La obra «La sed», de Marina Yuszczuk, en la que la autora apuesta por reflexionar sobre las formas de procesar la muerte, fue distinguida hoy con el Primer Premio Nacional de Novela Sara Gallardo, un certamen al que se presentaron más de cien novelas y cuyo jurado estuvo integrado por María Teresa Andruetto, Federico Falco y Ana María Shua.
En una ceremonia que se celebró este lunes en el Centro Cultural Kirchner, con la presencia de autoridades nacionales, como el ministro de Cultura, Tristán Bauer, así como de finalistas y miembros de jurado, la escritora y editora Marina Yuszczuk celebró: «Se está generando un movimiento muy fuerte que estamos impulsando las mujeres y disidencias y me da mucho orgullo ser parte de esto. Es muy gratificante compartir este premio con escritoras que he leído durante tantos años».
Autora de los libros de poemas «Lo que la gente hace», «Madre soltera» y «La ola de frío polar», Yuszczuk también escribió la novela «La inocencia» y los cuentos «Los arreglos» y «¿Alguien será feliz?». En la novela premiada, publicada en 2020 y que hace poco días fue reeditada por el sello Blatt&Ríos, la autora se volcó a una ficción estructurada en dos partes. De esta manera, construyó a una vampira protagonista de una primera parte, ubicada en la Buenos Aires del siglo XIX que atraviesa la epidemia de la fiebre amarilla, pero que también se involucra con el personaje central de la segunda parte, una mujer que transita el dolor ante la muerte de su madre.
El fallo de la mayoría del jurado -que integraron Ana María Shua, Federico Falco y María Teresa Andruetto- indica que tanto «en la primera parte, en la plenitud del gótico, el regodeo con la muerte, y en la segunda parte una muerte singular y la posibilidad de la propia desaparición», ambas historias «construyen una única novela sobre la maternidad, sobre los duelos, el dolor y los modos de atravesarlo, el gozo de los cuerpos, lo que pueden los cuerpos, lo que hacen y lo que se les hace, sobre el erotismo entre mujeres y sobre las distintas formas de violencia y de sexualidad».
Y destaca que «La sed» es una novela «sobre el imperativo de la vida a costa de cualquier cosa, para narrar lo insoportable de la finitud en los seres humanos y también lo insoportable que sería la vida para cada uno de nosotros si no tuviera fin». Asimismo, señala «la contemporaneidad extrema» de la obra ya que fue escrita antes de la pandemia y sin embargo «capta algo que ya estaba en el aire, incluso los cadáveres acumulados, la desaparición de los ritos mortuorios, la peste que a todos nos invade y «al mismo tiempo rinde tributo a la gran tradición de la novela universal, creando un mundo complejo que en sus trescientas páginas se lee sin perder el aliento».
Junto a la obra de Yuszczuk, también se entregaron cinco menciones especiales para «Era tan oscuro el monte» de Natalia Rodríguez Simón; «La última lectora» de Raquel Robles; «De dónde viene la costumbre», de Marie Gouiric; «La ruta de los hospitales», de Gloria Peirano; y «No es un río» de Selva Almada, esta última elegida en primer lugar por Ana María Shua.
Sobre el el origen del premio, que recuerda a la gran novelista argentina, autora de obras como «Eisejuaz» o «Los galgos», la cordobesa María Teresa Andruetto dijo hoy en la ceremonia de premiación que «es una gran felicidad que exista un concurso de novelas publicadas de mujeres por parte del Ministerio de Cultura de la Nación que lleve su nombre».
Y destacó: «Fue un gran honor ser miembro de este jurado y hemos leído las novelas con una gran responsabilidad: discutiendo mucho cada decisión. Fue muy interesante leerlas y releerlas a todas las novelas que se presentaron. También fue muy difícil elegir a las 10 novelas finalistas y mucho más difícil elegir las menciones y a la ganadora final. Son todas muy merecedoras de este premio. Muchas felicitaciones a todas las que participaron».
Por su parte, Bauer celebró el papel de las mujeres en el campo de la literatura y la calidad de esa escritura «Es un acto de justicia, de alguna forma, para seguir revalorizando este papel. Queda mucho por hacer y desde este ministerio asumimos el compromiso para seguir trabajando y articulando políticas que reivindiquen a las trabajadoras de la cultura. Se de la importancia de la palabra y de las palabras escritas. Alentamos desde acá a que sigan escribiendo y agradecemos a todas las autoras que se presentaron en este concurso».
Lanzado el 8 de marzo último, en el marco del Día Internacional de la Mujer, este premio fue creado para homenajear y redescubrir la labor literaria de escritoras y periodistas argentinas con una obra singular y potente, relegadas durante años del canon literario. La convocatoria -que finalizó el 30 de abril- estuvo dirigida a autoras argentinas -cis, lesbianas, travestis, transexuales y transgénero-, que contaran con una novela publicada entre enero de 2019 y diciembre de 2020 por una editorial nacional.