5 febrero, 2021
Por Juana de Arco*
Dicen que los ‘gringos’ están hartos del criollaje político y de los ‘palos en la rueda’, pero también los nacionales dicen que están al límite de las avanzadas externas en medio de la permanente pelea martiniana, donde casi siempre ‘nos devoran los de afuera’.
Difícil para inversores en cuyo país, la industria minera es “la reina” de las producciones, comprender ‘la aprehensión social y el destrato político al que se somete a la tentativa extractiva en una ignota provincia patagónica’. De hecho, la minería es uno de los sectores económicos más importantes de Canadá y un importante creador de empleo, generando el equivalente al 5% del PIB nominal total del país.
Sin más, Canadá ocupa el primer lugar mundial como productor de potasa, el segundo lugar en producción de uranio y niobio, así como el tercer puesto en metales del grupo níquel, cobalto, aluminio y platino, y también es el quinto en oro y diamantes. Y las empresas del sector están estrictamente bajo la lupa pública, pero con un dato que no es menor: reglas claras y sanciones durísimas.
Pero también bien distinto a lo que sucede en gran parte de América y ni que decir de Argentina, donde se trata de ‘tierra de nadie’ abonada para cualquier cosa en materia de negocios multinacionales, sin que la extranjería se ofenda, por supuesto. Donde a la desinformación y mercantilización mediática preceden coaliciones de derechos y legislaciones en contravía, ausencia de estudios mediambientales profundos e independientes, marcos jurídicos deficitarios, procesos legislativos plagados de sospechas, fracturas sociales inducidas alevosamente, criminalizaciones de las protestas, y por supuesto y como regla madre, politización extrema de cualquier proceso vinculado a recursos naturales, y más en un año electoral.
Lo cierto es que el tema excluyente es que este viernes debía votarse en Chubut el proyecto de ley que habilitaba la minería metalífera a gran escala en algunos sectores de la provincia, principalmente en Gastre y Telsen, donde está prevista la explotación de un yacimiento de plata, dicen que el tercero en importancia de reservas a nivel mundial.
Sin embargo, a última hora, la sesión se suspendió porque algunos legisladores del Frente de Todo retiraron su apoyo y el proyecto no obtuvo dictamen para tratarse en la sesión especial convocada extraordinariamente.
En territorio era casi sabido que las condiciones no estaban dadas. El Ejecutivo convocante no viene precisamente de buenas con gran parte del espectro político provincial, y cómo se sabe, si no hay suficiente atadura política, difícil que el potro no se desboque.
Y vaya si hubo desbocados sueltos. No faltaron las acusaciones de pedidos de coimas, de contradicciones ideológicas y acusaciones de todos los colores entre los principales referentes partidarios y hasta funcionarios legislativos. A la par hubo marchas en contra y marchas a favor de la minería, también pronunciamientos académicos variopintos, y metralla de declaraciones de sectores varios.
Finalmente, el ´poroteo´ habría marcado que no estaban los 14 votos necesarios para sacar la zonificación, y en todo caso, sacar la Ley así, con forcep, implicaba definitivamente ‘quemar´ las naves de un intento sobre el cual hay hasta un pronunciamiento judicial autosatifactivo a resolver.
El frenazo dicen que llamó la atención nacional, porque el presidente Alberto Fernández recibió hace dos semanas al gobernador Mariano Arcioni, reunión donde presuntamente el jefe de Estado avaló la iniciativa de habilitar una «zonificación» para realizar minería a gran escala en Chubut. Por lo menos se sacó la foto que acompañó esos titulares, y no hubo desmentida oficial.
Pero parece que en este punto, según publicó Clarín este viernes, Cristina Kirchner habría sido quien pidió no avanzar con el proyecto por las distintas protestas que hubo en Chubut en contra de la iniciativa. Y también la habría motivado que la provincia elige este año sus tres senadores nacionales.
Cuentan desde su entorno que la presidenta del Senado «no quiere correr el riesgo de ceder una banca». «Aconsejó posponer la discusión para después de las elecciones», agregaron en referencia a la suspensión del debate.
Por supuesto los medios díscolos no dejaron pasar la oportunidad de ver un enfrentamiento más entre los posicionamientos de Alberto y de Cristina. Pero para quienes conocen a fondo el planeo del bueno y el malo, está más que claro que es el juego que mejor juega el peronismo kirchnerista.
Y hay quienes agregan algunos condimentos más profundos a esta batalla que se les va poniendo cada vez más difícil a los interesados, como que habría serias reservas sobre esta lectura simplificada, y que el oficialismo no dejará pasar la minería en Chubut si no es en asociación con el Estado, o con un representante propio dentro del paquete accionario.
De esta manera, el Frente de Todos a nivel nacional replicó las diferencias en torno a la minería que tuvo en Mendoza a finales de 2019, cuando fracasó la reforma de la ley 7722, tras un ida y vuelta que incluyó una esporádica normativa que habilitaba la actividad.
En Chubut, el diputado del Frente Patriótico, y exintendente de Trevelin, Carlos Mantegna, aseguró que «les falló el poroteo al gobierno» y que influyó la movilización de la gente. Y se encargó de excusarse y despegar a los grandes referentes, dejando claro que apoya a Alberto y Cristina Fermández, pero que el tema minería «lo deciden los chubutenses».
“Si vos sos del gobierno y convocás a una sesión extraordinaria es porque se supone que tenés los votos que querés para este proyecto de ley, creo que el problema no fue en la comisión sino que como se dice en política lo han poroteado y no le daban los números para la sesión y han decidido dar marcha atrás”, consideró Mantegna, redireccionadole el sayo al gobernador Mariano Arcioni.
A su vez, una jueza Civil, Comercial y laboral de Esquel, la doctora Alicia Arbilla, ordenó también suspender la sesión de la Legislatura de Chubut que este viernes trataría la zonificación minera, para muchos de manera extralimitada. Esa decisión judicial llegó algunas horas después de la cancelación legislativa por no obtener dictamen en comisión.
Pero lo cierto es que más allá del refunfuñe privado, el dictamen judicial se mantendrá hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo planteada en la medida autosatisfactiva presentada por vecinos del No a la Mina, que busca declarar directamente la nulidad del proyecto del Ejecutivo provincial.
Hasta acá parecería una escena trillada: el Ejecutivo cumple empujando el proyecto y convoca, el Legislativo patina y el Judicial rodea.
‘Hacer, se está haciendo’, sería el mensaje. Proceso oneroso, por cierto.
Hubo un debate poco abierto pero que cumplió con los requerimientos formales, del mismo modo que hubo posiciones académicas inertes, tanto como manifestaciones indoctas.
Esquirlas de una sociedad incapaz de ponerse de acuerdo en cuestiones fundamentales, tras la primera implosión extractiva en territorio. Voladura concreta del Estado, que no es un gobierno. Ruptura de tejido, que no es ni más ni menos que la verdadera y primera zonificación ya en marcha. Es probable que tras esta importante avanzada la posibilidad sea más fácil, y también más cara.
En fin…Como decía Edmond Thiaudière, en algunas movidas evidentes, “la política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular”. Un traje a medida para una provincia desnuda.
*Soy Juana de Arco, …y ceniza de tantos