30 octubre, 2023
La cantidad de calor adicional que se acumula en nuestro planeta aumentó drásticamente en los últimos meses y los valores alcanzaron nuevos récords.
La Tierra se ha calentado rápidamente durante el último siglo, y especialmente durante las últimas décadas, a causa de la actividad humana. El aumento del efecto invernadero está calentando la tierra y el aire, pero la mayor parte (alrededor del 90%) se destina a calentar los océanos.
Los científicos utilizan una medida llamada «desequilibrio de energía de la Tierra» (EEI) para cuantificar este calentamiento.
El EEI representa la diferencia entre la cantidad de radiación solar que llega al planeta y la cantidad de radiación de onda larga que se irradia hacia el espacio. Se expresa en vatios por metro cuadrado (W/m2) y es una medida fundamental del cambio climático.
Actualmente, el EEI es positivo, lo que significa que la Tierra está acumulando más energía de la que libera, lo que está causando el calentamiento global.
En la era preindustrial, el EEI era cercano a cero, lo que significaba que la Tierra estaba en equilibrio energético. Sin embargo, desde la Revolución Industrial, la EEI se ha vuelto cada vez más positivo. Esto se debe a actividades humanas como la quema de combustibles fósiles, que liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera. Los gases de efecto invernadero atrapan el calor, impidiendo que regrese al espacio.
Una particularidad del índice EEI, es que, además de informar la acumulación de energía de la atmósfera en W/m2, también realiza algunas analogías para poder comprender mejor esos valores. Y una de esas es la comparación con bombas de Hiroshima. Los datos CERES muestran que el promedio de acumulación de calor de los últimos tres años fue de 1,66 W/m². Eso es el equivalente a 13,5 bombas de Hiroshima de calentamiento global adicional por segundo.
La mayoría de la gente tiene poca idea de lo que significan 10 zettajulios por año (la cantidad de energía térmica absorbida por año por la Tierra). Por eso se busca una métrica de comparación, quizás algo imperfecta, pero que el público pueda captar. Es relativamente fácil visualizar cinco bombas atómicas detonando cada segundo y, en consecuencia, comprender la gran cantidad de energía que absorbe el sistema climático de la Tierra.
CERES rastrea con precisión los cambios en el presupuesto de radiación de la Tierra con notable precisión y exactitud. Los datos de CERES, combinados con otras fuentes de datos que describen nubes, aerosoles, precipitaciones y estados atmosféricos y oceánicos, proporcionan la información necesaria para comprender los procesos subyacentes que afectan los cambios en la circulación atmosférica y oceánica en un clima cambiante.
Un estudio denominado, “Calor almacenado en el sistema Tierra 1960-2020: ¿adónde va la energía?”, publicado este año, muestra que el desequilibrio energético de la Tierra continúa creciendo y ha aumentado casi un 50% en los últimos 14 años, en comparación con la cantidad acumulada durante la última mitad de una década.
Además, encontrando que el 89% de ella se ha dirigido hacia nuestros océanos, mientras que el calor restante se ha distribuido entre la tierra (6%), el hielo (4%) y la atmósfera (1%). Notablemente, entre 1987 y 2019, el calentamiento de los océanos ha aumentado en un 450% en comparación con el período previo.
El autor principal del artículo, Lijing Cheng, hizo un cálculo impactante: la cantidad de calor que hemos vertido en los océanos del mundo en los últimos 25 años equivale a 3.600 millones de explosiones como las de las bombas atómicas de Hiroshima. Esto significa que hemos estado liberando aproximadamente cuatro bombas de Hiroshima por segundo en los océanos durante el último cuarto de siglo.
El calor acumulado en los océanos de la Tierra durante los últimos 25 años también equivale a que cada persona que habita actualmente la Tierra haya tenido funcionando 35 microondas.
Los océanos se destacan como un indicador clave del verdadero impacto del cambio climático, ya que cubren aproximadamente tres cuartas partes de la superficie terrestre y absorben la gran mayoría del calor del planeta.
*MR