18 septiembre, 2020
El Covid-19 ha conseguido que el mundo entero tenga ahora mismo un horizonte común: la inmunidad de la población frente al virus. La comunidad científica no ha llegado a confirmar cuánto tiempo duran los anticuerpos en nuestro organismo, pero es cierto que los casos de reinfección son atípicos. Incluso, el propio Ministerio de Sanidad se refirió a ellos como «sumamente excepcionales».
Varios expertos coinciden en que el hecho de que no estén apareciendo «tantos re-infectados» demuestra que la protección del propio cuerpo ante el coronavirus «funciona» y que, además, «no estamos ante un virus que mute tanto como otros virus».
Así opina José Antonio López Guerrero (foto), director del grupo de Neurovirología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), quien explica que el proceso de inmunización de la población avanza por el buen camino. «Aunque el virus sea un poco diferente y haya tenido alguna mutación, la respuesta inmune que se generó contra la primoinfección, la infección primaria, ha seguido funcionando», dice el experto, para quien los datos actuales dan una «buena sensación» sobre la respuesta inmune de nuestro cuerpo a la infección. Señala además que ya existen estudios e informes que hablan del tiempo de duración de los anticuerpos en el organismo: 4 o 5 meses.
Según explica López Guerrero, sí se sabe que «la carga de anticuerpos va bajando» en nuestro organismo, pero no desaparecen por completo porque «seguimos teniendo células de memoria». Nuestro cuerpo guarda «el recuerdo inmunológico» del Covid-19.
Advierte eso sí, que esto no significa «que quedemos inmunes de por vida». El proceso natural, señala, es que el virus se vaya adaptando «como hizo la gripe». «La gripe nos atenaza cada año de forma más o menos llevadera, pero sigue causando miles de muertos», recuerda.
La vacuna es ahora mismo el puente hacia la inmunidad y su puesta en marcha mantiene en alerta a toda la comunidad científica. Según Antonio López Guerrero los laboratorios están teniendo en cuenta la mutación del virus en nuestro cuerpo y «la vacuna incluso puede estar diseñada contra parte del virus que vaya a modificarse menos».
Explica que podría darse el caso de que la vacuna sea más efectiva para quienes habiendo pasado el virus hayan perdido respuesta inmune. Aún así, los expertos recuerdan que la inmunidad que genera una enfermedad, siempre es más potente que la que proporciona una vacuna.
*LPO, UAM