22 junio, 2024
EL TEMA PENDIENTE EN EL CONGRESO Y EL VETO EN EL AIRE DE MILEI
El poder adquisitivo de los jubilados que no perciben bonos cayó 14% en el último año mientras que en el caso de los que cobran el refuerzo bajaron 65%, según surge de cifras oficiales.
Quienes perciben un haber mínimo y suman a ese ingreso el bono mensual de $70.000, el poder adquisitivo de mayo fue 6% más bajo que el de seis meses atrás.
En este grupo está casi la mitad de los jubilados y pensionados, de acuerdo con datos de la Subsecretaría de Seguridad Social publicados por LN.
Las prestaciones pagadas por la Anses acumularon una pérdida de poder adquisitivo desde 2017, que se profundizó en los primeros meses de este año, antes de que comenzaran a reajustarse primero por la fórmula de movilidad que perdió vigencia y, desde abril, por inflación y con frecuencia mensual.
En 2023, la caída del poder de compra fue de 14,2% para quienes cobran el haber mínimo más bono; de 32,3% para los que nunca tuvieron refuerzo (sin tener necesariamente ingresos que puedan considerarse medios o altos), y 37,4% para el grupo de quienes percibieron un adicional durante un año y dejaron de cobrarlo en septiembre del año pasado.
No obstante, en los primeros cinco meses del año la suba de haberes fue de 79,9% y la inflación, de 71,9%.
Los jubilados recibieron, en moneda de junio 2024, un haber mensual promedio de $370.000 en el año 2017. En el mes de febrero de 2024 tuvieron un haber mensual de $212.400, incluidos los bonos. Este fue el mes de menor poder adquisitivo de los últimos años, registrando una caída del 43% respecto al promedio de 2017.
Desde el mes de febrero las jubilaciones reales vienen registrando un aumento. El monto del mes de mayo, incluido el bono de $70.000, fue de $273.000 en moneda constante. Desde el piso de febrero, el poder adquisitivo de la jubilación subió un 29%. Respecto al promedio de 2017, la caída relativa sigue siendo muy grande, del 26%.
Dado el actual esquema de ajuste mensual, si la inflación de ahora en más se mantuviera relativamente constante, los haberes reales se estabilizarían en estos valores actuales. Obviamente, quedarían muy por debajo de los del año 2017.
Un aspecto clave que el gobierno debe resolver en el corto plazo es qué dinámica le va a dar a los bonos compensatorios. Si por ejemplo dejara fijo el valor del bono en $70.000, la licuación que generará la inflación, a pesar que sea baja, va a hacer que el ingreso real de esta importante masa de jubilados, luego de tocar un máximo en este mes de junio, empiece a descender mes a mes.
El esquema es simple: lo que implica en plata el crecimiento real del haber es menor que la pérdida de plata generada por la licuación del bono en caso que se mantenga fija en $70.000. Este tema del bono es muy significativo. Es clave lo que el gobierno decida hacer en julio.
En todos los casos los ingresos reales van a quedar muy abajo de los registrados en el año 2017. La Cámara de diputados sancionó un proyecto que implica, entre otras cosas, mejorar un 8,5% los haberes reales. El presidente de la Nación ha manifestado que va a vetar cualquier proyecto que ponga en riesgo el equilibrio fiscal.
Independientemente de los posicionamientos políticos, sería ideal que el Congreso sancione en el mismo momento el cambio de gastos o de ingresos que garanticen que el gasto que está subiendo no tiene un impacto neto negativo en el resultado fiscal.
Pronto debería haber una reforma integral del sistema previsional, dentro de una reforma fiscal integral, que permita que los jubilados al menos recuperen el poder adquisitivo del año 2017. Bajo la condición del equilibrio fiscal, la sociedad debe definir un mecanismo que garantice que los jubilados que aportaron durante su vida activa puedan al menos recuperar el poder adquisitivo del año 2017 y que se les mantenga de manera sostenida. No hay mucho tiempo para la discusión, afirma el analista Nadin Argañaraz**.