Luego de cumplir una semana de cuarentena, “Coco”, el perro demorado en el aeropuerto de Ezeiza por no contar con las vacunas al día, fue liberado hoy.
El animal fue retenido por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) el pasado 25 de mayo debido a no contar con el último refuerzo de la vacuna contra la rabia.
🥳Chocho por qué mañana vuelvo a casa !! 🤍Ya queda menos Coquito💪🏽 pic.twitter.com/hmfMvRFB3L
— Coco libre 🐶🐾 (@liberen_acoco) June 1, 2022
Junto a su dueño, Franco Gavidia, “Coco” podrá volar en las próximas horas a Córdoba. Allí deberá permanecer otros diez días en aislamiento, en este caso en su vivienda, sin poder salir y/o tener contacto con otros animales, “dado que la vacuna tarda 21 días en brindar la inmunización”, resaltó Senasa.
Una semana aislado
La detención de Coco se volvió viral en pocas horas y a medida que transcurrían los días, crecieron los reclamos para que el cachorro pudiera ser liberado. No solo se creó la consigna #LiberenACoco sino que también alrededor de 40.000 personas firmaron un petitorio en Change. Org para que fuese dado de alta.
Una de las primeras soluciones ofrecidas a su dueño Franco Gavidia fue que regresara a su país de origen y que complete el calendario de vacunación allí. En las primeras horas quedó aislado y a la espera de nuevas resoluciones. Mientras tanto, en las redes sociales, el caso comenzó a viralizarse.
Finalmente, y luego de 36 horas de espera, se optó por vacunar al animal y mantenerlo en cuarentena en las inmediaciones del aeropuerto. “Desde Senasa, se avanzó en poner al perro en custodia dentro del aeropuerto, hasta que se resuelva su regreso a origen, salvaguardando su bienestar”, informaron desde la entidad.
La cuarentena fue de una semana. Según narró Gavidia por Instagram, “Coco” pudo llevar a cabo el correspondiente aislamiento sin problema alguno: “Pasó muy bien la noche dentro de una cucha con mantas y su ponchito”. También recibió visitas de distintas ONG, lo pasearon y se lo vio jugar con una pelota.
Este jueves, el Senasa comunicó que «autorizó hoy el ingreso al país del perro “Coco” que fue entregado a su dueño luego de haber cumplido 10 días de cuarentena sanitaria en el Aeropuerto de Ezeiza, debido a que al arribar a la estación aérea desde Europa no tenía el Certificado Veterinario Internacional (CVI) y se desconocía si era portador de alguna enfermedad que pudiera diseminarse en la Argentina».
Además, en el comunicado, se informó que «en el caso de “Coco”, se atendió una situación excepcional debido a que provenía junto a su dueño de la zona este de Europa, en conflicto bélico, por lo que se gestionó ante la Aduana un espacio en zona primaria del aeropuerto que se acondicionó para que pudiera hacer el aislamiento de 10 días respetando las condiciones del bienestar animal».
Tras realizar la entrega del perro a su dueño, se le informó que previo a la entrega de la mascota se cumplimentó la vacunación antirrábica, la desparasitación interna y externa, y la declaración del domicilio de interdicción donde debe permanecer el canino durante los 21 días posteriores a la vacunación.
Responsabilidades en el ingreso y egreso de mascotas al país
El ingreso al territorio nacional, sin la correspondiente documentación sanitaria oficial del Servicio Veterinario del país de origen, pone en riesgo la salud pública y a la población animal que pudiera tomar contacto con el canino.
Para evitarlo, el Senasa exige que los ingresos de perros y gatos se realicen conforme a los requisitos sanitarios vigentes, en especial aquellos referidos a rabia, que es una enfermedad viral, prevenible, que afecta a los humanos y puede causar la muerte, y se puede propagar a las personas y a las mascotas, si las muerde o rasguña un animal infectado con el virus rábico.
El país de origen es el responsable de autorizar el embarque de los animales con la documentación sanitaria exigida por el país de destino. Cabe señalar que Coco fue embarcado en continente europeo y en Colombia sin haber cumplido los controles sanitarios y sin que su condición de salud fuera avalada por entidad oficial alguna, poniendo en riesgo a todas las personas que viajaban en las cabinas de dos aviones y también a aquellos que tomaran contacto en los aeropuertos involucrados y a la población argentina.
En tal sentido el Senasa realizó los reclamos oficiales correspondientes tanto al dueño -quien debió asumir los costos del protocolo acordado por su incumplimiento-, a los Servicios Veterinarios de los países involucrados y a las compañías aéreas por embarcar y desembarcar un animal que no cumplía con las exigencias sanitarias vigentes para su ingreso.