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2 enero, 2021

Los números económicos que dejó el peor año del capitalismo mundial

Por Guillermo Gammacurta*

Un repaso por algunos de los principales indicadores económicos permite dimensionar los efectos que tuvieron sobre la economía doméstica la pandemia del coronavirus y las medidas restrictivas extendidas para frenar los contagios. La actividad económica acumuló a noviembre de 2020 un desplome del 11,3%, y el año que se acaba de ir cerrará con un retroceso extendido en las distintas ramas productivas y de servicios.

Al analizar el Estimador mensual de actividad económica (EMAE) puede verse que la estrepitosa caída de 2020, es la continuidad de una economía que ya venía golpeada en los últimos dos años: en 2018 retrocedió un 2,6% y en 2019 un 2,1%. En cuanto al PIB, en el tercer trimestre de 2020, se contrajo 10,2% en la comparación interanual, y en los tres primeros trimestres del año, el PIB acumuló una baja de 11,8% interanual.

Si la expectativa del Gobierno estaba puesta en “encender la economía”, tal la promesa de campaña de Alberto Fernández, la realidad del avance del coronavirus puso en jaque mate el plan puesto en marcha el 10 de diciembre de 2019 con los pilares de acordar con los acreedores externos y el FMI, recrear el consumo interno, y reactivar la producción nacional.

Puntualmente, en lo que hace a la industria, el comienzo de la cuarentena estricta que implicó un parate total, a excepción de los sectores esenciales, se traduce en una caída acumulada del 9,9% entre enero y octubre de 2020 en la comparación interanual. El golpe es más fuerte aún si se considera que la industria venía de caer un 5% en 2018 y un 6,3% en 2019.

Sin embargo, los últimos tres meses de 2020, terminan con indicadores positivos, y datos alentadores de distintos sectores. Si bien la recuperación es heterogénea por segmento productivo y por zona geográfica, a medida que la economía fue recobrando cierta normalidad con el levantamiento del ASPO para pasar a la fase de DISPO, la producción reaccionó de forma favorable. Por caso, la utilización de la capacidad instalada en la industria manufacturera (UCII) se ubicó en octubre en un 61,8%, luego de que en pleno aislamiento tocara fondo en un 42% en abril de 2020.

En ese sentido, según el Centro de Estudios para la Producción (CEPXXI) dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo, “en materia económica, Argentina termina el 2020 más parecido a cómo lo comenzó”, y agregó en su informe de diciembre que “el 74% de lo perdido en el peor momento económico de la pandemia ya se recuperó”. De hecho, señala que en noviembre la industria continuó la recuperación, ya que, de acuerdo al indicador adelantado en base al consumo de energía, la actividad industrial creció 2,4% interanual y 3,3% mensual desestacionalizado. De 15 sectores industriales, 12 incrementaron su consumo de energía respecto a octubre en la medición sin estacionalidad; los 3 que la disminuyeron (bebidas, tabaco y otras industrias) lo hicieron en una magnitud leve (menor al 1% mensual). Asimismo, de 1.053 plantas industriales relevadas, el 51% consumió más energía que en noviembre de 2019.

Fuentes oficiales afirmaron que “los indicadores muestran una recuperación heterogénea pero que se va extendiendo a distintos sectores”. En el Gobierno saben que lógicamente buena parte de la recuperación dependerá de cómo evolucione la pandemia de coronavirus, que en términos de contagio muestra en la actualidad niveles que llevaron al propio Alberto Fernández a decir que usará las fuerzas de seguridad para evitar las aglomeraciones de personas. No obstante, las mismas fuentes explicaron que “la intención es retomar la agenda que ya veníamos trabajando cuando se desató la pandemia y tuvimos que concentrarnos en evitar que los daños sobre la economía fueran mayores”.

Desde la perspectiva de la Casa Rosada el final del año que terminó deja bases para encarar 2021 con el foco puesto en el crecimiento económico -algunas estimaciones privadas sostienen que puede ser mayor al esperado en torno al 7%-, teniendo como pilares el consumo interno, la industria, la construcción, la industria del conocimiento, el fomento a las exportaciones y el acompañamiento a las pymes.

En buena parte, todo atravesado por uno de los indicadores indomables en la Argentina, tanto para ortodoxos como para heterodoxos: la inflación. Es cierto que, a noviembre del año pasado, el índice de precios al consumidor (IPC) registró un 35,8% interanual, bastante menos que el 53,8% que dejó Mauricio Macri en el último año de su gobierno, el nivel más alto desde 1991. Sin embargo, con precios regulados que deberán comenzar a descongelarse necesariamente durante este 2021, la presión sobre los precios será uno de los temas centrales a monitorear por el Gobierno que en el presupuesto 2021 estimó una inflación anual del 29%.

De hecho, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) marcó en noviembre un nivel del 42,9%, un porcentaje por encima del IPC lo que muestra la aceleración en el cierre del año de los precios de alimentos, un dato que preocupa porque impacta directamente en los sectores más vulnerables. De hecho, la pobreza cerró el primer semestre de 2020 con un nivel del 40,9%, según el último dato del INDEC, por encima del 35,5% del segundo semestre de 2019. Por su parte, el Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) estimó que la pobreza alcanzó al 44,2% de la población durante el tercer trimestre de 2020. La UCA indicó que se trata del dato más alto de la década, aunque fue morigerado por la asistencia que brindó el Estado durante la crisis sanitaria producto de la pandemia de coronavirus.

En cuanto a la dinámica inflacionaria, la secretaria de Comercio Interior de la Nación, Paula Español, viene trabajando en el refuerzo del monitoreo del programa Precios Cuidados y el trabajo con los organismos distritales en la implementación de la Ley de Góndolas en todo el país. El objetivo es incorporar nuevos proveedores y ampliar el alcance de los controles de los distintos programas en marcha para evitar los abusos de precios.

En lo que hace al consumo, la pandemia tuvo efectos negativos, no solamente por el freno de la economía sino por la incertidumbre que llevó a moderar el consumo, además de aquellos que perdieron ingresos y consecuentemente capacidad de consumo. Medidas en precios constantes las ventas en octubre de los supermercados cayeron 2,2% y las de los centros de compras un 67,9%. Para impulsar el consumo, el Gobierno extendió el programa Ahora 12 hasta el 31 de marzo de 2021, manteniendo los tres meses de gracia para abonar las compras financiadas en 12 y 18 cuotas, y con la posibilidad de realizar las compras todos los días de la semana. De hecho, aún en plena pandemia, las ventas con el programa Ahora 12 alcanzaron, entre enero y noviembre de 2020, los $507.144 millones, realizadas a través de más de 49 millones de operaciones.

Otro de los objetivos del Gobierno para 2021 es darles impulso a las exportaciones. A noviembre de 2020, el saldo comercial alcanzó los u$s12.497 millones, con ventas externas por u$s50.996 millones entre enero y noviembre, un 14,9% menos que en 2019, e importaciones por u$s38.499 millones, un 16,3% menos que en el acumulado de los primeros once meses de 2019. Sin embargo, la dinámica del comercio exterior estuvo signada por la brecha cambiaria que llevó a postergar las exportaciones y a adelantar las importaciones, en ambos casos especulando con una megadevaluación que el Gobierno se empeñó en no realizar. ¿Qué pasará con las exportaciones en 2021? Es una pregunta que no tiene una respuesta clara.

Sin dudas, una de las noticias más impactantes como efímeras de 2020 fue el acuerdo alcanzado por el Gobierno con el 100% de los acreedores externos. Lo que aparecía como una noticia con impacto duradero, se esfumó en medio de la necesidad de la Casa Rosada de hacer frente a la pandemia. De hecho, según un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), el Ministerio de Desarrollo Productivo lleva contabilizado una inversión de $1.829.686 millones por parte del Estado de manera extraordinaria para hacer frente al Covid-19.

Ahora, el foco del equipo económico está puesto en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para acordar los términos de un nuevo programa por los u$s44.000 millones que el organismo le prestó a Mauricio Macri, cuando el entonces presidente buscaba su reelección. Hasta el momento las negociaciones vienen encaminadas para alcanzar un programa de facilidades extendidas, y marzo aparece como un horizonte probable para la firma del acuerdo. Sin dudas este será uno de los hitos fundamentales para darle solidez a la economía de 2021. Pero claro, más allá de los números, nadie sabe con certeza qué pasará con la pandemia del coronavirus en este año que comienza, y buena parte del destino se aferra al éxito de la vacunación en marcha.

 

*AF