un cortometraje de Jazmín López.

 

**Perfil/Con información de AFP