15 junio, 2021
Las Prepagas denuncian que medicamentos usados en terapia intensiva subieron 1.300%
Las financiadoras del sistema de salud reclaman aumentos en las cuotas para cubrir la suba en los insumos críticos, y los incrementos salariales y servicios de seguridad.
Las empresas de medicina prepaga analizan presentarse ante la Justicia por la falta de ajuste en sus cuotas y denuncian que laboratorios aumentaron hasta 1.300 por ciento los precios de drogas claves utilizadas en terapia intensiva, en medio de la pandemia de Covid.
Entre los principales argumentos del sector para reclamar un ajuste de las cuotas que pagan los afiliados, la Unión Argentina de Salud (UAS) -que engloba a las prepagas- enumeró la lista de fuertes incrementos en drogas esenciales para tratar a pacientes en terapia, donde el nivel de ocupación ronda el 77%, según datos conocidos hoy.
Este martes, a las 17:00, está prevista una conferencia de prensa en la que los representantes del sector brindarán detalles sobre el deterioro en recursos para atender una demanda de servicios de salud cada vez más desbordada.
Entre los principales argumentos del sector para reclamar un ajuste en las cuotas se incluyen la «suba en los medicamentos, los ajustes salariales, la necesidad de mayor seguridad y la demanda de cada vez más servicios».
En noviembre, el Ministerio de Salud anuló una suba en las cuotas del 15% que había autorizado para diciembre y del 10% para febrero de 2021.
Finalmente, en aquel momento solo se autorizó un incremento del 10% en las cuotas.
En enero, el presidente de Swiss Medical Group y de la UAS, Claudio Belocopitt, se reunió con el presidente Alberto Fernández, a quien le pidió mantener el aumento de las prepagas que primero había autorizado y luego desestimó.
En abril último, el Ministerio de Salud autorizó a prepagas un aumento general de hasta 4,5% a partir del 1° de abril.
Y otro de hasta 5,5% desde el primero de mayo de 2021, según una resolución firmada por la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
Las empresas consideran que esos ajustes son «insuficientes» y están por debajo de la inflación acumulada y de la suba de costos por parte de los laboratorios.
«El incremento de los insumos y los medicamentos son impuestos por una oferta muy concentrada frente a la que no hay ninguna posibilidad de negociación, y van en desmedro del ingreso de sanatorios y honorarios profesionales», explicó la UAS en un comunicado.
En octubre de 2020, mediante la Resolución Conjunta 1/2020, el Ministerio de Salud de la Nación y la Secretaria de Comercio Interior del Ministerio de Desarrollo Productivo, habían fijado topes por 6 meses a los aumentos que habían tenido los medicamentos utilizados en el tratamiento de pacientes con COVID-19 grave, internados en Terapia Intensiva.
Esos topes, según las prepagas, ya convalidaban incrementos de hasta el 1.300% en algunos productos.
Pasado el período de seis meses, el 22 de abril de este año, se firmó un acuerdo entre el Ministerio de Salud, laboratorios y distribuidores de fármacos, estableciendo nuevamente precios máximos de referencia por otros 6 meses.
Esa vez, se permitió un nuevo aumento de hasta 63% en algunos productos (la variación interanual de los precios al consumidor según INDEC llega al 46,3%).
«Desde el año pasado los prestadores y financiadores de la salud venimos advirtiendo públicamente acerca de la escasez y las distorsiones que se están dando en los precios de medicamentos analgésicos, sedantes y relajantes musculares indispensables para el tratamiento de pacientes en terapia intensiva», advirtió la UAS.
La pandemia de COVID-19 generó un inusual aumento en la demanda de estos productos a nivel mundial.
El mercado global tiene dos proveedores principales de estos medicamentos críticos y sus principios activos: China e India.
Este aumento en la demanda y las dificultades de movilidad por los aislamientos generaron dificultades de provisión y escasez en muchos países, así como distorsiones en los precios y el surgimiento de un mercado negro, alertaron desde la UAS.
Y dijeron que en la Argentina esta situación «se viene tornando crítica en el marco del aumento de casos por la segunda ola pandémica».
Detallaron, además, «algunos ejemplos del abuso en los precios de medicamentos UTI, luego del acuerdo de precios del 22 de abril de 2021:
– El midazolam, para sedación de pacientes, que previo a la pandemia tenía un costo de 38,70 pesos, aumentó 1.229%, fijándose luego del acuerdo en $514.
– El atracurium besilato, un relajante muscular, tenía un costo de 138,58 pesos. Tuvo un aumento anual de 428%, llegando a los $732 (con IVA) luego del acuerdo.
– El Bromuro de pancuronio, que costaba $53,65, había aumentado su precio un 362%. Se fijó en $205 ($248 con IVA).
– El Citrato de Fentanilo, que tenía un costo pre-pandemia de 52,20, aumentó 642%. Su precio se fijó en $320 ($387 con IVA).
– Las ampollas de propofol 200 mg x20 ml, tenían un precio aproximado, según la marca, de $137, tuvieron un aumento de 524% y se fijaron con un precio de $710 (859,10 con IVA).
«Desde 2020, según la marca y el producto, se vieron aumentos de 1.371%, 945%, 938%, 552% y 357%)», respectivamente en esos productos, advirtió la UAS.
Denunció, además, que «la industria farmacéutica ha fijado precios en forma unilateral, sin ningún control regulatorio hasta ahora, basándose en especulaciones, escudados en la devaluación del peso argentino, las dificultades para la importación y la escasez de materia prima a nivel mundial».
Dijo que «si bien el Ministerio de Salud definió por los próximos seis meses fijar precios máximos y únicos en todo el país, este acuerdo llega tarde, y sólo después de que la industria ha asegurado aumentos discrecionales en insumos escasos y críticos».
«Incluso con estos aumentos ilógicos, los prestadores y financiadores continuamos teniendo problemas de aprovisionamiento», denunció la UAS.
*NA