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25 julio, 2022

LA QUITA MASIVA PODRÍA SER UN 'DESASTRE MAYOR' A NIVEL SOCIAL

La segmentación tarifaria dependerá de cuántos hogares se inscriban

Pese al comrpomiso con el FMI de realizar el procedimiento de segmentación tarifaria, todo dependerá de cuantos hogares se inscriban. Afirman que no avanzarán con una quita masiva en medio de la situación inflacionaria. Además faltan las audiencias públicas para modificar los cuadros tarifarios.

La segmentación tarifaria dependerá de cuántos hogares se inscriban: el gobierno no avanzaría con un ajuste intempestivo

Por Fernando Krakowiak*

En el gobierno no quieren arriesgar qué número de inscriptos los conformaría, pero deberá ser una cifra alta en poco tiempo porque reconocen no estar dispuestos a avanzar con una quita masiva de subsidios en medio del fogonazo inflacionario que atraviesa la Argentina. «A lo largo de los días iremos analizando cómo seguimos en la etapa siguiente, siempre con el objetivo de incorporar en el subsidio a todos los hogares que lo necesiten», remarcaron a fuentes de la Secretaría de Energía.

El gobierno habilitó finalmente el formulario para avanzar con la segmentación de tarifas. Los usuarios de electricidad y gas natural por redes tendrán hasta fin de mes para solicitar que les mantengan el subsidio. El secretario de Energía, Darío Martínez, aseguró que los nuevos cuadros tarifarios para los hogares que pierdan el beneficio estarán disponibles en agosto. La intención oficial es mostrar que están trabajando rápido para cumplir con el compromiso asumido con el Fondo Monetario Internacional, pero eso no significa necesariamente que vayan a cumplir con el plazo prometido. Eso dependerá fundamentalmente de cuántos hogares se inscriban y del resultado que arroje el procesamiento de los datos. Además, se tendrán que realizar audiencias públicas para modificar los cuadros tarifarios.

La inscripción

En Argentina hay unos 17 millones de hogares que tienen servicio de energía eléctrica y cerca de 9 millones que poseen gas natural por redes. Aun si se parte del supuesto de que todos los que tienen gas natural tienen electricidad, 15,3 millones de hogares deberían inscribirse en el nuevo registro en 12 días, ya que la inscripción está abierta desde este viernes 15 hasta el martes 26 de julio. Esa cifra representa el 90% de hogares que según el gobierno está en condiciones de conservar el subsidio.

En la teoría, los que no se anoten perderán el subsidio. Ahora bien, ¿qué pasa si, por ejemplo, no se anotan 10 millones de hogares? Ante esta pregunta el equipo del ministro de Economía, Martín Guzmán, solía responder con una expresión de deseo: “Se van a anotar”.

Para justificar ese optimismo, citaban el antecedente del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), al que se inscribieron 9 millones de personas en poco tiempo. Sin embargo, aquella fue una ayuda monetaria que ofreció el Estado en el peor momento de la pandemia, cuando la economía se había virtualmente paralizado y muchos de esos inscriptos ni siquiera tenía para comer.

Ahora convocan a las familias bajo la amenaza de quitarles algo que ya tienen y encima para llenar una declaración jurada donde deben informar cuánto ganan. En ese contexto, no serán pocos los que decidan esperar a ver qué pasa antes de dar el primer paso. Total siempre habrá tiempo para ir a pedir el subsidio.

También hay que tener en cuenta que muchas personas probablemente no se anoten no porque estén especulando sino porque tal vez ni siquiera sepan que haya que hacerlo. El gobierno promete una campaña de difusión masiva, pero el registro ya se abrió este viernes y la campaña todavía no existe.

Los que comandan ahora la implementación son más cautelosos que Guzmán y afirman que una vez que cierre el período de inscripción se va a evaluar cómo seguir. En el gobierno no quieren arriesgar qué número de inscriptos los conformaría como para avanzar con la implementación de la segmentación, pero deberá ser una cifra alta en poco tiempo porque reconocen no estar dispuestos a avanzar con una quita masiva de subsidios en medio del fogonazo inflacionario que atraviesa la Argentina. Por más que oficialmente se diga que el que no se anota perderá el subsidio, en los hechos es solo una forma de presionar.

«Estamos trabajando con defensorías del pueblo, asociaciones de usuarios y consumidores y entes reguladores de todas las provincias tratando de darle difusión al tema para que nadie se quede sin inscribirse. A lo largo de los días iremos analizando cómo seguimos en la etapa siguiente, siempre con el objetivo de incorporar en el subsidio a todos los hogares que lo necesiten«, remarcaron a EconoJournal fuentes de la Secretaría de Energía.

El gobierno saca cuentas sobre los pro y contra de la quita de beneficios con datos del INDEC. La quita de subsidios podría impulsar la tarifa plana, entre otros efectos

 

Un tope bajo

El gobierno afirma que las familias que ganan más de 3,5 canastas básicas (348.869 pesos, según los valores de mayo) son el 10% de los hogares. Cuando se les pregunta de dónde sacan esa información citan a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), pero es sabido que esa herramienta subestima los ingresos porque las personas suelen declarar menos de lo que efectivamente ganan. Algunas consultoras estiman que el tope para conservar el subsidio podría empujar a la tarifa plena no al 10% de los hogares sino al 30% o incluso más.

 

-¿Qué pasa si el 30% de los hogares no se inscribe porque no califican para el subsidio? ¿Se le quita el subsidio al 30% o se sube el tope? – se le preguntó a una fuente de la Secretaría de Energía.

– Vamos a ver qué tanto se aproxima la estimación a los resultados que vayan surgiendo y a partir de ahí se decidirá cómo proceder. -respondieron.

 

Los datos y los plazos

Otro de los interrogantes tiene que ver con el procesamiento de los datos. La Secretaría de Información Tecnológica es la que tendrá a cargo esa tarea. Los plazos que manejan son muy acotados y nadie tiene muy en claro el margen de error que podrían contener los formularios, sobre todo en lo que refiere al número de cliente y de medidor.

Una vez que procesen esa información, si se decide avanzar con la quita de subsidios habrá que pasarle los datos a las distribuidoras, que en todo el país suman cerca de 350, en su inmensa mayoría eléctricas, que dependen de las provincias e incluso de algunos municipios. Esas distribuidoras son las que deberán identificar a los hogares que figuran en esos formularios y empezar a cobrarle la tarifa plena a los que no se anotaron.

Por otra parte, antes de que las distribuidoras empiecen a facturar de manera diferenciada, tendrán que estar publicados los nuevos cuadros tarifarios, tarea que le corresponde a los entes reguladores.

El titular del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Federico Bernal, ya anticipó que para modificar la tarifa corresponde convocar a una nueva audiencia pública, proceso que lleva su tiempo. Lo mismo podría llegar a plantear el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE). Si los funcionarios cristinistas mostraran un compromiso con el aumento de tarifas, el cual está lejos de existir, deberían convocar a las audiencias en los primeros días de la semana próxima.

En ese caso, tendrían que dar un plazo de al menos 20 días antes de que se realice y, una vez concretada la audiencia, tomarse al menos dos semanas para elaborar un informe con las conclusiones. Con mucho viento a favor, los nuevos cuadros tarifarios podrían llegar a estar para fines de agosto y todavía restaría que las empresas lo apliquen.

«El objetivo del gobierno es que los subsidios en la Argentina se utilicen de una manera más eficiente e inteligente», señaló Martínez y sería difícil poner en duda esa afirmación. Sin embargo, la metodología que Guzmán dejó como herencia para alcanzar esa meta presenta una serie de riesgos. Por lo tanto, si no se tiene cuidado los costos podrían terminar siendo mayores que los beneficios.

 

*EJ/SEN