4 marzo, 2023
Por Marisa Rauta* – Posiblemente lo más sustancioso que dejó el catálogo de acciones enumeradas por el gobernador Mariano Arcioni en la apertura de sesiones legislativas 2023, fueron las futuras. En esa lista se apunta el reconocimiento de que la ‘madurez’ petrolera de la Cuenca del Golfo San Jorge es una realidad insoslayable,y la perspectiva que se busca desde los sectores públicos y privados, siempre en foco con las posibilidades de recursos provinciales e inversiones, que deriva definitivamente en más producción energética pero sustentable y con una radical transformación de la matríz productiva.
En ese marco Arcioni se montó en la idea de alcanzar la ‘soberanía energética’ en su útimo discurso legislativo, y un sector de los invitados especiales esbozó sonrisas de confirmación, aunque por supuesto todavía no se amplifica demasiado como se realizará la transición de modelo y se concretará la ambiciosa idea de la soberanía en tiempos donde todavía las comunidades del interior chubutense funcionan con generadores a combustible. Sin embargo todo indica que el proyecto está en el aire y mantienen finas coincidencias y coordenadas con los proyectos de Sergio Massa y el sector empresario regional.
La necesidad no hace falta argumentarla demasiado, porque justo en ese momento, parte del país sufría un apagón inentendible y preocupante que afectó a 20 millones de usuarios, golpeando de lleno el discurso de Alberto, que a diferencia del de Arcioni, había hablado de ‘exportar el modelo energético’.
En contrapié, el discurso del Gobernador de Chubut que es una resonancia directa del presidenciable Sergio Massa, va en línea con el ruido fino de la ecuación económica y las posibilidades que corea el sector privado.
Las ideas, por supuesto hay que sembrarlas en necesidades para que luego se conviertan en frondosas posibilidades para que el grueso de la ciudadanía acepte una idea tan peregrina, como que la Capital del Petróleo pasó a ser Neuquén, y que gran parte de los esfuerzos extractivos y las inversiones posibles se concentrarán en ese reservorio mundial que es Vaca Muerta, hacia donde migrarán no sólo las empresas de servicios, sino también los trabajadores petroleros más experimentados.
De allí que Arcioni hizo un anuncio mucho más resonante del que se interpretó a grandes rasgos, aunque la aggiornó de menos a más: «Estaremos enviando a esta Legislatura el proyecto de ley para declarar la soberanía energética de Chubut», dijo Arcioni y anticipó que “Las obras en materia energética son nuestra prioridad, erradicar la generación aislada y la quema de combustibles fósiles, por lo que avanzamos en la modernización de los motores”.
Está claro a su vez que todo proyecto renovable requiere de avanzada con un obstáculo que pasa por el transporte de la energía. En ese marco, el Gobernador develó comos e iría solucionando al detallqr que ya se avanzó “en cuatro subsistemas para interconectar la provincia de norte a sur y de este a oeste”.
“Nos hemos propuesto un norte, y es el orden del sistema eléctrico de Chubut. Debe haber un punto de inflexión en el sistema de distribución donde las autonomías locales desmembran el sistema y lo aislan”, advirtió. Un momento de alocución donde los fuertes referentes de Luz y Fuerza de la Patagonia convalidaron con fuertes y entusiastas aplausos.
En ese sentido, destacó el financiamiento del primer proyecto de generación de energía a través de residuos forestales, para la baja del peligro de incendios y ahorro de 3 millones de dólares al año en combustible».
Tras el anuncio, Arcioni remarcó: «Siempre me van a encontrar del lado de la defensa de los recursos y los intereses de Chubut y su pueblo. La soberanía energética es darle al pueblo de la provincia del Chubut la capacidad de usufructuar el producto de la explotación de sus recursos naturales con potencial energético: hídricos, eólicos, fotovoltaícos, mareomotriz, hidrógeno y sus potenciales combinaciones o nuevas fuentes que se desarrollen en el futuro con afectación directa al uso del suelo, mar y recursos naturales renovables o no», declamó.
Lo más interesante de todo fueron los argumentos de los dichos de Arcioni para los que estaban lo suficientemente despabilados para tomar nota de lo que viene. «La historia nos dice que, desde el descubrimiento del petróleo en suelo chubutense en 1907, durante 116 años, la provincia del Chubut ha sido la 24 jurisdicción de mayor aporte para el autoabastecimiento energético del país.
Nuestros recursos han posibilitado el desarrollo de diferentes industrias, abasteciendo la demanda residencial y comercial, estimulando el crecimiento demográfico y las consecuentes mejoras en la calidad de vida en regiones muy distantes al territorio de extracción.
Sin embargo, dentro de los 224.686 km2 que integran nuestro territorio provincial, la disponibilidad de energía no es homogénea ni está completamente vinculada e interconectada. el uso industrial del recurso está circunscripto a pocas ciudades y la concentración demográfica guarda una similitud directa con esa distribución.
La disponibilidad energética está condicionada a la conectividad al sistema y el transporte se limita a llevarlo por escasos medios a los grandes núcleos urbanos del norte de nuestro país, no habiendo posibilidad de sacar saldos exportables a nuestro vecino país u otros destinos demandantes, y los costos del 25 sistema de transporte se elaboran tomando como punto de partida la localidad ezeiza distante 1359 kms de la capital de nuestra provincia.
Sin embargo, nuestra provincia produce 10 veces más energía de la que consume y los usuarios locales pagan un mayor costo de transporte que los usuarios del amba. el costo de la provisión del servicio eléctrico para las pequeñas comunidades es elevado, ineficiente y ambientalmente cuestionable, su disponibilidad totalmente limitada.
Todo eso se debe a que la política energética tiene un inicio y fin concéntrico histórico al igual que otras políticas públicas nacionales, donde las definiciones y los alcances sobre el desarrollo buscan ofrecer oportunidades donde existe acumulación demográfica que a lo largo de los años solo ha redundado en un sostenido incremento de los desequilibrios preexistentes en el territorio nacional.
Establecer una política electro energética pensada y proyectada desde y 26 por los intereses de los chubutenses es nuestra obligación no sólo política sino también ciudadana. tomar las riendas de los destinos de los recursos y las potencialidades provinciales es la tarea necesaria para desandar las consecuencias de políticas impuestas desde el “ambacentrismo” histórico del estado nacional.
El proyecto de ley de soberanía electro energética pretende resolver las asimetrías existentes, tanto hacia el interior provincial como entre la jurisdicción provincial y la nacional en cuanto a las relaciones políticas y comerciales en torno a la energía eléctrica», explicó el Gobernador sin ampliar demasiado pero plantando la bandera de lo que hace falta hacer.
Apuntes al margen: El gran dilema de cualquier candidato a sucederlo deberá aceitar estos temas o perecer en el intento. Si es un candidato de Comodoro, seguramente tendrá claro que hay que hacer para no colapsar la transición productiva de Chubut que no será nada fácil, sobre todo para el conglomerado petrolero. Y para un candidato de otras latitudes provinciales será áun más complejo, pero no imposible, comenzar con un cambio.
En este marco de anuncios, todo apunta que la Provincia que se viene apuntará al uso intensivo del viento, un recurso gratis, abundante y casi limpio donde la Chubut muestra excepcionalidades más que suficientes. En la actualidad, de la potencia eólica total instalada, Chubut tiene mas del 63% del total de la Argentina, llegando a los 17.5 MW. A futuro existen diferentes proyectos para la realización de parques eólicos distribuidos en diferentes puntos de la provincia, con un potencial energético de 420 MW aproximadamente que se sumaría.
Actualmente, son 57 los parques eólicos en operación en nuestro territorio, pero hay proyectos en marcha, tanto de construcción como de ampliación, que redundarán en un mayor número de aerogeneradores y, en consecuencia, en una mayor producción energética.
Sin embargo, la limitante de tanta vuelta de aspa y tanta energía posible es el transporte y la subida al sistema nacional, y si eso no se revierte, la gran posibilidad es utilizar esa energía para producir más energía, una gran idea que buscan capitalizar varias compañias con vista en el hidrógeno verde y otras formas de compactar y almacenar la potencia.
A nivel nacional, recientemente hubo cambios en los beneficios a los productores de eólica y ahora toda la expectativa está puesta en el proyecto que propone la creación de un Régimen de Promoción del Hidrógeno de bajas emisiones que ya está en camino. Incluye al hidrógeno producido con energías renovables, o verde, y también a los generados a partir de combustibles fósiles y energía nuclear.
Tendrá una vigencia de 30 años a partir de que entre en vigencia la ley. Según el borrador será para el hidrógeno verde (a través de fuentes de energía renovable), azul (utilización de combustibles fósiles) y rosa (a partir de origen nuclear). En el caso de varias empresas de Chubut, podrían pensarse en dos de las condiciones.
Las empresas que desarrollen algún proyecto contarán con beneficios fiscales y serán controladas de forma regular en el cumplimiento de pautas que hacen a las condiciones de producción, avance de las obras, las fuentes de energía, las materias primas utilizadas y el nivel de emisiones de carbono que se establezcan.
Los beneficios planteados se relacionan con la devolución anticipada del IVA; amortización acelerada del impuesto de las ganancias; compensación de quebranto de ganancias; deducción de la carga financiera del pasivo en cada proyecto y la exención de impuestos sobre la importación de bienes durante diez años. A su vez, tendrán beneficios los proveedores en la cadena de valor.
Para mantener estos beneficios fiscales, las productoras de hidrógeno verde deberán contar un porcentaje mínimo de contenido nacional: desde entrada en vigor de la ley hasta el quinto año será del 35%; desde el sexto al décimo año será del 45% y del 50% en adelante.
En cambio, las que generen hidrógeno verde a través del gas natural tendrán un menor requerimiento. Por los mismos periodos será del 20, 30 y 40% y de la energía nuclear será del 30, 40 y 50%. Para ello no se tendrá en cuenta el valor correspondiente a las obras civiles o de infraestructura, ni de la mano de obra.
Por otra parte, establecerán el Registro de Proyectos para la producción de hidrógeno de bajas emisiones como así también el Registro de Proveedores de la cadena de valor. Este último funcionará bajo la órbita del Registro de Fabricantes y Proveedores de Componentes destinados a la producción de energía renovable del ministerio de Economía en articulación el mismo organismo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
Todo esto estaría fuertemente vinculado a la ‘soberanía energética’ que promueve Arcioni y donde el proyecto que se trate será en esa línea, pensada como la mejor perspectiva de reconversión habida cuenta el decline de la cuenca del San Jorge (que casualmente hoy destaca un medio conocedor de la realidad comodorense como ADS) y el nuevo protagonismo de Vaca Muerta, que comenzó a imantar inversiones y no para de tentar migraciones.
La gran incógnita será como impactará esta nueva perspectiva que para los privados siempre cerrará en ganancias, en las arcas públicas provinciales, en el entusiasmo coparticipable siempre vigente de resto de las localidades y en la generación de empleo, considerando que puede ser la alternativa posible para el conglomerado más poblado del territorio que alberga las mayores inversiones vinculadas a la energía, que es -hoy por hoy- Comodoro Rivadvia.
*directora Chubutline.com
