6 agosto, 2023
Por Juana de Arco*
El peronismo chubutense volvió a sufrir una derrota electoral este mes y sobre todo a perder el poder provincial tras 20 años de control. Y si bien ya comenzó a jugar de ‘oposición’ el desangre interno es un secreto a voces y un proceso que se torna más que eviente.
De hecho, hace más de 5 mil días que el Partido Justicialista de Chubut no gana una elección a Gobernador. Y eso ‘mirándolo con un ojito’ y considerando la victoria de Mario Das Neves en 2007 como ‘propia’, cuando era una máquina electoral y aún jugaba con el sello del Frente para la Victoria de Néstor y Cristina.
Desde entonces, el brazo político populista no logra en la Provincia una alegría. Dicen los propios que buscan explicación a tanto ‘llano’, que todo pasó a partir del extremo caudillismo del ex líder chubutense, cuando Das Neves se distanció del mundo ‘K’ para darle rienda suelta a sus ambiciones presidenciales. Aunque desde el sector del finado recuerdan que si algo tenía el fallecido gobernador era olfato, y si no hacía eso, sabía que el copamiento del kirchnerismo no sólo malograría -tal como se evidencia-el sello del PJ, sino a los propios movimientos populares provinciales.
Lo cierto es que más allá de las remembrazas obligadas, desde entonces, y tal como lo describió alguna vez un medio ultra peronista del Valle, «el PJ ha ido cuesta abajo en la rodada, profundizando sus divisiones internas y convirtiéndose en una máquina perfecta de derrotas».
Ni siquiera el arrollador triunfo de Cristina en las presidenciales de 2011 ayudó a su candidato local, Carlos Eliceche, a destronar al entonces dasnevista Martín Buzzi, luego convertido al kirchnerismo en menos de un suspiro.
El mismo Buzzi cuatro años después, ya con el respaldo del PJ, intentó repetir con el sello del FpV y debió resignar su aspiración a manos de su mentor Das Neves.
Las frutillas del postre fueron la estrepitosa caída del candidato a gobernador del PJ, Carlos Linares, ante el de Chubut al Frente, Mariano Arcioni; y ahora la derrota de Juan Pablo Luque ante el ‘novel’ senador ‘Nacho’ Torres.
¿Qué hizo que todos usen de alguna manera todas las fuerzas y colectoras peronistas, pero núnca gane el PJ en Chubut? Parece difícil, pero es sencillo de entender. El exceso de ‘rosca’ y de intereses personales terminó dinamitando esa herramienta electoral que sintetiza la palabra peronismo, permitiendo que dirigentes casi sin militancia y sin respaldos fuertes terminaran ocupando cargos electivos, sellando en mesas chiquitísimas la distribución de candidaturas y cargos, negociando con ‘dios y el diablo’ y bloqueando la participación de las bases que alguna vez tuvieron, hasta prácticamente perderlas. Ese nostalgioso 30% de electores del que tanto se jactaba de tener cautivo el PJ alguna vez y hace tiempo.
Las pruebas saltan a la vista y los ‘golpes’ en las urnas en Chubut son cada vez más duros. En las Legislativas 2021 el PJ Chubut sólo pudo ingresar un diputado nacional: Eugenia Alianiello, mientras que Juntos por el Cambio se quedó con tres bancas (Ana Clara Romero, Ignacio Torres y Edith Terenzi).
Y en estas elecciones provinciales el tortazo fue absoluto: Arriba Chubut con la sumatoria de 8 partidos (PJ, Frente Renovador, Partido de la Victoria, Partido Socialista Auténtico, Primero Chubut, Chubut Somos Todos, partido por la Cultura, la Educación y el Trabajo y el partido municipal Nuevo Encuentro) no pudieron con la tendencia de cambio que embanderó ‘Nacho’ Torres con Juntos por el Cambio.
A menos de 48 horas del escrutinio definitivo, por supuesto que los referentes peronistas evitan el descuartizamiento público de los que consideran ‘culpables’ de tal derrota, pero después de las PASO, la sobretemperatura que rodea a los ‘compañeros’ promete con arrastrar sangre al río, y de ahí derecho al Atlántico, desembocadura mediante (aunque sin dragar).
Sobre todo cuando se acerque diciembre y un altísimo porcentaje de abonados al poder desde hace varios años tengan que salir a buscar otro laburo.
¿Se viene otra patinada en una semana?
Los nervios que atacan ahora a parte del PJ es el temor a una nueva y demoledora derrota de los candidatos a ocupar bancas nacionales para los 3 diputados nacionales que debe renovar Chubut, y de los cuáles dos son peronistas (Santiago Igón y Estela Hernández), y uno es PRO (Matías Tacetta), que por cierto ya tiene ‘conchavo’ como flamante intendente electo de Esquel.
En esta carrera, la primera posta es en apenas una semana cuando las PASO además de depurar a los anotados, marque tendencia de lo que podría suceder en octubre.
«Lo único que falta es que otra vez pifiemos y nos quedemos con una banca», reflexiona un referente que no termina de degluitir el ‘sapo’ del domingo 30 de Julio ni el de 2021, con fundados temores a que queden tantos heridos de las batallas perdidas que nadie termine ‘laburando’ para garantizar las bancas, profusamente sobrevendidas.
Es que al PJ no lo mata tanto la oposición como la propia interna, reflexionan otros. Ahora, a una semana de una derrota estrepitosa en la elección a gobernador e intendentes (20 alcaldes contra 28), los referentes oficialistas alineados con el frente Unión por la Patria, competirá entre sí entre 3 listas: “Juntos por Chubut”, encabezada por José Glinski, actual titular de la PSA y Rosario Nervi, militante de Dolavon e integrante del colectivo Mujeres Peronistas, la «Celeste y Blanca”, encabezada por el ex presidente de la Cooperativa Eléctrica de Trelew Fabricio Petrakosky y la periodista Silvina Cabrera; y la lista “Reconstruir Chubut”, que tiene como precandidatos a la concejal trelewense Lorena Alcalá y Luis Catalán de Puerto Madryn. Lo que se dice un verdero compartimento de votos, que en este escenario, resta con vista a octubre más de lo que suma.
Entre las echadas en cara por las elecciones provinciales y el despellejo por esta interna, se presume que el PJ llegará a octubre en ‘hilachas’, bien lejos de la promovida unidad que ya ni como slogan sobrevive adentro ni afuera de la estructura.
No fue sorpresa para nadie que el ‘superagente’ José Glinski, actual titular de la Policía Aeroportuaria Nacional y exministro de Seguridad de Chubut, cargara durísimo esta semana contra el derrotado intendente de Trelew, Adrián Maderna. «No hay problema Jefe», repite para adentro a los capos de CONTROL el candidato, pero en el fondo el gran temor es no obtener esa banca que le arrebató incluso a Mariano Arcioni como titular, y con eso terminar de pulverizar lo que queda de acuerdo en las filas peronistas.
Por ahora Glinski no agitó el reproche comodorense sobre el presunto corte de boleta que le achacan a los Sastre en Madryn y la buena convivencia que ya establecieron con Juntos para los próximo 4 años, ya que necesita que los mellizos ‘lo banquen’ en las urnas. Tampoco puede abonar la interna que atraviesa el Municipio de Comodoro, ciudad de peso por excelencia, y por el contrario le sigue poniendo fichas a la cara de la última derrota general, que es Juan Pablo Luque. Y en ese marco el frontón elegido es el intendente de Trelew, Adrián Maderna, al que busca emparentar con la oposición y una supuesta traición definitoria, aunque le manda mensajes intimidantes desde los medios oficiosos para que ‘revea’ su postura en la nueva contienda electoral.
Lo que no calcula ‘Max’ es que si algo le sobra a Maderna son capas de amianto a esta altura de los fogoneos peronistas y tras su extensa y varipinta trayectoria. Y desde su sector razonan que si alguien lo arrojó a los brazos menos esperados, esos fueron los mismos ‘propios’ que lo desagraciaron no pocas veces, en una gestión que terminó pulverizada y cargando él en la soledad mas absoluta.
Cuando el propio presidente del PJ y senador Carlos Linares salió a reflexionar días previos a las Provinciales que ‘Trelew no desestabilizaba las elecciones’, fue casi un conjuro lanzado sin ritual ni fe, pero al filo del exorcismo necesario. Era como tratar de convencerse que los votos del madernismo no eran necesarios para ganar y que el Valle no suma. Otro error de sobredosificación de rosca determinante. Linares, el presidente del PJ es además contra quién están yendo la mayoría de los dardos que comenzó a lanzar el sindicalismo valletano por la falta de estrategia, de cintura y de presencia en la Provincia, y hay quienes ya le están pidiendo que oxigene el partido.
Mal que le pese al PJ, Trelew es uno de los bastiones que no se puede subestimar en términos cuantitativos y de barriadas fidelizadas, y ese ámbito sigue siendo prédica del Pastor, al que ni el PJ nacional ni el provincial contuvieron, mucho menos desde el arcionismo renovador.
Deambulando por la más áspera tempestad política, económica y financiera, Maderna sostuvo los últimos cuatro años a Trelew como pudo, y llevó el barco a tientas a la costa mas cercana y amable, que evidentemente no fue la del PJ. Nivel de ‘flotabilidad’ que ahora, increíblemente y sin la más mínima autocrítica, le reprochan los excompañeros.
Esa construcción de Maderna tiene dos cimientos y mentores históricos, uno de la mano de Mac Karthy y otro de Norberto Yauhar. La cuestión es que Adrián aprendió rápido, superó maestros en muchas cuestiones, y se independizó a tiempo, aunque sigan amagándole con carpetazos y escuchas. harto de tanto destrato, jugó sus fichas y volcó el tablero.
Lo dejó claro en 2021 cuando cuatro diputados que formaban parte de Chubut Al Frente rompieron con el oficialismo y armaron su propio bloque Legislativo, entre ellos dos madernistas en lo que se denomina como Chubut Unido. Desde allí resistió la minería y otras movidas corporativas que comenzaron a diferenciarlo. El primer gran quiebre donde el oficialismo quedó sólo con 12 de los 27 diputados, y la mayoría dependiente de Sastre, con lo que se puede identificar este como uno de los principios del fin del PJ, y de lo que le esperaría en las urnas anticipadas tal como sucedió.
Con un adelantamiento muy temprano de sus propias elecciones Municipales, Maderna terminó de quemar las naves y perdió en una contienda de ‘brazos caídos’ a manos de la oposición, jugando por fuera del PJ. ¿Alguien le puede reprochar por senirse afuera de una estructura que directamente lo expulsó de facto? Probablemente nadie, pero que lo harán, lo harán.
Maderna pasó así de ser el ‘gran fracaso’ a ser ‘el gran elector’ en las sombras de una contienda provincial que escurrió para el lado del primer cambio que metió Juntos. Cosas de la marcha política, nomás.
La otra inquietud que asola a los peronistas que siguen en carrera, es el despecho que aflora por los poros del escribano comodorense. Después de sostener una dificilísima transición tras años de dasnevismo, acomodar el carro y los melones y poner a andar la Provincia, uno de los grandes electores que tuvo el peronismo provincial -frentes mediante-, termina yéndose casi por la puerta de atrás y sin el mínimo gesto de quienes disfrutaron de esas mieles.
‘Lo empujaron a fuerza de clamor a adelantar las elecciones provinciales, lo acorralaron para suspender las PASO, intentaron aplicar la Ley de Lemas, y finalmente lo terminaron desconociendo’, reflexionó un referente de Rawson cercano a la Peatonal de una cuadra que no termina de entrar en su asombro.
Y es verdad…No sólo Luque lo desconoció de plano en plena campaña pese a integrar el mismo frente, sino que castigó su gestión explícitamente. Algo muy poco fino por tratarse de uno de los candidatos con más roce y formación que ha tenido el populismo reciente. Mientras que lo más grueso fue que a la par, el oficialismo nacional lo relegó en la candidatura a diputado nacional a manos precisamente de José Glinski, un paciente de urgencia en la lista k de trasplantes de fueros.
Con este escenario de ‘destierro’ de propios, Arcioni, que no necesita trabajo, pero si desactivar su doble gestión de gobierno con un poco de inmunidad y merecido reconocimiento, terminó encabezando junto a Teresa Parodi la lista de legisladores al Parlasur que acompaña a Sergio Massa. Un camino tras el cuál, difícilmente los candidatos de UPP puedan pedirle algo al todavía gobernador de Chubut.
Así las cosas, con la cantidad de tiros en el pie que el peronismo provincial se viene dando, es difícil que el ‘movimiento’ camine, y hay quienes se admiran que aún siga en pie.
En fin..Cómo decía el general, «Hay dos tipos de lealtades: la que nace del corazón que es la que más vale, y la de los que son leales cuando no les conviene ser desleales»
*Soy Juana de Arco, amiga del general…y ceniza de tantos