6 julio, 2023
Técnicamente Aristóteles llamaba demagogo al ‘adulador del pueblo’, o a quien ‘le decía lo que el pueblo quería escuchar’ casi exageradamente. No es una definición de uso corriente en las charlas de café, pero es un rastro notable de la política desesperada y que olfatean casi intuitivamente los vecinos, decía un experimentado profesor de claustros de poder.
Eso pasó esta semana con algunas de las expresiones de Juan Pablo Luque en el Valle, cuando el candidato a Gobernador comenzó a achacar por algunos medios radiales la situación de Trelew cargando las tintas en la acabada gestión de Adrián Maderna.
Luque como candidato de Arriba Chubut, representa a todos los sectores del peronismo no madernista, y por ende es uno de los frontones elegidos para tratar de contrastarse.
En declaraciones a LU20 Radio Chubut el comodorense que estará en el Valle hasta este fin de semana calificó como «vergonzosa» la forma en que se distribuyeron lotes sin servicios en Trelew, y no ahorró críticas hacia la gestión que lleva adelante el intendente en retirada tras la abrumadora derrota en abril pasado, sobre ‘el gerenciamiento’ de la tierra pública.
Puntualmente se refirió al barrio Costanera que se comenzó a urbanizar sobre terrenos del INTA de manera precaria y sin servicios, con el agravante que ni siquiera se completaron las gestiones para que esas tierras, pasen a la órbita municipal para que luego puedan ser regularizadas.
Tras la enumeración de los problemas de Trelew con letra que le habrían pasado algunos de sus aliados y colaboradoras de campaña, Luque prometió erradicar esa política en toda la Provincia si llega a la gobernación.
En contraste mencionó las 506 obras que se ejecutaron en la municipalidad de Comodoro Rivadavia durante su gestión. ‘Obras terminadas’ afirmó. Entrar en esas comparativas no fue un pasaje felíz para atravezar las tempestad electoral trelewense, donde ganó la oposición hace menos de dos meses a nivel Municipal dejándo segundo a su sector y podría repetir tendencia en 20 días. Sobre todo a sabiendas de la puja de regionalismos que siente el territorio mediterráneo que rodea al Chupat respecto al Sur y al Norte.
No faltó quien retrucara entre mate y mate que en ese tren de comparativas, lo que no mencionó el candidato fue la ‘caja petrolera’ que posee Comodoro en contraste con Trelew, además del apoyo financiero permanente que recibe ese municipio de parte de Nación, atado casi siempre al toma y daca de fondo con el crudo, y donde la comuna logra un ‘derrame incidental’ millonaria de beneficios, a diferencia de otras ciudades de Chubut. Algo que Maderna alguna vez le enrostró en pleno acto al mismísimo presidente Alberto Fernández en Comodoro, con lo que se terminó de convertir en el ‘paria’ político desterrado de todas las mesas por el PJ chubutense.
Luque tampoco mencionó la ocupación de tierras que sufrió recientemente su Municipo y las necesidades que subyacen en esa ciudad-estado, que ya comenzó a sentir el simbranzo del no convencional neuquino y podría terminar complicadísima.
Como al pasar, Luque además de ‘hacer leña’ de Maderna, también le tiró a Merino, afirmando que no veía que hubiera un plan de gobierno ‘por venir’. Un ‘sangrado’ que se mantiene tras la primera gran derrota sufrida por el PJ, luego de la cuál se apuró la fórmula y una alianza provincial que no termina del todo de cuajar, tal como lo pintan algunos ‘compañeros’ en voz baja.
Dicen las malas lenguas que los oficialismos de Trelew y otras ciudades vecinas estarían llamando a sus tropas a ‘cortar’ boleta. Un fuego amigo que con este tipo de ‘leña de árboles caídos’, Luque no hace más que avivar. Quiera o no el madernismo en Trelew sacó 8500 votos, apenas 700 menos que el sector aliado a Luque. Una cantidad interesante de voluntades que lejos de preservar termina dinamitando con expresiones de campaña y frontoneo fácil.
En tren de obviedades y sincericidios, Luque calificó a Trelew como «la ciudad que más me preocupa», apuntando a la urgencia de generación de empleo y de conseguir inversiones, explicó refiriéndose a la situación económica y social de la cabecera del Valle. Y allí destacó la potencialidad de los
Feedlot o engorde a corral de vacunos aunque tiró cifras un tanto exageradas, ya que no superarían los mil animales actualmente bajo ese sistema en el Valle. Un negocio donde dicho sea de paso abrevan referentes de una reconocida familia petrolera de allí seguramente el conocimiento y entusiasmo de Luque hacia la actividad.
En ese marco valoró la potencialidad que tiene Trelew en materia de generación de alimentos, del mismo modo que se refirió a la Meseta chubutense, a la que prometió integrar a través de un Plan Energético. No faltaron los alertas tempranas ante estas expresiones, ya que el «Plan de los planes» al que se referiría -dicen- estaría vinculado a la minería, al proyecto eólico chino, e incluso al petrolero con sistema no convencionales.
Sin embargo se encargó de aclarar «Megaminería no», por lo que para algunos protestones de redes que núnca faltan se habría entendido como que «Miniminería sí», una zona gris complicada para el comodorense tras la visita y expresiones de la ministra Tolosa Paz, que ventiló abiertamente las intensiones mineras del sector.
Enredado con el tema extractivo, Luque siguió aclarando y prometió que «no avalará ningún proyecto que no tenga la aceptación social y sustentabilidad ambiental». Insistiendo con una posible nueva consulta popular, casi desconociendo el mensaje que en Trelew y Rawson dió la sociedad en las calles hace un año, luego que sus propios legisladores le dieran luz verde a la zonificación por unos días. En ese marco, y luego de esforzadas piruetas dialécticas de sus entrevistadores, Luque finalmente pudo cinturear y salir de ese rincón, con generalidades al tiempo que sonó la campana.
El remate fue para diferenciarse de su principal competidor: afirmó que él tenía experiencia de gestión en un club y un Municipio, contrariamente a otros ‘que sólo manejan un canal de Youtube’, dijo -palabras más menos- para referirse al senador ‘Nacho’ Torres. Algo que sonó también a una evasión de confrontación a fondo, considerando los temas que andan dando vuelta en el espinel de las denuncias cruzadas.
‘Apenas una cachetadita de payaso!’, diría Pepitito Marrone. Cheeee!