El caso del Laboratorio Richmond y su titular Marcelo Figueras se presenta como una nueva posibilidad de negocios para el denominado “capitalismo de amigos” que tanto parecen cultivar los políticos locales desde el 2001 en adelante.
Información privilegiada, mercado cautivo por la alta demanda de Sputnik V, en particular, de segundas dosis del suero ruso, y la puesta en marcha de una estructura financiera forman parte de la trama que le permitirá a Laboratorios Richmond SACIF la construcción de una nueva planta que se levantará para el próximo año y que ha hecho crecer los precios de las acciones de la compañía farmacéutica.
El 8 de Junio pasado, Figueiras expuso en la Cámara de Diputados de la Nación acerca de estos pormenores. Ante una pregunta puntual de la diputada del PRO, Carmen Polledo, acerca de las declaraciones del ex ministro de salud bonaerense, Daniel Gollán, quien había afirmado públicamente, “desde el Gobierno le pasamos el dato” y Figueiras «se fue rápidamente para Moscú», el empresario negó cualquier vínculo con el Estado. “Me reuní con el ministro (Gollán) como con todos los sectores políticos para contarles lo que íbamos a hacer. No puedo hablar por él y estimo que sus declaraciones fueron para colaborar. Pero lo que estoy seguro es que no hubo nada incorrecto”, afirmó Figueiras quien, según aquellos que lo conocen desde hace tiempo, comenzó su actividad comercial repartiendo verduras hasta convertirse en vocal de la poderosa Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA).
En la actualidad goza de un patrimonio notable que le ha permitido realizar inversiones en el extranjero y planificar herencias a través de estructuras offshore según se desprende de los documentos de Pandora Papers recientemente difundidos y analizados por reporteros integrantes del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
Su relación con las empresas offshore fue blanqueada ante la AFIP e incluye la dirección de una compañía en Belice destinada a inversiones inmobiliarias en el estado de Florida, EE.UU.
Pero, retornando a la exposición virtual que Marcelo Figueiras realizó ante los diputados nacionales en el salón Delia Parodi en Junio pasado, se comprometió, de palabra, a producir 500.000 dosis semanales de la vacuna Sputnik V que aún no fue homologada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni por sus oficinas análogas FDA (estadounidense) y EMA (Agencia Europea de Medicamentos).
A pesar de la incertidumbre por el resultado final de la misión técnica que enviará la OMS en breve y que retomará la revisión de la vacuna rusa que aún no aprobó en su registro de fármacos de emergencia, todo indica que el trámite se resolverá favorablemente a los intereses del presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, a pesar que aún no se resolvieron “algunos trámites jurídicos” que impiden el proceso de homologación según sostuvo Mariangela Simao en conferencia de prensa, el 6 de octubre, en las oficinas de la OMS.
Para fabricar la cantidad de dosis a la que se comprometió Laboratorios Richmond, Figueiras deberá reunir inversiones para levantar una nueva planta, financiamiento que ha conseguido a través de un fideicomiso.
En Diputados, Figueiras se mostró optimista por el resultado final de la apuesta, “el mundo va a necesitar 14 mil millones de vacunas y por ello levantamos la planta”, además, acerca de las consultas recibidas por el contrato con los rusos, especificó “nuestro contrato es exclusivamente con el fondo ruso de inversión del Instituto Gamaleya y el laboratorio de India Hetero. No tenemos conocimiento de un contrato nacional. Simplemente nos entregan la producción y la contratación de la fase final del proceso productivo. No tuvimos ningún contacto contractual con el Gobierno”, afirmó frente a los legisladores.