16 julio, 2020
Parecería que el Gobierno (lo que significa los tres Poderes del Estado) necesita tiempo, más cuarentena y menos auditoría. No sólo el Provincial, también el Nacional, y hasta el comando global. Ese es uno de los sentimientos fuertes que domina la opinión pública.
Bueno, una forma de ganar ese tiempo es con discusiones estériles y presunto ejercicio participativo, donde las masas descargan por redes la adrenalina, descomprimiendo la tensión de poderes, mientras pasan los meses y el statuo quo general se mantiene.
La ´serie´ chubutense que bien podría taquillar en Netflix es la de la rotación de “Los provocadores” públicos. Un mecanismo por el cuál hay ´personajes´ que cumplen el rol de frontonear con la ciudadanía con ideas disparatadas o extremas, o acusaciones insolentes, tirando amagues de verdades en una verdadera guerra de guerrillas política.
El ´duro de matar´ y protagonista excluyente de esta especie de trama provinciana es el ministro Federico Massoni. Que pasa de implementar centros de detenciones clandestinos por violación de cuarentena a balear a barriadas completas. Esta semana afirmó que “hay organizaciones (delictuales) protegidas por funcionarios judiciales, legislativos y del Ejecutivo (sic)” entrando en un mano a mano con el Secretario de Desarrollo Social de Trelew, Héctor Castillo, quien cuestionó el accionar policial si se comprueba que “en el barrio INTA hay un transa por cuadra”. Todas son medias verdades por supuesto y eso en general es el enganche de la ficción basada en retazos de realidades, y de allí el éxito de este tipo de debates.
Lo cierto es que a esta altura, Massoni ya personifica a un Joseph Fouché (aunque del patio de atrás criollo), aquel padre del espionaje moderno que con su dictadura del Comité de Salvación Pública, arrasó con sus excentricidades y su poder la Francia convulsionada nada menos que en épocas de la Revolución francesa y el imperio napoleónico.
Ni lerdo ni perezoso, entró otro disputador de marquesinas, el fiscal Marcos Nápoli quien convocó a Massoni para que este viernes ‘brinde datos de este presunto delito que achaca´ en otro capítulo donde no pasará mucho más, pero donde Massoni se asegurará pantalla y discusión de parte de los 600 mil habitantes territoriales por varios días más. Y entre todos sostienen la serie tercermundista.
Y como no puede faltar en una buena serie, también habrá hasta persecución y todo. Es que en el próximo capítulo judicial paralelo, el fiscal de Comodoro Rivadavia Héctor Iturrioz citará al exministro coordinador Sergio Mammarelli con dudas de hallarlo.
Es que Mammarelli, el experimentado abogado (también de la brigada liceista) que abandonó la trinchera de Fontana 50 para cuidar personalmente la maceración de su buen champán al son de la eximia música, lanzó en un reportaje radial con La Cien Punto Uno, que “se habla de sueldos bajos (de los funcionarios) porque el sobresueldo lo hacen robando (sic). Sino, investiguen las causas de corrupción que hay en la provincia”, estampó como piedra en el vidrio de la paquetería judicial a la vez que salió corriendo hacia el silencio.
Ante la presunción de que Mammarelli pueda aportar datos de estos presuntos delitos, Iturrioz lo citará primero en su domicilio laboral de Comodoro Rivadavia, y de no hallarlo, en San Luis, de donde Mammarelli es oriundo. También podría ser en Cajón de Ginebra Chico o en alguna playa de Uruguay. Pero tranquilos porque según dice Iturrioz en eso ´ya trabaja la Brigada de Investigaciones´ (que comanda Massoni) lo que presupone la pesquisa de Mammarelli, que probablemente en su RAM (que es casi como una novia para él), ya comenzó el derrotero hacia la mejor cueva con la que cuenta, con su sorna italiana y al mejor estilo de la fuga de Ryan Gosling en Drive.
Un ‘serie’ de eventos que si se compilaran en serio, podría impulsar hasta la industria del cine en Chubut, y con éxito asegurado.